¿es de fiar?

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POV. ANNABETH

El rubio estaba encima de Percy dándole puñetazos, Percy se defendía a patadas. La gente grababa la pelea, de pronto vi a Jason en la multitud, ¿qué? me fijé bien, el rubio de la pelea era el chico de la cicatriz.

Percy se lo sacó de encima y le levanto dispuesto a seguir peleando, cosa que claramente no sabía. Iba a lanzarse a la pelea otra vez, pero lo tomé por atrás, tenía más fuerza de lo que creía. Se escucharon ruidos molestos, pero no iba a dejar a Percy peleando ebrio contra ese otro idiota.

Tiré de él y lo arrastre hasta afuera, se me escapo. Iba a devolverse, lo agarré de la muñeca.

¡HEY! Ya fue suficiente, ¡cálmate! – grite, recién entonces pareció ver quien era, se dio vuelta y dejo de tirar, me quedó mirando como si hubiera perdido la vida, a penas lo solté un poco, volvió a tironear más fuerte - ¡oye! ¡para!

¡Nadie se mete con mis amigos! – grito, al umbral de la puerta, el otro rubio tambien era contenido por sus amigos, Percy al verlo le salió humo por las orejas, empezó a ejercer más fuerza, no tenía tanta fuerza para contenerlo, al parecer el otro se aburrió de tironear con sus amigos y se dio media vuelta - ¡Ven aquí cobarde de mierda! ¡te partiré los huesos Luke!

De a poco dejó de tirar, se había cansado, antes que pudiera seguir, le hice una llave de yudo esperando inmovilizarlo hasta que se calmara. Percy trataba de sacarme de encima suyo, pero ya lo tenía sujeto, aunque ciertamente me incomodaba.

¡Percy! ¡Hey! ¡Para! – Percy no se paraba de mover, tenía un pésimo olor a Alcohol. Definitivamente había sido pésima idea dejarlo solo, aún cuando eran por unos minutos. Al final, dejó de tironear – ¿¡quieres calmarte!?

No respondió, al fin se había quedado quieto. Lo obligue a mirarme a la cara, resultaba que no podía hablar porque tenía una mueca de dolor por mi llave. Lo solté preparada a lanzarme encima de él si volvía a hacer algo.

Se sacudió la ropa y me miró molesto, pero al final su mirada cambio a ¿coqueta?, se empezó a acercar a mí, el patio seguía lleno de personas, pero ninguna parecía fijarse en nosotros, como rezaba que apareciera Rachel.

Tambien fui retrocediendo, no entendía a mi cuerpo, ya le había roto la cabeza a más de una persona que había tratado de acorralarme, pero con él simplemente no podía. Lo miré a los ojos, mala idea, me perdí en su verde mar hipnotizante.

Para mi pésima suerte, choqué con la pared de la casa. Percy puso ambos brazos al lado mío apoyándose en la pared. Acercó su cara a la mía, su olor a alcohol me iba a hacer vomitar. Con la mano corría mechones de pelo de mi cara, el corazón me iba a mil por segundo, debía estar más roja que un tomate.

Antes que pudiera hacer algo, me besó la frente...

¡AHG!, apenas se alejó me agache escondiendo mi cabeza en mis piernas, ¡¿Cómo se me ocurrió que iba a besarme en los labios?!

¿estas bien? – pregunto en un tono ebrio que me pareció sexy. Lo miré hacia arriba, su estúpida sonrisa me volvía loca. Quería quitársela de un derechazo. Con el poco orgullo que me quedaba me levante para quedar frente a él, aunque me ganaba por unos cuantos centímetros – ¿Puedo saber qué pasó?

¿Puedo saber qué te pasó a ti? – le dije enojada, realmente no quería estarlo con él, pero soy Annabeth Chase, la fría que nadie quiere, y él no me haría cambiar – te estabas peleando EBRIO y ahora me besas en la frente como si me fueras a besar en los labios

¿y te hubiera gustado que lo hiciera? – quedé helada con la pregunta, ¿me hubiera gustado? ¿sí? ¿no? Si le decía que no nunca lo haría... ¡¿pero porque pienso eso?!

¿puedo besarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora