𝟏𝟎

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Minhyuk abrió la puerta de su casa en una parálisis de razonamiento humano, solo habían pasado unos minutos desde que se produjo la situación amorosa en la tienda de conveniencia, no sabía si estaba avergonzado o incómodo; apenas se separaron, Moonbin sugirió que era mejor ir a casa, ya que eran pasadas las ocho de la noche y seguramente el bailarín debía hacer cosas por la mañana, en el camino este no hablo y Minhyuk tampoco se atrevió. Sin embargo, eso no significa que las "buenas noches" y el beso en la frente que le dio el peliblanco cuando llegaron al portal de su residencia, no había dejado su pecho rebotando de aquí y para allá.

Se golpeó mentalmente por estar—otra vez—comiéndose la cabeza por un hecho que quizás para el mayor, era algo trivial. Frunció el ceño viendo a su madre sentada leyendo una revista al revés y tocando su labio con el principio de sus dedos.

—¿Mamá?—cerró la puerta en el segundo que su madre levantó la vista.

¡Oh! Mi amor, llegaste—la mujer se levantó rápidamente de su lugar y cuando pensó que se estaba acercando a él, realmente solo estaba mirando "disimuladamente" por la ventana. Cuando esta notó que su hijo también estaba ahí, reaccionó presionando sus mejillas—¿Y cómo está mi hijo precioso? ¿Algo para contarle a tu madre? Algo que hayas hecho en el camino, alguna coreografía nueva, quizás el hecho de que es la segunda vez que ese chico alto te acompaña a casa...

—¡Mamá!—exclamó el menor separándose rápidamente.

—¿Cómo se llamaba? Moonbin ¿verdad? Su madre me lo mencionó un par de veces mientras estaba en el hospital.

—Mamá, ¿cómo sabes que es la segunda vez que me acompaña?—masculló.

Su madre por primera vez desde su llegada lo mira directamente a la cara y sonríe.

—Hyukie, no lo tomes a mal, no fue intencional—la mujer se acercó, momentáneamente le tocó el pelo dulcemente, y en el camino a la cocina le gritó—¡Realmente fue tu padre quien se dio cuenta!

—¿Papá? ¿Qué, ahora ambos me espían?

Su madre se rió sirviéndose un poco de café.

—No te estamos espiando hyuk, estábamos revisando las cámaras de la entrada por si había pasado algo raro durante el día y los vimos—aclaró.

Minhyuk suspiró, estaba agotado y esta situación era la que evitaba, solo quería irse a dormir, por alguna razón no podía moverse de su lugar. Había sentido como su progenitora lo miraba con una mueca, con los turnos del hospital esta no podía pasar mucho tiempo en casa, y mucho menos hablando con él. Posiblemente, era culpa de ambos, ya que con el paso del tiempo se fueron distanciando a tal punto de ni siquiera verse una vez al día. Y posiblemente también reflejaba la sorpresa de la mayor al ver que su hijo interactuaba con más gente de la que pensaba.

—Hijo, sabes que puedes confiar en nosotros si tienes preocupaciones ¿no?

El menor asintió en silencio. Su madre tomó una respiración y dejó su café en el mármol de la mesa, para proceder a abrazarlo. Hace tiempo que no lo hacía, y Minhyuk no se había dado cuenta de lo mucho que lo había necesitado.

—Sea lo que sea que haya entre ese chico y tú, si son amigos, conocidos...—lo estrechó más en sus brazos—o pareja, nosotros vamos a estar ahí para ti, hyuk. Eres nuestro hijo, y te amamos.

No sabía en qué momento, pero las lágrimas que habían empezado a caer por sus ojos estaban manchando el suéter de su madre. Sintió las caricias en el pelo como si volviera a ser un niño pequeño; quizás aunque había pasado tanto tiempo, Minhyuk nunca pudo crecer.

، depayser ©  binhyukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora