Capítulo 1

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"En verdad te puedo jurar,
Que tarde o temprano,
Nuestras almas se van a encontrar"

El comienzo de una realidad poco creíble

Destiny

"Virginia,
Octubre 1989

—¿Está bien? Señorita, ¿tiene algún teléfono con el que pueda comunicarme? —repetía el chico con bata blanca.

Intenté responderle, pero el martirio en mi cabeza era tanto que a duras penas podía respirar. Mi cuerpo estaba cubierto de sangre y mi piel negra se notaba blanca de tanto raspón. Sentí una presión en el pecho y volteé a ver al chico de la bata blanca, el cual sostenía una especie de trapo sobre mi abdomen mientras presionaba.

—No te vayas, aún no te vayas, ya casi llega la ambulancia, tiene que resistir señorita, resista —me repetía una y otra vez aquel chico de mirada angustiada y voz quebrada. Sus ojos estaban llorosos, sus manos temblorosas intentando contener la hemorragia.

Yo no sabía qué podía hacer, ni siquiera podía moverme.

Lo miré a los ojos con sutileza, y me permití mirar hacia otro lado. El carro estaba destrozado, había sangre y vidrios por todas partes. Mi cuerpo perdía consciencia y poco a poco se disipaba el dolor.

Entonces lo vi.

Mi esposo, Michael, estaba cubierto de sangre, con los ojos cerrados y sin algún rastro de vida, no se veía con certeza su rostro, pero de alguna forma sabía que era él, sin pulso, sin aire, «está muerto» me repetí.

No quería morir, no así, tenía una vida por delante, sueños por cumplir y personas que cuidar.

Mi cuerpo no tenía escapatoria, no podía librarme de aquella bala que había perforado la mitad de mis pulmones, pero al menos mi alma seguía intacta, y ella podía seguir.

Así que justo cuando escuché las sirenas de una ambulancia, también me dejé ir."

Desperté con el pecho sudoroso y un gran dolor de cabeza con la sensación de que aquel sueño fuese real, como si hubiera sido un recuerdo, pero evadí el pensamiento porque mi piel no era morena, era blanca casi como un fantasma, y él no era mi esposo, ni siquiera tenía esposo.

Había sido sólo una pesadilla, porque no había forma de que yo hubiera estado ahí.

   

—¿Cómo me irá sin ti? Sin duda voy a extrañarte —le dije a mi amiga Abby

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—¿Cómo me irá sin ti? Sin duda voy a extrañarte —le dije a mi amiga Abby.

Abby era como mi hermana, nos habíamos criado juntas en el orfanato, ambas éramos huérfanas pero nos teníamos la una a la otra. Abby consiguió una beca para estudiar medicina en Suiza, mientras que yo también lo había intentado ya que quería entrar a la facultad de biología de una de las universidades de ahí, pero, no tuve tanta suerte...

Tal vez en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora