Capítulo 20

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Ambas chicas veían asombradas a una Miyeon que se mostraba avergonzada. Tenía la cabeza apoyada en su mano mientras observaba a sus dos amigas intentando procesar la historia de su infidelidad.

—No lo puedo creer...—Pudo decir Lisa luego de unos segundos— Después de todo, Nich-

No pudo continuar ya que fue silenciada por el ruido de uno de los costosos y antiguos jarrones de la familia Kim cayendo al suelo. Casi pudo escuchar como la sangre de Jennie hervía en sus propias venas mientras se giraba para mirar con odio a los dos niños que buscaban refugió en la mirada de la tía Lisa mientras está cargaba un bebé en brazos.

—¡Par de hijos d- —Sintió como Lisa tiró de su brazo obligándola a comportarse— ¡¿Qué hacen jugando aquí adentro?!

—¡Nos dijiste que no podíamos nadar en la fuente! —Se defendió la niña—

—¡¿Qué tiene que ver eso con mi jarrón?!

—¡Jennie! —Le regañó Lisa antes de dirigirse a los niños— Vayan a jugar en el patio y sin meterse en la fuente.

Ambos niños hicieron caso a su tía y iban saliendo del lugar, no sin antes sacar la lengua a espaldas de Jennie la cual se dió cuenta de la acción. Soltó un quejido de disgusto para volver a enfocarse en Miyeon.

—¿De verdad vas a tener hijos? Te deseo suerte, yo me daría un tiro antes de tener que tratar con eso diario.

Jennie siempre era exagerada y una niña malcriada, pero cuando los sobrinos de Lisa están de visita es una actitud que se intensifica. Le molestan los niños, son chillones, torpes, no pueden hacer nada solos que no sea un desastre como el jarrón que era recogido del piso por uno de sus tantos empleados.

—Por otro lado...—Continuó hablando hacía Miyeon— Tengo que decir que estoy muy decepcionada de tí, no solo te acostaste con tu ex, no solo lo hiciste en mi fiesta aprovechando que tu prometida no estaba. No solo lo hiciste en mi oficina. Lo que más me duele es que no pensarás en la millonaria Soyeon y su gran p—Lisa le dió un codazo haciéndola recordar la norma del lenguaje delante de sus sobrinos que incluía al bebé que tenía en brazos—... corazón. Además, Minnie fue la que te dejó por dinero en primer lugar, ahora vas llevar un apellido y una cuenta de banco con la que ella solo puede soñar. Es un jaque mate. Lisa, apóyame.

—¿Qué pasó después de la pelea? —Indagó ignorando la petición de Jennie—¿Qué va a pasar con su relación ahora?

Ya había pasado un par de días, Soyeon pasaba los días limpiando y arreglando ambos departamentos, uno que iba a dejar atrás y el otro dónde se mudará. Todas la noches sin falta estaba junto a Miyeon, cenando juntas en el restaurante favorito de la castaña, durmiendo junto a ella, despertando juntas y preparandole desayuno. Se estaba esforzando demasiado en probarle que iba en serio, que no le fallaría nunca más y que lo único que desea es tener un futuro juntas. Definitivamente, la culpa la estaba matando pero no podía decirle a Soyeon la verdad, era muy tarde.

—Nos vamos a casar. —Dijo antes de tomar de su taza de té— Ya estamos viviendo juntas, y he pasado estos días llevando un control de gastos e ingresos de las tres haciendo una plan de vida sostenible.

Ambas chicas sabían que la tercera persona era Yeeun, la conocían por proximidad, nada serio pero aún así Jennie la odiaba. A sus ojos es una chica que se acomodó demasiado a que Soyeon siempre pudiera pagar, decía que nunca saldría de su miseria de ese modo. Para Miyeon, esas palabras quedaban grandes viniendo de una persona que toda su vida fue ofrecida en una bandeja chapada en oro con diamantes. Nunca había pasado la más mínima dificultad económica, no tenía derecho a opinar sobre alguien si las tuvo.

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