Día 4: Discusión (Riumba)

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En una habitación yacía dormido un peli-azul roncando con sueños profundos, o eso se creía. La puerta fue tocada tres veces y eso lo despertó de su siesta.

-¿Pero quien viene a estas horas?- claro ni sabía qué hora era, al menos era de tarde. Se levantó malhumorado abandonando la cama y fue a abrir la puerta, suerte tuvo al no haber chocado con nada estando soñoliento. Del otro lado estaba un pollo con una pequeña sonrisa.

-Buenos días Timba- se acercó al nombrado y le dio un abrazo, este tenía una cara de amargura y se supone que Trollino era el único con esa cara. -Se que aún estás cansado pero tienes que salir de tu cuarto-.

-¿Por qué?- dijo con ojos entrecerrados y casi perdiendo el equilibrio.

-Timba no puedes estar dormido en tu cuarto toda tu vida- tomo la mano de Timba y lo guió hasta la sala.

Al menos Timba no se había caído ni chocado con alguna pared de la casa.

-Puedes dormir en el sofá, te traeré el desayuno- dejo al peli-azul en el sofá y se fue hacia la cocina dejándolo solo. Este solo se acostó en el sofá a seguir durmiendo, unos segundos bastaron para volver a quedarse dormido.

De pronto sintió una sacudida en su hombro, con pereza abrió sus ojos y de nuevo estaba Rius pero con un plato de lentejas.

-Aqui tienes- le entrego el plato mientras cerraba los ojos y le dedicaba una sonrisa, aunque suene ilógico los pollos no tienen dientes pero Rius es único y diferente de su especie. El pollo abrazo el brazo de su contrario y le pregunto lo de siempre -Timba, ¿Riumba is real?-.

Timba desvió la mirada tratando de zafarse del agarre, y la respuesta era la misma -No, pesao- Rius bajo la mirada pero no le importaba así era todos los días.

Aunque esta vez quizo hacer algo nuevo -¿Ni un poquito?-.

-Que no-.

-¿Casi nada?-.

-Quitale el "casi", esa es mi respuesta-.

-¿Seguro?-.

Esa fue la gota que derramó el vaso de Timba. -¡¿Qué parte no entiendes?!- el pollo quedó paralizado, nunca había escuchado a Timba levantar la voz de esa manera. -Entiendelo Rius, nuestro ship no será real, deja de insistir eso todos los días de mi vida. Estoy cansado de ti, creo que mi vida sería genial sin tu presencia-.

Rius se había quedado sin palabras, sentía una punzada en su pecho y un nudo en la garganta, no quería verse mal ante Timba, se soltó de su agarre y se levantó lentamente.

-No quería molestarte- llevo una mano a su pecho emplumado y apretó esa zona -Siento haber aparecido en tu vida y arruinarla- dejo solo a Timba, unos segundos después de abandonarlo se escuchó una puerta cerrarse de golpe.

Y entonces parecía que Timba había llegado a Tierra, proceso lo que había hecho, le había roto el pequeño corazón a Rius, sentía que no le iba a perdonar esta vez. Fue a su cuarto y cuando abrió la puerta lo más silencioso posible ahí estaba, lo que alcanzo a ver justo al abrir la puerta era que el pollo estaba guardando su móvil.

Había una gran tensión en esa habitación, sentía que cada vez que daba un paso al frente la habitación se encogía.

-Eh, ¿Rius? Yo...-

-¿Que?- esa interrupción sonó muy seca para Timba, Rius no era así ¿verdad? -¿Querías perdonarme y hacer que todo vuelva como era antes no?- parecía que le había leído la mente. -Timba, ¿al menos sabes por qué hago esto siempre?- seguía callado, -¿Por qué crees que tengo tu cara en mi suéter?-.

Su cuerpo seguía congelado, no podía abrir la boca y sacar al menos una vocal.

-¡¿Ni siquiera sabes por qué?!- noto que la luz que entraba por la puerta estaba desapareciendo, al voltear solo vio que la puerta se cerró de golpe. Al querer abrirla no podía, parecía que alguien o algunos evitaban que pudiera abrirla. -¡Mírame a los ojos cuando te hablo!- dejo la puerta de lado porque ahora Rius estaba frente a él con una mirada asesina.

Ahora si podía hablar, exactamente tartamudeaba -Ri-Rius, yo so-solo quería...-.

-¡Nada!- un brazo impedía su escape, el peli-azul ahora solo quería que la tierra se lo tragara. -Timba, no solo soy así contigo, lo hago con todos. Lo hago porque los quiero, a todos. ¿O es que acaso quieres que me aleje de ti, para ver si eres capaz de hacer algo sin mi?- Timba, aún con la piel pálida, negó con la cabeza varias veces, -Muy bien, que te haya quedado claro- quitó su brazo para abrir la puerta y ver que ahí estaba Invictor.

-Hola~ mamá pollo-.

-¿Invictor? ¿Que haces aquí?- pregunto Rius, por Timba que ahora sí se quedó sin palabras.

-¿Me puedes volver a enseñar el sándwich que hiciste la otra vez?- el espartano con una voz tierna suplico a el pollo que sin pensarlo asintió y salió de ahí dejando a Timba que aún seguía en shock.

En la cocina Rius le agradeció a Invictor por sostener la puerta y no dejar que Timba huya de ahí como el cobarde que sería, Invictor era su segundo mejor amigo en el que podía contar con el. Por otro lado Timba seguía procesando lo que acababa de pasar, es mejor no hacer enojar a una mami pollo.

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