Camila Darcy (Camren)

Capítulo 24

Brad estaba acostado en el sofá, rodando con sus dedos el anillo de compromiso que le había comprado a su novia. Esa noche iba a proponerle matrimonio a la mujer que amaba, esa noche iba a comenzar concretamente su vida. Deseaba que Lauren fuera la madre de sus hijos y juntos formar una familia hermosa, pero al parecer la vida tenía otros planes. Sólo podía culpar a Camila Darcy de eso.

– Brad – le dijo Ethan al llegar a la sala, sacándolo de sus pensamientos.

– ¿Uh? – le preguntó sin prestarle mucha atención, ya que toda estaba puesta en el anillo.

– Laur dijo que me llevarías a la escuela hoy – respondió simplemente. Brad lo miró un poco confundido.

– ¿Por qué? – le preguntó – ¿Lauren ya se fue? – Ethan asintió.

– Fue a llevarle el pastel que le hicimos a la doctora Darcy – sonrió emocionado – se fue más temprano para verla antes de ir a trabajar – el chico de verdad quería a Camila, pero Brad no se daba cuenta de eso – nos quedó muy rico, tu pedazo está en...

– Ya, ya vamos – interrumpió intentando sonreír – te llevaré a la escuela – dijo sentándose en el sofá. Ethan sólo lo miró un poco desanimado antes de caminar de vuelta a su habitación a buscar sus cosas, en ese momento el ceño de Brad se frunció y lanzó el anillo lo más fuerte que pudo, sin saber a dónde. Llevó sus manos a su rostro reprimiendo cualquier lágrima, mientras que se preguntaba por qué Camila Darcy, porqué ella y no él.

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– ¿Entonces me trajiste pastel? – le preguntó Camila en una pequeña sonrisa, muy cómoda con su mejilla en el hombro de Lauren.

– Ethan y yo lo preparamos – respondió suavemente sintiendo cómo Camila no tenía intenciones de separarse de ella – tengo que decir que no soy tan buena cocinando como tú, pero...

– Eres la mejor – interrumpió Camila cerrando sus ojos, haciéndola sonreír como solo ella sabía hacerlo.

– Entonces va a gustarte mucho – sonrió. Camila estaba en pijama y desarreglada, pero seguía siendo tan cálida y suave – ¿Estás feliz? – Camila asintió – ¿Por qué? – le preguntó dulcemente.

– Porque te conocí – susurró sinceramente.

– Yo también me siento feliz – le dijo Lauren suavemente mientras se le ocurría una pequeña idea – ¿Qué harás hoy? – Camila abrió sus ojos lentamente antes de separarse de ella.

– Jacob no está en la ciudad – respondió encogiéndose de hombros – por eso pude faltar al trabajo – Lauren se encontraba un poco confundida.

– ¿Dónde está? – preguntó notando de inmediato cómo la expresión de Camila caía un poco más.

– Fue a visitar a sus padres – respondió abrazando sus piernas a ella – yo no le caigo bien a ese señor, al padre de Jacob – dijo avergonzada. Lauren suspiró – por eso no me llevó con él. Vuelve mañana, no sé a qué hora – Lauren sonrió de inmediato.

– Arréglate, Camz – le dijo tiernamente. Camila ladeó su cabeza sin entender – recuerdo que una vez me dijiste que querías ver una clase dada por mí – la sonrisa de la psiquiatra volvió a aparecer en su maltratado rostro – vas a ser mi invitada especial hoy, y si quieres podemos abrir un espacio en la clase para que le hables a los niños sobre tu profesión. ¿Qué dices? – Camila tomó sus mejillas rápidamente y sin importarle la besó. Lauren se sorprendió, pero claro que le correspondió.

– Ven – le dijo tomando su mano para levantarse junto a ella – entra a casa – sonrió mientras abría la puerta con su otra mano. Lauren no podía dejar pasar el hecho de que Camila siempre estaba un poco más delgada, su clavícula sobresalía cada día un poco más.