El inicio de un flasback

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Pov. Annabeth

Una de las cosas que más me duele todavía es Annie. Ni siquiera recuerdo cuanto tiempo en coma lleva, ¿dos años? ¿dos años y medio?

Antes venía a verla todos los días, hasta que me fui. Solo tenía diecinueve años cuando hice lo posible para irme.

No fue odio, ni cualquier problema el que me sacó de aquí. No, para nada. Solo quería tener una carrera decente de arquitecta. Jamás pensé que por irme las cosas se derrumbarán a pedazos.

Sus manos estaban frías, no era raro. No pude evitar dejar salir un par de lágrimas. Si tan solo no hubiera pensado tanto en mí, si no me hubiera ido las cosas no estarían así.

Me levanté tambaleante. Me sequé las lágrimas con las muñecas y la miré por última vez. Sé que Marley no tiene la culpa de las cosas que me han pasado, pero pienso descargarme en ellos y ganar este partido cueste lo que cueste.

Principalmente me había unido a la Legión de reconocimiento para poder salir del país y ver otros lugares. Gracias a eso estudié en distintos lugares y conocí a otras personas. Me sentía libre, no aprisionada por mis constantes preocupaciones. Pero, al fin y al cabo, tenía que empezar a ver lo que sería el futuro, por eso decidí dejar el SNK y empezar los estudios.

Me di la vuelta lista para irme, le dejaría las donas. Siempre lo hago y siempre desaparecen. Aunque sea alguien trabajando aquí quién se las come, prefiero pensar que a lo mejor fue ella.

Levante la cabeza y me di un cabezazo contra un mentón duro.

Uh, eh, perdón – se disculpo Percy. Otra vez ¿Qué rayos hace aquí? Lo fulminé con la mirada, una cosa es querer ayudar, pero otra cosa es quitarle a alguien la privacidad.

¿Qué haces aquí? – refunfuñé. Percy se rascó la cabeza nervioso, lo que siempre hace cuando lo está. Me quedé parada esperando respuesta – ¿sabes que no puedes espiar a alguien verdad?

Es que me perdí y me separé de los demás chicos, y te vi solo a ti – empezó a explicar trabándose cada dos palabras. Agh, realmente uno no puede dejar a Percy solo ni por cinco minutos, pasó exactamente lo mismo en el centro comercial – entonces tu entraste y te seguí aquí dentro... ¿Estás bien?

De maravilla, largo – le ordene. Percy no se movió ni un centímetro – AGH, L – A – R – G – O ¿Qué no entiendes?

¿Recuerdas la primera vez que pelamos? Fue por lo mismo, no puedes llorar sola y en silencio, te estás matando – si la recuerdo perfectamente. Recuerdo perfectamente odiar ese día y esa discusión. Odio que la gente se preocupe por mí, ¡viva su vida sin meterse en la mía! ¿¡que le importa si estoy atropellada, excelente o muerta!? – Esto me lo dijo alguien muy especial para mí, las personas se aíslan. Lo mejor es tratar de apoyarlas lo más posible, aun cuando no quieren

Esa era mi frase. Ahora estoy cien por ciento arrepentida de habérsela dicho. Aunque era bastante dulce de su parte.

Te todos modos, no necesito la ayuda de un infiel, traidor y asquerosa persona como tú – ya me empezaba a doler decirle tantos insultos, pero no puedo hacerme atrás, lo que dije ya lo dije. Percy mantuvo su cara mirándome directamente a los ojos – y hablo en serio

Annie, tu sabes que todo fue una idea de Rachel. Yo tan solo te confundí con esa tonta, lo siento mucho. Sé que no está bien, pero dame otra oportunidad – rogó. Por dios, ¡SI! Quiero darte otra, pero ni siquiera yo misma me hago caso. Negué con dolor la cabeza y pasé de largo de una vez.

Una de las cosas más preciadas que tengo es la confianza, y tú, Jackson, la rompiste – me fui en silencio escuchando a Percy tratar de decir algo.

¿puedo besarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora