Capítulo 14

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El ruido de un tono pegajoso la sacó de sus sueños. Sin ver exactamente a dónde se dirigía su mano, buscó a ciegas su celular en el pequeño mueble que tenía a su lado, cuando lo tomó miró la pantalla y se dio cuenta de que eran las 5am, faltaba una hora aún para que su alarma sonase, y es porque el ruido venía de una llamada, un número no registrado.

– ¿Hola? – preguntó volviendo a cerrar sus ojos, con su voz adormilada.

– Hola Lauren – saludó una animada Camila al otro lado de la línea. Lauren al escuchar su voz sonrió de inmediato – ¿Te desperté? – preguntó preocupada.

– No te preocupes – respondió aun con su sonrisa y sus ojos cerrados – ¿Cómo estás? Pensé que tu celular se había roto.

– Te estoy llamando desde una cabina telefónica – respondió sonriendo dentro de la cabina roja, era un poco anticuado, pero a Camila le seguía pareciendo impresionante – aprendí tu número e intenté marcarlo por aquí; y sonreí mucho cuando respondiste – rió – no pensé que fuera a funcionar.

– Oh, qué bueno que funcionó entonces – rió con ella mientras frotaba sus ojos con su otra mano – ¿Cómo estás?

– Muy feliz – respondió sinceramente – decidí llamarte antes de ir a trabajar, espero que no te moleste. Quería darte los buenos días – se encogió de hombros viendo cómo el vidrío de la cabina se empañaba, sonrió al pensar que quizá era señal de nieve. A Camila le encantaba la nieve, mucho más que la lluvia.

– ¿Puedo despertar así de ahora en adelante? – preguntó con una sonrisa, imaginando la de Camila.

– Puedo llamarte todos los días a esta hora – respondió emocionada, tomando el teléfono con ambas manos para sostenerlo mejor – cuando salgo de casa y camino hacia mi auto me cruzo con esta cabina, nunca antes la había usado – dijo sinceramente – pero ahora tengo una razón. Buenos días Lauren.

– Buenos días Camila – rió un poco – ¿A qué hora despertaste? – la sonrisa de Camila se redujo un poco.

– Cuatro – respondió sinceramente, sería honesta en lo que pudiera serlo – despierto primero, hago el desayuno y el almuerzo, luego tomo una ducha, me arreglo, me despido de Jacob y salgo de casa – asintió – para llamarte y darte los buenos días a partir de hoy – eran muchas cosas qué hacer para solo una hora. Al parecer, tenía cada cosa calculada.

– Entiendo – susurró aun adormilada. Camila sonaba muy animada a pesar de dormir pocas horas, y eso era algo muy curioso – ¿Ya te dijeron lo preciosa que te ves hoy? – Camila negó con su cabeza, aunque Lauren no pudiera verla, mecánicamente.

– No – respondió.

– Te ves preciosa – le dijo sin dejar de sonreír.

– Pero no me has visto hoy – respondió un poco confundida, comenzando a sentir frío en sus manos.

– No necesito verte para saberlo – dijo en tono obvio – estoy segura de que así es – Lauren escuchó la risueña risa de Camila al otro lado de la línea y fue inevitable reír con ella.

– Entonces tú también, debes verte preciosa en pijama – rió antes de darse cuenta de lo que acababa de decir – no quiero decir que solo te veas bien así, me refería a que...

– Camila – interrumpió – tienes que entender que yo no me molestaré contigo – le habló suavemente – sé que piensas eso. Al final del día eres humana, no te disculpes por existir.

– Lo siento... – suspiró inaudible. Suspirar significa cansancio y cansancio significa irrespeto, lo tenía claro – ni siquiera soy buena para existir – rió un poco.

Camila Darcy (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora