i was lost until I met you

Capítulo ocho

Cuidar de unos niños pequeños y necesitados de atención maternal resulta difícil incluso cuando Louis disfruta mucho de estar con ellos. Los mellizos se han vuelto realmente dependientes de él al punto en el que no le gusta hacer nada que no implique tener al omega acompañándolos, por lo que en las últimas dos semanas les ha acompañado al dentista, la peluquería y ahora van de camino al pediatra con Ellio.

Hace poco más de un mes que ha comenzado a trabajar cuidándolos y parece haberse convertido en otro miembro de la familia, pues ni los niños ni Harry lo tratan como a alguien que trabaje para ellos. Con este último aun mantiene la costumbre de no tutearlo, ambos se tratan con gran respeto y aun Louis se siente como un niño a su alrededor.

A pesar de que comparte pequeños momentos en donde ambos mantienen conversaciones vivas o Louis le enseña a Harry recetas sencillas de comida, el alfa parece tratarlo como si tuviese la misma edad de los mellizos. Es bastante paciente, le habla con claridad y delicadeza, pero siempre manteniendo una ligera distancia entre ellos. Como si quisiera dejar bien en claro que de que él es un hombre maduro y de que Louis apenas inicia la adultez.

No le molesta del todo, resulta atractivo ver que Harry es un verdadero hombre con educación, modales y un gran sentido de respeto por el espacio personal. Aunque le preocupa pensar que el alfa actúa de esa manera porque teme cruzar alguna línea o que Louis sea quien intente cruzarla.

No tiene pensado hacerlo, obviamente. Harry es alguien mayor, que ha vivido cosas diferentes y es padre de tres niños pequeños, además de ser el presidente de su propia compañía. Sabe que jamás, ni en un millón de años, el alfa le verá con otros ojos que no reflejen unicamente una cálida amabilidad. Así que no pierde su tiempo pensando en ello.

O sea, Louis no es ciego y a veces se permite a sí mismo admirar el espléndido físico que se carga Harry. A veces admirando sus piernas y espalda cuando este no se da cuenta, porque es un joven omega con hormonas, pero es sólo eso, disfrutar de la vista.

Hoy es la revisión médica del pequeño, por lo que oficialmente sabrán a que género pertenece y para asegurarse de que todo esté en orden. Louis piensa que por el comportamiento tranquilo pero territorial de Ellio este pueda ser un alfa, y Harry piensa que por su olor fuerte pero dulce puede ser un omega.

—¿Nos quedaremos con la abuela mientras ustedes van al medico con Ellio?—pregunta Edward, no muy contento de separarse de Louis aunque sea sólo por una tarde.

—¿Por qué no podemos ir con ustedes?—pregunta esta vez Abby.

Harry mira a ambos niños a través del retrovisor.

—Ellio estará más tranquilo si Louis entra a la consulta también, saben que no le gusta el médico y no vamos a dejarlos solos fuera del consultorio—explica, pero ambos niños siguen sin estar contentos.

Ambos se cruzan de brazos y hacen el mismo gesto de disgusto.

—¿Se pondrían felices si les digo que iremos a comer helado después?—pregunta Harry y apenas los niños lo escuchan olvidan todo rastro de molestia.

Cuando los dejan en casa de Margaret, ella ignora completamente la presencia de Louis incluso cuando se acerca a saludar a Ellio (Quien estaba abrazado al omega en ese momento). Él solamente la ignoró de igual manera, pues no le apetecía provocar nuevamente su furia y ser el centro de sus comentarios incómodos.

Cuando llegan al consultorio van a la parte de recepción, Harry carga con el bolso lleno de lo que Ellio pueda necesitar en una salida y Louis sostiene al pequeño en brazos. A primera vista se les podría confundir con una pareja, y Louis está seguro de que la mujer beta que los atendió pensó lo mismo, al menos hasta que sus ojos se fijaron en el cuello libre de marcas de Lou y su rostro cambió a uno de disgusto.