•Desdicha• ||Libro #2||

•2•

Ni siquiera yo mismo me reconocía al verme al espejo del baño de aquel motel, intenté despejarme remojando mi cara con agua fría, tal vez había esperanza de que todo aquello fuera un sueño, pero al tallarme fuertemente los ojos, al abrirlos me ví en la desgracia de que todo lo que estaba pasando era real. Por momentos mi cuerpo actuaba por sí mismo, algo me obligaba a actuar como lo hacía.

Me saqué el rostro con una de las toallas limpias del baño y regresé a la habitación en donde me senté al borde de la cama mirando al piso, lo único que llevaba cubriendo mi cuerpo era el simple bóxer. Observé la ropa esparcida por el suelo y pasé mis manos por mi rostro, estresado. Detrás de mí, se removió un poco y sólo la sentí abrazarme por la espalda.

— ¿Qué estamos haciendo, Eijiro?... — Noté la tristeza en su voz, estaba algo quebradiza — Se supone que estás con Katsuki — Escondió su rostro en mi espalda y sentí sus lágrimas humedecer su piel.

Deseaba con todas mis fuerzas formular la frase que la hiciera saber sobre el efecto del quirk pero las palabras no salían. No pretendo culpar a Mina por haber aceptado comenzar a acostarse conmigo, ni por haber aceptado mi propuesta de matrimonio, el único culpable en todo esto soy yo por mi falta de fuerza de voluntad. Ella incluso se preocupaba por ti y casi siempre lloraba al terminar de hacer el amor conmigo, me decía entre lágrimas y llantos que se sentía fatal por hacerte eso. No la culpes, por favor, ella es una víctima más en todo esto.

— Lo siento, Mina. Siento que te presiono mucho — Por primera vez estaba siendo sincero.

— Me siento mal por lo que le hacemos a Katsuki, él te ama y no se merece esto — Tenía razón. No te lo merecías, merecías el mundo entero y más, pero no podía hacer nada al respecto, no era yo mismo.

— Tranquila, prometo pronto ser honesto con él para terminar todo eso — Volteé mi cuerpo abrazando su cuerpo desnudo, pasó sus manos a mi espalda y siguió llorando en mi hombro —Entonces no tendremos que seguirnos escondiendo — Al contrario de hacerla sentir mejor, sólo sollozaba cada vez más y mi hombro se mojaba más.

— Él no se merece eso, han sido pareja por seis años y yo lo arruiné — Las palabras no salían como yo querían.

— Tranquila — Acaricié su cabello. Mina en todo momento fue tan considerada contigo que me duele haber sido yo el único indiferente en toda esa situación, pero mi cuerpo actuaba como quería y no me permitía alejarme de ella.

Soy un completo imbécil. Espero que Mina me perdone por haber dejado tanto peso sobre sus hombros.