Capítulo 36

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La fiesta - parte 1

Destiny

"Denver. Colorado,
1971

—No puedes hacerme esto Olivia, no puedes dejarlo aquí —me suplicó mi compañera mientras yo desalojaba cada objeto suyo.

—Es mi sueño Jenna, lo lamento.

—Sabes lo que me hizo y aún así no lo vas a hechar, ¿en cambio me hechas a mí? —me reclamó y yo seguí hechando sus cosas al maletero.

—Sólo espero que no me odies.

Michael y yo nos habíamos separado y no quise su ayuda para seguir con mi sueño. Él se había ido a perseguir el suyo y yo había hecho lo mismo.

Pero la diferencia es que con el machismo y racismo empleado en la época, además de mi mala suerte, mi negocio se vino abajo. El gobernador de mi ciudad se había propasado con una de mis empleadas. Cuando me di cuenta intenté echarlo, pero amenazó con quitármelo todo. Él podía hacerlo en un abrir y cerrar de ojos.

Así que nuevamente el egoísmo tocó mi corazón y le cerré las puertas a aquella que me brindó su mano."

Los nervios hicieron que mi cabeza se centrara de nuevo. Sentí las palmas de mis manos sudar y el impulso de llorar, pero cada parte de mi cuerpo se esmeraba para no romperse de nuevo.

Las ganas de preguntarle a Dareth otra vez sobre los sueños me consumían, pero ya había sido bastante egoísta al presionarlo para que me contara lo de su abuela, y si aún no quería decírmelo, entonces haría el esfuerzo por entender y aprender a esperar. Aunque una parte de mí sabía que no podía hacerlo por mucho tiempo, lo que me resultaba extraño ya que siempre fui paciente, aunque parecía que la chica que veía en mis sueños no lo era.

—¿Destiny... escuchaste lo que dije? —me preguntó Abby de repente.

Entonces me di cuenta de que estaba parada frente al espejo, con un vestido largo blanco con pequeños toques azules, bastante ceñido a mi cuerpo, por lo que resaltaba mis caderas. No tenía muchas, pero ese vestido hizo un estupendo trabajo resaltándolas de más. La parte del escote tenía piedras plateadas, mis zapatos eran valerinas del mismo color. Pude haber usado zapatillas, pero tenía ganas de bailar sin que me dolieran los pies. Abby estaba colocándome un tocado al rededor de mi cabeza, el cual tenía muchas lunitas pequeñas en conjunto, haciendo una clara referencia de que yo era Selene, la diosa de la luna.

—Tierra llamando a Destiny —repitió Ellie parándose de la cama y situándose a mi lado, poniéndose un labial rosa claro, mientras Abby mantenía la vista fija en mi tocado.

—Sólo estaba... ya saben, pensando —respondí de inmediato, Abby y Ellie se vieron de reojo y yo me quedé mirándome fijamente en el espejo analizando el maquillaje que me había hecho Abby. Tenía un delineado estilo cat eye con sombra azul marino y mi labial era de un tono rojizo.

Debo admitir que era muy buena, incluso le había hecho un delineado pinUp rosa que le había quedado bastante simétrico en ambos ojos. Ellie vestía un vestido rosado con pequeñas flores que decoraban la parte superior de su vestido y estaban dispersas en su falda, simbolizando a la Diosa de la belleza, Afrodita. Mientras que Abby tenía un vestido blanco flojo con un cinturón dorado en su cintura y toques dorados al rededor de todo el vestido. También tenía una diadema dorada con pequeños toques plateados. Además, había puesto su escudo dorado encima de mi cama. Su disfraz era de Atenea, diosa de la sabiduría y de la guerra. Ella optó por no ponerse delineado.

—Oh, casi lo olvido, tengo un regalo para ti, ahora vuelvo —me dijo Ellie de repente y Abby enarcó una ceja mirándola divertida—. ¿Me acompañas? —le pidió y yo fruncí el ceño.

Tal vez en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora