Capítulo 9

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Estaba adolorida, ciertamente Soyeon no la había tomado con tanta intensidad en mucho tiempo. Por su cabeza rondaba la duda de donde vino tanto deseo, fue muy repentino. Sin embargo, pasó la noche a la merced de su prometida como tanto le encantaba.

Se alertó cuando Soyeon entro a la habitación ya vestida y con un vaso de agua. Sin decir nada, fue hasta ella y le dió un corto beso en los labios para luego extenderle una píldora. No era idiota, sabía lo que era.

—Ayer no te importaba tanto. —Tomó el vaso con agua hasta dejarlo a la mitad— No pienso tomarla.

—No te lo estoy preguntando. —Ese tono autoritario, no podía discutir con él, vaya que lo odiaba y vaya que le excitaba— Abre la boca.

La chica acató y Soyeon colocó la píldora en su lengua, tomó el agua y la rubia sintió un peso menos en sus hombros. Si bien, solo le dijeron que él tratamiento estaba avanzando rápido, no había posibilidades de un embarazo aún, prefería evitar el susto y cuidar a su novia.

—¿Qué fue todo esto? —Dijo llamando la atención de la rubia— Hace mucho que te tenía así de... insaciable.

—Es normal... parte del tratamiento te pone así. —Por supuesto, no le diría que tanta calentura fue causada por Seungyeon— Me voy a casa, tengo una reunión hoy y necesito cambiarme.

—¡Soyeon! —Saltó de la cama para evitar la salida de su prometida— Tenemos que hablar de algo, ¿Cenamos juntas?

—Claro, haz una reservación en el restaurante que quieras, así salimos un poco de la rutina. ¿Te parece?

La chica asintió y se dedicó a besar por última vez a la chica antes de que está saliera del lugar. En su cabeza debatía cuáles opciones aplicar. En su hombro derecho estaba Jennie diciéndole que se apague al plan ante todo, porque de cierta manera tiene la razón, si no fuera por el plan o el trato nunca hubiera aceptado salir con la rubia. Pero en su hombro izquierdo estaba Lisa haciéndola dudar, ¿Amaba a Soyeon como para olvidar el plan y empezar desde cero con ella?

Quiera creer que sí, que podía olvidarse del plan, darle nietos a sus padres y suegros y que el único disgusto sea la profesión de su futura esposa. Pero por otro lado pensaba en esas casas de playa, la mansión, ser la madre millonaria que solo se preocupa porque sus joyas y contentar a su mujer durante las noches. Definitivamente, no sabía que hacer, por eso es que intentaría hablar con Soyeon sobre el futuro de ambas...y si es posible de que exista uno.

(...)

Se despertaba con dolor de cabeza, sentía como la tocaban y se levantó algo asustada, cuando se percató de que su pie estaba siendo vendado por una pelinegra desconocida y su ojos buscaron por toda la habitación a Soojin, pero no estaba.

—¿Ya despertaste? —Preguntó la pelinegra sonriéndole— ¿Cómo te encuentras? Me informaron que tomaste de más, ¿Sientes resaca?

—Un poco...—Estaba demasiado confundida— ¿Dónde está Soojin?

—Dijo que volvería en un segundo. —Se puso de pie y Yeeun pudo observar el parecido, ropa cara y bonita, agradable y sonriente. —Tu pie no está roto, es una pequeña lesión, masajearlo dos veces al día y usar la venda. Puedes tomar algo para el dolor si lo sientes, y evita caminar al menos por dos días.

¿Era doctora? Le había vendado el pie, y le estaba dando indicaciones, tenía que serlo. ¿Pero qué diablos hace en su habitación? La puerta de la habitación se abrió dejando ver a Soojin con su característica sonrisa.

—¡Despertaste! ¿Cómo te sientes? —Yeeun no sabía exactamente que decir solo asintió— Compré algo para desayunar mientras te revisaban, ¿Todo bien?

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