La disolución de la Cuadrilla Magical.

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Grínda y Rúnda ya habían terminado de recorrer la orilla cuando habían salido del río, ahora se encontraban al otro lado de este pero fuera del Cruce. Ambas contemplaban de lejos el puente del Peñasco donde habían visto en las visiones del agua a sus otras dos hermanas escapar del otro grupo de Gárgolas y del guardián del abismo.

-Debemos continuar en dirección recta de lo que sigue del camino del puente -decía Grínda angustiada-, nos llevan medio día de ventaja a menos que se hayan quedado a descansar o buscado un escondite.

-Espero se encuentren a salvo las dos -continuaba Rúnda-. Si estarán bien, solo debo dejar de preocuparme y tranquilizarme más, es solo que mientras nos perseguían jamas había visto verte asesinar a otros seres en frente de mi.

-Eran ellos o nosotras Rúnda -Grínda se volvió hacia Rúnda seriamente-. Por si no lo viste, ellos tenían la intención de matarnos primero a lo que no podíamos hacer nada, y regresar no era una opción. No podemos abandonar la tarea y sobre todo dejar a nuestras hermanas solas en fronteras de la Tierra Profana. Además ya también fuimos testigas de que ahora no solo los Corsables y sus secuaces son reales, sino que ahora también lo son las criaturas y seres de los reinos en disputa.

-¡Espera! -se volvió a alterar Rúnda-. ¿¡Acaso dijiste, La Tierra Profana!?.

Grínda espero un momento para analizar la pregunta y después habló cautelosamente. -Aún no estamos ahí porque nos encontramos a las afueras de Florelia, si iremos a los Montes Boscosos pero no iremos en dirección a las Montañas Nevadas sino a Cumbres Sombrías.

-¿¡Acaso ya te volviste loca!? -decía Rúnda histericamente-, no podemos ir a donde viven los Brujos y hombres malvados cautivados por la guerra y muerte a la Alianza Terrenal.

-Ya lo se hermana -asintió Grínda culposamemte-, pero como al igual que toda bruja conoce las reglas y solo por esta ocasión de la tarea que nos fue encomendada debemos romperlas sin importar cual sea el costo por la causa. ¡Y no!, ¡no hay remordimientos en la aniquilación de vida enemiga por el Balance!.

Rúnda quedó anonadada al escuchar decir esto último a Grínda. La seguridad y firmeza en sus palabras y expresiones le provocaron gran deseo de hacer y pensar en lo correcto. Lo cual provocó a que le diera vueltas a lo que quiso decir Grínda y lo supo asimilar con la seguridad y confianza que le transmitía.

Grínda y Rúnda se dispusieron a retomar el camino, ahora a pie, por los Montes Boscosos que yacía ahora frente a ellas. La inclinación era una característica principal por las que se caracterizaban estos montes ya que se distinguía en forma de vaivén vertical el panorama que les azotaba. Esto se podía apreciar en que al terminar de escalar un Monte y estar en lo más alto de este, se podía ver su inclinación hacia abajo como cualquier escalinata. Pero la diferencia era que al ver su pie del Monte en el que se estaba se admiraban el alzamiento de otros Montes vecinos y así sucesivamente, una cantidad de formas y tamaños llenos de pinos anchos tupidos.

Se les facilitó a las dos brujas al terminar de haber cruzado el primer Monte, ya que otra característica de estos Montes es que son enanos pero el camino estrecho por la cantidad de pinos que se extienden ahí. Cuando llegaron a la raíz del Monte, notaron que había también extensiones de caminos trazados por el aspecto que contenían de haberse transitado antes y que podrían llevarlas a cualquier sitio; lo cual hizo que ambas brujas dudarán un momento sobre donde continuar. Mientras divagaban, Rúnda se percató más adelante de donde estaban en un tronco húmedo de un pino que resplandecía un destello blanquecino pero lo suficientemente brillante como para ser notado.

Las dos brujas se acercaron curiosas, Grínda se acercó aún más y notó que en el tronco del pino estaba tallado el símbolo de la Orden de Brujas y el brillo fue absorbido por la piedra de la varita de Rúnda. -Tal parece que nuestras hermanas dejaron las marcas del símbolo de nuestra Orden con pequeños rastros de mana para que solo nosotras los podamos ver -dijo Rúnda mirando a su alrededor.

La Bruja Grínda I: La Encrucijada del Aquelarre©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora