Nueva Alumna... "nueva"

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Pov. narrador

La academia mestiza, super famosa por sus grandes campus y su hermosa arquitectura, para ricos y con cerebro. Annabeth se dirigía a un paso lento hacia su “nueva escuela”, la verdad, es que ya había estado ahí.

Tenía unos siete años cuando la becaron para otra escuela en otra ciudad, después de ella, estuvo entre países estudiando. La única diferencia entre esa escuela y las otras, era que era normal. Y si, “normal”, porque se estudia y se hace deporte, pero nada más.

Entro a la recepción y vio a la secretaria, esta levanto la mirada y abrió los ojos, seguía siendo la misma viejita que recibió a Annabeth cuando tenía seis años al colegio-universidad.

Querida, hace tanto tiempo que no te veía, Annibell – dijo con una sonrisa y voz dulce, annabeth mantuvo su cara fría e inexpresiva, no le gustaba socializar, en especial con adultos.

Es Annabeth – dijo fría como el hielo, parece que la vejez arruina un poco tus sentidos, porque la secretaria no se dio cuenta de que Annabeth ya estaba molesta e irritada. Siguió a la viejita por los pasillos, le parecía extremadamente largos, pero recordó que caminaban a paso sumamente lento.

Después de haber estado en Ye ran y la escuela Paridis, se había acostumbrado a la velocidad y siempre tener prisa, sin embargo, ahora, estaba caminando tranquila en una escuela perfecta, toda ordenada y limpia, diferente a la de Adrahls.

Pasaron la sección escolar y pasaron a la universitaria, era otro edificio con un campus.

Perfecto, justamente lo que más odio – pensó desanimada, aunque en realidad no estaba mal, era mejor que vivir con su “padre” y su madrastra, y su insoportable hija.

La viejita le mostraba los casilleros y cuál era el suyo, hacía bastante tiempo que no utilizaba un casillero, todavía tenía su bolso café gastado tan grande que llevaba a todas partes, era su mochila. Llegaron frente a un salón, estaba el profesor explicando algo de historia universal, se acordaba de ese profesor, una vez fue hacerle clase a los de primero, de hecho, fue a cuidarlos porque la profesora había faltado.

La secretaria toco la puerta, el profesor miro afuera y la vio, le sonrío y luego sus ojos brillaron animados, “mierda, me reconoció” pensó la rubia. Tenía una silla motorizada, se acercó y abrió la puerta, la viejita se despidió de la ojigris y se fue tatareando una canción alegre.

Annabeth no quería hablar con nadie, pero sabía que no podía ser descortés, saludo asintiendo con la cabeza al maestro y este le indicó pasar, entró al aula que estaba en completo desorden, se dirigía al asiento vacío al lado de la ventana en el fondo, cuando el maestro la hiso detenerse.

Se devolvió en sus pasos y se puso frente al pizarrón mirando al curso, el profesor pidió silenció con las palmas, sorprendentemente el curso se calló.

Alumnos y alumnas, hoy llega una nueva alumna, intégrenla – dio una sonrisa y se volteó a ver a Annabeth, todo el mundo puso la mirada en ella, ella solo se quedó quieta en el lugar – em, tu nombre querida.

Lo encontraba una estupidez, era obvio que Quirón (el maestro) sabía quién era, soltó un suspiro pesado y miro al frente – soy Annabeth Chase – muchas parecían estar esperando el “un gusto conocerlos”, pero la chica no pensaba ni sonreír ni decir esa palabra - ¿me puedo sentar ya?

Quirón asintió con la cabeza, Annabeth rezaba para que no abriera la boca, pero sus rezos no funcionaron.

Ah, se me olvidaba – dijo el viejo profesor con una sonrisa, Annabeth se sentó en el fondo junto la ventana, el asiento de al lado estaba vacío por suerte suya, se sentó y rezo que no digiera lo que no quería que digiera – annabeth era una antigua alumna, así que espero que alguien que la conozca la ayude a reintegrarse.

¿puedo besarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora