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No quise dejar a Shisui así, pero tenía que atender esta emergencia, cada vez que sonaba un código azul, todo el personal que no estuviera con un paciente debía correr a ayudar.

Tuve que hacer todo lo posible para apartar a Shisui de mi mente, de cierto modo me sentía emocionada por volver a verlo, sobre todo porque él mismo básicamente me ordenó no volver a verle, me sentía como una niña que se enamora de alguien en el autobús.  

Teníamos todo un equipo formado antes de que llegara la ambulancia, mi tarea era averiguar que tipo de sangre el paciente, para así poder hacerle una transfusión inmediata y evitar un inminente  paro cardio-respiratorio por shock hipobolémico (desangramiento), aunque ya teníamos todo coordinado no podía evitar estar nerviosa, mis piernas temblaban y mis palmas sudaban,  tenía que admitirlo, ver mucha sangre me causaba algo de pánico. A penas se abrieron las puertas de la ambulancia un fuerte olor metálico inundó mis fosas nasales, me revolvió el estómago de forma abrupta, pero no había tiempo para tener náuseas, todo ocurría demasiado rápido como para sentirse mal y yo no podía quedarme atrás.

Corrí tras la camilla para obtener un poco de su sangre, lo cual no fue difícil gracias a que estaba regada por todo el lugar, una ves  la obtuve hice las pruebas rápidas de reconocimiento visual. 

- Lo tengo - dije fuerte y claro - grupo sanguíneo 0 Rh negativo, repito, grupo sanguíneo  0 Rh negativo - repetí para que no quedaras dudas. 

- Bien hecho niña - no había notado que la señora Tsunade estaba ahí, ella era quien coordinaba toda la situación - ahora releva a Sasori en las compresiones - con que así se llama aquel enfermero pelirrojo, no le di más importancia e hice mi trabajo.

Me puse en posición y cambié con Sasori, era impresionante como todo el mundo trabajaba con sumo cuidado y concentración en una coordinación perfecta, esta era una situación tan delicada que no había espacio para error, no con 10 personas ahí dentro dando todo de si. A pesar de que el chico bajo mis manos seguía sangrando ya no sentía el fuerte olor a sangre, es sorprendente se bloquean las cosas que pueden hacerte perder la cabeza.

- 1;2;3, Despejen - Gritó un desconocido tras de mi dando un choque eléctrico con el desfibrilador, a penas me separé me di cuenta que entre el equipo de enfermeros, paramédicos y médicos, ya habían controlado la hemorragia -  1;2;3, Despejen - con ese segundo choque eléctrico el corazón del sujeto volvió a latir correctamente.

Una vez nuestro paciente estuvo estable lo trasladaron a cirugía de trauma para suturar la arteria dañada y pudiera comenzar a sanar.

- Estás cubierta de sangre - llamó mi atención el pelirrojo tras de mi - ven, no puedes seguir atendiendo así - solo me limité a asentir y seguirlo hasta donde estaban los casilleros, este chico parecía tener la edad de mi hermano, pero él se veía mucho más serio. De todos modos me resultó amable de su parte el acompañarme - ¿ Tu primer código azul? -preguntó rompiendo el silencio que se había formado entre nosotros.

- ¿ Tan obvia fui? - repliqué con un tono suave algo divertida, mientras reacomodaba mi moño.

-  Aun te tiemblan las manos - señaló sin darle mucha importancia, para luego sacarse la parte de arriba de su uniforme ya que él también poseía unas cuantas salpicaduras en su ropa, eso hizo que me subiera el color rojo a la cara y desviara  la mirada inmediatamente, lo cual causó que él soltara una risita  - creí que al ser estudiante de medicina estabas acostumbrada a ver torsos desnudos - sonaba divertido y burlón, lo cual provocó que me pusiera aun más roja.

Cuando cambié mi bata él tomó la que se encontraba cubierta de sangre, me dijo que cuando pasaban esas cosas el hospital se encargaba de descontaminar, la así que no me preocupe demasiado. Cuando ambos terminamos cada uno volvió a lo suyo, Sakura se había encargado de Anko, quien ya estaba ingresada y pasaría un par de días en observación.

Sakura aprovecho ese pequeño espacio de tiempo para interrogárme acerca de Sasori y de por que desaparecí junto a él.

- Quien lo diría - sonrió pícara mientras llenaba una ficha médica. - No creí que quisieras acercarte a un chico por voluntad propia.

- Pero que cosas dices - le di un suave codazo en las costillas, mientras me ponía extrañamente nerviosa - solo me dijo que hacer con la bata.

- Como tu digas - continuó riendo - solo recuerda devolverle el estetoscopio - añadió guiñándome un ojo.

El resto del día transcurrió tranquilo, atendimos un par de accidentes domésticos leves y unos cuantos sangrados nasales infantiles. Paralelo a esto recibí una llamada de mi hermano, me dijo que tuvo una complicación en un caso y que llegaría tarde, otra noche sola pensé, ya ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que pasé la tarde con mi hermano, eso me causaba tristeza y me hacía sentir sola,  Kakashi era la única familia que me quedaba y ni siquiera podíamos pasar una tarde juntos como antes. Toda es frustración  hizo que se me llenaran los ojos de lágrimas, "Las niñas grandes no lloran" , eso fue lo último que me dijo papá, así que sacudí mi cabeza y sequé  las lágrimas que amenazaban con salir de  mis ojos, tenía que continuar con el trabajo.

~ Narra Shisui~

Ella corrió dejándome con las palabras en la boca, volver a verla me trajo una extraña sensación de calidez, una que no recordaba cuando fue la última vez que sentí. Aun así fue algo incómodo al ver como ella corría tras Akasuna, él la veía con deseo,  la miraba con los mismos ojos que yo. 

Sé que no debía venir, yo mismo fui el que le dijo que se mantuviera al margen de toda esta situación, pero al ver aquel artefacto sobre la mesa de la cocina supe que era yo quien debía ir a entregárselo, no quería que indagaran más a cerca de ella, no después de todo lo que conseguí averiguar, quería mantenerla lejos de toda esta basura, es por eso que a pesar de saber que ella tardaría en terminar con el turno, decidí esperar a que saliera otra vez.





Luz y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora