"El fallo es tener un problema y nunca aprender"
El Dr. Zico caminaba por los pasillos del hospital mientras observaba algunos papeles de la clínica, tenía que llevárselos a su compañero de trabajo el Dr. Min para que le hiciera un último chequeo. Una vez encontró la puerta que lo adentraba a aquel consultorio dio unos leves toques para así escuchar una respuesta por parte del doctor Min pero en cambio sólo escuchó nada, al parecer no había nadie, volvió a tocar pero recibió el mismo resultado así que, para estar más seguro giro la manecilla y se adentró al oscuro consultorio. Mientras caminaba por aquella habitación inconscientemente se recordó que aquel día era Miércoles. Si, el día en el que el Dr. Min descansaba, ¿como pudo olvidarse de ese detalle? Instantáneamente retrocedió y cerró la puerta por detrás suyo. ¿Ahora que haría? Esos documentos se entregaban antes de que acabará su turno pero el Dr. Min tenía que revisarlos.
Paso media hora después de aquel suceso, ya era hora de la merienda así que el Dr. Zico aprovechó aquel receso para ir directamente a la casa de su compañero de trabajo. Tenía que ir rápido pues si no lo hacía, no le daría tiempo de comer. Bajo al estacionamiento y buscó su coche color negro para después subirse e ir a su destino.
Cinco minutos después llegó a aquel edificio blanco. Agarró los papeles que yacían en el asiento copiloto, se quitó el cinturón de seguridad y finalmente salió del vehículo para así empezar a dar varios trotes hasta llegar a aquel edificio.
Una vez adentro, buscó el ascensor principal y camino hasta estar enfrente de el. Presiono el botón y las puertas se abrieron para así poder dejar pasar a zico y poder presionar su destino. No pasaron menos de un minuto y las puertas del ascensor nuevamente se abrieron, Zico salió y posicionó su vista a el número 115. Tan sólo basto pasar por unos cuartos para llegar a la puerta con tal número.
Rápidamente tocó el timbre de la habitación y espero, espero respuesta por el pelinegro pero no obtuvo nada, volvió a tocar y así unas tres veces más pero no escucho nada. Al ver que eso no funcionaba decidió dar unos leves toques a la madera, después unos más fuertes hasta que una voz hizo detenerse
—¡¿quien es!? ¡No dejan dormir! ¡Que no ven que hoy es mi día de descanso!
—perdon Min, soy Zico— habló algo apenado — ¿puedes abrirme la puerta? Necesito que revises algo y después me voy
—ash, ya que— contestó vagamente el pelinegro mientras abría la puerta
Pronto las fosas nasales de Zico se llenaron de aquel olor asqueante, ese olor a alcohol y cigarro combinado, no pudo evitar taparse la nariz y entrecerrar los ojos por el repugnante olor
—pasa— dijo Min arrastrando sus palabras por lo tomado que estaba, se tambaleaba en todo momento pero se agarraba de la pared
Zico pudo observar que el departamento de Yoongi estaba patas pa riba, todo estaba tirado, mesa, sillas, cobijas, ropa. Todo estaba hecho un desastre
—Wow parece que alguien si que estuvo enojado
—no hagas ruido, me duele la cabeza— regaño Yoongi al chico mientras arrugaba exageradamente las cejas— que es lo que tengo que revisar
—ah si, son estos documentos, ten, leelos y luego dime tu opinión, si es mejor, firma
—no es necesario, confío en todos—dijo el pelinegro arrebatando los papeles de las manos ajenas para después ir hacia donde estaba una pluma y firmarlos— ya, aquí está, puedes irte— dijo entregándole los documentos y empezar a empujarlo hacia la salida
Zico estaba feliz pues las visita fue realmente corta, aseguraba que no había durado menos de cinco minutos pero tenía curiosidad el saber por qué Yoongi estaba así, el siempre fue un hombre serio, y más serio, era sorprendente verlo en ese estado, tenía que saber lo que pasaba aunque al final se ganará unos gritos, regaños y tal vez unos golpes
—Min, ¿pasa algo?— cuestionó el chico mientras frenaba
—no es de tu incumbencia, así que puedes irte— habló Yoongi arrastrando nuevamente las palabras
—dime, puedo ayudarte
—Jajajajaja — empezó a reír el pelinegro como si le hubieran dicho un gran chiste— ¿ayudarme? Pff nadie puede ayudarme así que ya vete
—bueno es-
—¡dije que nadie!— grito el pelinegro haciendo que el chico bajara la cabeza avergonzado, pronto Yoongi en medio de su borrachera imagino a tae, un tae que yacía frente suyo, bajando la cabeza, avergonzado— nonono, perdoname Tete, no fue mi intención — dijo el pelinegro posicionando sus manos sobre la cara de Zico
—¿q-que? ¿Te-te?— el chico estaba confundido, no sabía de qué estaba hablando el pelinegro, estaba tan confundido que no se dio cuenta cuando el pelinegro lo beso
Tan sólo duró unos segundos y Zico empujo al pelinegro, ¿que mierda estaba pasando?
—tete ¿por que me emujas?— habló Yoongi con una cara demacrada — se que estás enojado, estas enojado por que no quieres verme así, borracho. Lo sé.
—Min, no se de que estas hablando, mejor me voy ok— dijo Zico para después ir hacia la puerta pero una mano lo detuvo
—tete, no te enojes por favor. No sabes cuánto te extrañe, no sabes cuánto me odio por no hacerte caso. No sabes c-cuanto m-me d-uele el averte h-hecho e-esto. Y-yo, p-perdo p-perdoname— el pelinegro empezó a llorar, Zico no sabía lo que pasaba
—Min, no se que pasa. Explicame
El pelinegro iba a decir algo más pero no pudo, se desmayó y Zico pudo agarrarlo antes de caer al suelo. No debió ser curioso, si no, nada de esto estaría pasando. Pensó
ESTÁS LEYENDO
미안 해요-Kookmin
Fiksi PenggemarCuando ya no queda ni la más mínima esperanza, te duele Cuando solo queda alguien que está a tu lado para apoyarte, la alejas Cuando solo te quedan mínimos instantes, te vas La vida es corta, tan corta que no te das cuenta que has corrido demasiado...