Capítulo 10

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¿Por qué no pides Uber? —Preguntó—

—Mis padres no me dejan, dicen que es más seguro que ellos me recojan.

—Sí, bueno, ellos no te quieren recoger ahora. —Eunbin podía escuchar a Shuhua lavar los trastes y dejándolos caer de manera sonora en el fregadero— ¿Para qué aspiras al consejo estudiantil? Apenas estás recuperando tu promedio.

—Eso ya lo sé, pero poner en mi solicitud de universidad que fui miembro del consejo estudiantil es llamativo. —Volvió a escuchar el sonido de golpe de algo en el fregadero— ¿Shu, qué diablos haces?

—¡Tengo la cocina echa un desastre! —Dijo como señora— cuando llegue encontré ollas y demás, es raro, Jinjin no suele cocinar, menos en días de semana. Pero no puedo ver el desorden y lo estoy quitando.

Déjame adivinar, "Es cosa de hermanas"

—Justamente, a veces te lleva de compras, te da mimos y otras veces si crees que eres adoptada.

—Supongo que tengo que tomar el bus, tengo que llegar a casa de Yeeun.

—Oh sí, dile que se recupere de mi parte. Y date prisa, parece que va a llover.

Shuhua tenía razón, el cielo estaba gris. Sólo debía apurarse y tomar el bus antes de que empezará a llover.

(...)

—¡Eres mala!

—No es cierto, ya te dije que me gustó mucho.

—¿Lo dices en serio? —Su corazón se iba a derretir por los ojos de perrito triste de la pelinegra— ¿Sólo lo dices para quedar bien?

—No, de verdad me gustó mucho tu comida. Me siento halagada de que hayas hecho esto por mí.

Decía la verdad, cuando Soojin volvió a su casa le había llevado comida echa por sus propias manos, llegó con su típica sonrisa, amigable y sin malicia alguna. "Creí que te gustaría algo casero" fueron las palabras que terminaron por hacer temblar su estómago. Desde ese momento supo que disfrutaría esa comida, que ninguna le sabría tan bien.

—No tienes que ponerte tan amable, se que no soy una gran cocinera. —La pelinegra acarició el pie vendado de la chica de manera suave— ¿Aún te duele?

—Estoy bien, mientras aún no lo apoye en el piso todo está bien. —Ambas se quedaron absueltas en la mirada de la otra, ninguna sabía que observar exactamente, solo eran ellas dos viéndose de frente— Me siento culpable de que estés aquí tanto tiempo, está es una semana decisiva para tu ascenso.

Ciertamente era algo extraño, hace muchos años que nadie fuera de Soyeon se preocupa tanto por ella. Pero algo en Soojin le daba seguridad, pero tanta seguridad le daba incomodidad, no quería molestar a la chica, no quería que se hiciera cargo de ella, pero al mismo tiempo quería seguir sintiéndose mimada. Eran un revoltijo de emociones queriendo explotar.

—Me preocupa más que no te cuides. —Dijo volviendo a acariciar suavemente el pie herido de la chica— Tengo que ir a casa, he dejado a mi hermana solo mucho tiempo. Pero quiero asegurarme de que estarás bien.

—Soojin...—La rubia se acercó y removió los mechones negros para ponerlos detrás de la oreja de la chica— Gracias por todo.

Un inexplicable calor invadió su pecho, esa sensación extraña se alojaba en su estómago y ella solo observaba esa linda sonrisita de Yeeun.

—Tu...no tienes que agrad-

—Haz hecho mucho por mí, de verdad te estoy agradecida. —Acarició la mejilla de la chica y está subió las caricias de su pie hasta su rodilla— Pero sé que tienes una vida, no tienes que dejarlo todo por venir a cuidar mi pie lesionado. Por favor ve a casa, mañana puedes volver a verme y tomamos un café juntas.

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