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005 | PROBLEMAS.
Al salir del restaurante camino hacia donde mi instinto me dice que ella se encuentra. Siento la rabia comenzar a correr por mis venas, la sensación de querer matarla de nuevo me llena pero me da impotencia el saber que volverá a revivir.
Camino pasando entre la gente, no me importa chocar con las personas, las aparto sin pedir disculpas. Ahorita lo único que veo es mi juicio nublado por la furia.
Siento el picor en mis manos, siempre se me es difícil controlar mi poder cuando las emociones son muy fuertes, en este caso es la furia la que hace que me descontrole un poco y lo que menos quiero es quemar algo o alguien y por eso apresuro mi paso hasta llegar a una calle donde sorprendentemente, o más bien, mágicamente, no pasa nadie.
Las personas siguen su camino como si no existiera esa calle, ignorando a la mujer en medio de la calle, mi tía.
Ella tiene sus manos detrás de su espalda y tiene una sonrisa burlona en el rostro.
Con ganas de quitársela de un puñetazo.
Calma, presiento que eso sucederá en unos momentos.
Camino hacia ella a pasos lentos.
— Te habías tardado en aparecer, tía — digo nombrándola con sarcasmo.
— Estaba haciendo cosas más importantes — dice haciéndome reír.
— ¿Qué es más importante que capturar a tu sobrina para ser más poderosa? — le pregunto con burla.
Nancy comienza a caminar hacia su costado derecho haciendo que yo lo haga a mi izquierdo, ambas comenzando a caminar en círculos sin apartar la mirada de la otra.
— Sólo diré que esta vez no será fácil librarte de mí — murmura y en un movimiento rápido alza su mano hacia mí.
Un ligero dolor punzante comienza a molestar en mi nuca.
— ¿A quién mataste esta vez, Nancy? — pregunto ya que antes, su magia no podía afectarme tanto como lo está siendo ahora, antes era un leve cosquilleo ahora sí que siento un poco de dolor pero no lo demuestro — ¿A qué aquelarre mataste? ¿o fue un vampiro? ¿un hombre lobo? Porque está claro que tú no tienes la fuerza suficiente — la provoco sintiendo mis ojos picar, sé que en ellos se refleja el fuego.
— No importa a quien mate, lo que importa es que ahora, la que ganara seré yo — exclama y con burla me acerco a ella.
Ay si tú.
— Que ilusa eres al pensar que puedes ganar — digo y lo dejo escapar.
Dejo que esa ira salga a flote. Mis ojos brillan de color naranja, las llamas cubren mi cuerpo sin llegar a quemarme, el fuego es mi elemento, yo soy el fuego.
