Capítulo 25

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Camila miraba la nieve caer a través de la ventana del auto, pensando en cómo lograría que Jacob firmara el divorcio.

Lauren sabía que la había presionado, pero era la única manera de ayudarla, de otro modo sabía que Camila no se atrevería y ella quería acabar con su miedo.

– Camz – la llamó estacionando el auto. Camila llevó sus inexpresivos ojos a ella, Lauren suspiró al verlos adornados por una capa de lágrimas – no tienes que llorar – le dijo suavemente. La voz de Lauren era muy diferente a la de Jacob, pero escuchar las mismas palabras, a pesar de estar en contextos diferentes, a Camila la ponían nerviosa en un instante.

– No – negó con su cabeza – no es nada, no estoy llorando – pasó sus manos por sus ojos para limpiar cualquier rastro de lágrimas – ¿Lo ves? – Lauren ladeó su cabeza.

– Tu maquillaje se corrió – le dijo al pasar de unos segundos. Camila bajó su mirada como si quisiera verlo ella misma – el sonrojo de tus mejillas fue reemplazado por moretones – dijo dolida, tenía su rostro literalmente roto – ¿Por qué ese imbécil te golpea así? – preguntó enojada, siempre manteniendo la calma para no alterar a Camila – es como si no te importara – Camila se encogió de hombros.

– Al menos estoy viva – respondió simplemente. Lauren negó con su cabeza y Camila volvió a sonreír – al final del día sigo siendo Camila Darcy – rió un poco – a pesar de tener mis ojos cerrados.

– ¿Y cuándo serás mía? – preguntó suavemente, sin dejar de pasar su triste mirada por sus heridas faciales.

– Cuando no pueda volver a abrirlos – llevó su índice a su sien – en ese momento seré tuya para siempre – Lauren la miró sin entender, pero Camila simplemente se encogió de hombros sin dejar de sonreír, convencida de haberle dicho todo lo que necesitaba saber.

– No soy buena captando indirectas, ¿sabes? – le dijo un poco sarcástica, provocándole una risa.

– Ven, Lauren – dijo abriendo la puerta del auto – te enseñaré la cabina telefónica – rió saliendo del auto, cerrando la puerta suavemente, sin hacer un mínimo ruido. Lauren miró al frente tratando de procesar todo lo que acababa de suceder. Protegería a Camila y estaba dispuesta a dejar de sonreír en el proceso.

En el instante en que Camila bajó del auto, no solo sintió la nieve caer levemente sobre ella, también escuchó el agradable sonido de un violín. Sonriendo buscó con su mirada de dónde provenía aquel sonido, dándose cuenta de que un hombre barbudo tocaba por dinero frente a la cabina telefónica.

– ¡Lauren! – la llamó cuando la vio salir del auto – mira, allá – señaló con su dedo, antes de bajarlo rápidamente, recordando que señalar es de mala educación; Lauren lo notó.

– ¿Quieres ir a ver al señor tocar el violín? – le preguntó con una sonrisa. Camila asintió volviendo a sonreír – vamos a ver al señor tocar el violín – asintió rodeando el auto para caminar junto a ella hacia él – no sabía que tocaras tan bien la guitarra – le comentó mientras caminaban. Camila volvió a encogerse de hombros, gesto que hacía cuando estaba nerviosa o expuesta.

– Me gusta la música – respondió mirándola, y era inevitable sonreír al verla. Era una razón, eran miles de ellas – me gusta mucho.

– Ahora lo sé, eres tan maravillosa – le dijo sinceramente – me gustaría que no dejaras de hacer lo que te gusta, digo, eres increíble – rió.

– Gracias, Lauren – sonrió – es por eso que nunca dejaré de quererte – las mejillas de Lauren se volvieron rojas, y gracias a su pálida piel y al ambiente tan frío que había, era demasiado notorio. Camila rió al verla sonrojada, feliz de poder causar aquello tan bonito en ella.

Camila Darcy (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora