Capítulo 4

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—¿Tan pronto? Pero no llevas tanto con el tratamiento. —La rubia camina por aquél lujoso vecindario de camino al trabajo— ¿Qué te dijo Miyeon?

—Cuando la dejé en su trabajo me dijo que le había hecho el día feliz, yo la verdad quisiera cortarme las bolas.

—No digas eso, piensa en que tus hijos muertos ya no estarán muertos. —Se reía de su propia broma— Me tengo que ir, acabo de llegar al trabajo. Te quiero, cuídate. Te dejé algo de pasta del almuerzo, está en la cocina.

—Gracias y cuídate, tarada.

—Idiota

Colgó y caminó hasta la puerta. Tocó tres veces y esperó. La verdad su humor era bastante bueno el día de hoy, se sintió algo culpable cuando le hizo esa pregunta a Soojin pero estuvo más tranquila cuando la chica de tomó el tiempo y la paciencia de explicarle.

¿Cinta adhesiva? ¿No te duele?

Un poco al principio, pero luego de un rato de acostumbras. —Vió a la chica sorprendida y soltó una risa— Lo aprendí de una drag queen en la universidad, siempre buscaba la manera de que no se notará y poder usar ropa ajustada. De verdad me cambió la vida, aunque no es algo que haga todo el tiempo. Solo es cuando el outfit lo requiera.

Pero, sigue estando ahí, ya sabes tu...

Sí, sigue ahí. —El teléfono de Soojin sonó y parecía ser una llamada importante porque lucía bastante preocupada— Voy a tener que irme, ¿Te llevo a algún lugar?

Tal vez tuvo una emergencia en el trabajo, Soyeon suele tener iguales. De vez en cuando la llamaban a las dos y tres de la mañana y regresaba hasta el anochecer o hasta el día siguiente. No se preocupó mucho, pidió que pusieran su pasta para llevar y que la dejará en casa. Limpió un poco antes de venir a trabajar, todo parecía estar bien.

—Disculpa por tardar en abrir. —Era la primera vez que Eunbin la recibía en la puerta- Estaba... ocupada.

—¿Estás sola? —La menor asintió y la invitó a pasar hasta el estudio— ¿Dónde están tus padres?

—Mamá está pensando redecorar, fue de compras. Papá fue a recogerme a la escuela, pero se tuvo que ir molesto porque interrumpí su trabajo.

—¿Interrumpir? Si siempre vienes sola, ¿Para qué lo llamas?

—Sí, hoy las clases terminaron temprano...bueno, en verdad pasaron un par de cosas...

(...)

—¡Eunbin! —la pelinegra corría por todo el pasillo hasta llegar a su amiga—¿Adivina?

—¿Qué?

—Te dije que adivines. ¡Vamos adivina!

—¡¿Te declaraste con la chica del café?!

—No... ojalá, pero no. Vamos te daré una pista, salió hace un mes y estabas llorando por no poder verla. —La castaña tomó un momento para pensar en que sería hasta que hizo memoria y automáticamente se emocionó al igual que su amiga— ¡¿Ya sabes?!

—¡La película!

—¡Ahhh!

—¡Ahhh!

Ambas saltaban y gritaban lo suficientemente alto para llamar la atención de un profesor. Pero luego del regaño fueron hasta el patio a continuar con su celebración.

—¿Cómo la conseguiste? Intentamos todo para verla en su estreno.

—Lo sé, tuve que robar una de las botellas de Whisky de mi hermana y dársela al emo de la clase de Kino. Pero la consiguió, tiene buena calidad, nada de censura y ahora podemos verla.

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