Mujercitas

145 4 0
                                    

Mujercitas

Martha entro corriendo al café porque se le hizo tarde. Esa mañana Margarita le mandó un mensaje citándola a una plática de chicas. Todas sus damas de honor estaban reunidas en una mesa circular al fondo de la cafetería. Emocionada la muchacha saludo a cada una de ellas y se sentó.

—¿Ya pidieron? —preguntó a las demás.

—Si, te estábamos esperando —dijo Karla, acercando su silla a la mesa.

—¿Dónde está Jessica?

—En el baño —contestó Margarita.

Todas no paraban de platicar sobre las experiencias vividas. Se conocían desde la secundaria y se alegraban por el compromiso de Martha. Jessica se unió a la mesa con ellas.

—No puedo creer que mañana te casas —dijo Jessica.

—Pasa bien rápido el tiempo, siento que fue ayer cuando nos conocimos —añadió Karla.

—¿Por qué me citaron aquí, chicas? —preguntó la novia.

El ambiente se tornó más sombrío. Las damas de honor voltearon a verse entre ellas. Estaba claro que Martha no tenía idea de lo que estaba ocurriendo. Algo raro sucedía, pero ninguna se atrevía a platicar.

—¿Por qué tanta intriga? —preguntó Martha volteando a verlas—. Vamos díganme, soy su amiga ¿Acaso ya no me tienen confianza?

—Si. —Jessica fue la valiente en hablar primero—. Es muy serio lo que te confesaremos.

—Debes prometernos, si por alguna razón después de esto llegas a tomar una decisión permanente con respecto a tu boda, te apoyamos —dijo muy inquieta Karla.

Las chicas asustaban cada vez más a Martha, pero respondió:

—Está bien, lo prometo.

—Hace unos días me llego el rumor de mirar a Rachel merodeando por el departamento de tu novio. No quise tomar importancia a esta habladuría para no meterme en el asunto. Pero cada vez era más constante. Decidí investigar por mi cuenta. Tarde varios días en conseguir las llaves del apartamento, gracias a un empleado pude entrar cuando Thomas salió. La primera sospecha fue un arete debajo de la cama. Le hable a Jessica para que me ayudara a seguir buscando —le contaba Karla a Martha.

—Cuando Karla me llamó y me contó lo sucedido. Al principio no le creía. Aun así, le ayude, encontramos cosas horrendas. Nos metimos a su computadora y descubrimos fotos de esta chica. Te ha engañado por 1 año. Al parecer ha estado viendo a Rachel desde el día que la conoció en un club nocturno y no ha dejado de hacerlo —dijo Jessica apenada ante la situación.

Martha estaba afligida, la noticia le pego de golpe. Llevaba años con su pareja, habían tenido tiempos buenos y malos. Su mayor anhelo era contraer matrimonio con él. La novia no musito palabra alguna, necesitaba tiempo para asimilarlo. El mesero llego con su orden, pero hasta el hambre se le quito.

—Se cómo te sientes, entiendo la ilusión de tu boda. Pero somos tus amigas y no podíamos ocultártelo —dijo Margarita.

—¿Hace cuánto tiempo lo saben? —pregunto Martha.

—Karla y yo hace dos días, Margarita se enteró ayer en la mañana —añadió Jessica.

—Hay algo más. —Karla saco de su bolsa fotografías de Rachel y Thomas, algunas muy comprometedoras—. Te trajimos pruebas de este engaño.

Martha empezó a sollozar viendo cada foto.

—Te apoyamos en la decisión que tomes —la calmó Margarita.

—Primero necesito hablar con Thomas y ver qué pasará con la boda. Nunca me imaginé esto, creía en él. Muchas gracias por su ayuda, chicas. No sé qué haría sin ustedes. —Martha les dio la mano aceptando su apoyo.

La mujer no podía dejar de pensar en la traición de la persona en quien más confiaba, él había sido todo para ella. Sentía que su mundo se venía abajo. Un corazón roto difícil de reparar. Pero muy adentro de ella, tenía la esperanza de salir adelante a pesar de la situación. Y más porque contaba con la ayuda de sus amigas. 

Relatos románticos vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora