Capítulo 18

70 7 97
                                    


Sujetaba sus caderas con fuerza mientras intentaba entrar cada vez más en ella. Aprovechan la posición tiró del pelo de la chica y paso a morder su cuello sin dejar de embestirla. Los gemidos y gritos de ambas ya no estaban limitados a las paredes de su habitación, pero ya se preocuparía luego de lo que Shuhua llegará a escuchar.

Se separó y hizo girar a la chica para quedar frente a frente, viendo su cara de sorprendida, lo entendía. Soojin sabía que no era tan fuerte, pero la excitación ahora mismo podía más que ella y solo quería acabar. Volvió a entrar al mismo tiempo que la aprisionaba debajo de ella, no tardo en volver a embestirla como un bestia en celo y a su vez la rubia debajo de ella volvía a gritar de placer por tener a Soojin haciéndola suya.

Con el ritmo cardíaco al tope, y su cuerpo tenso ya no podía aguantarlo más. Dió unas fuertes últimas estocadas y no era la única que estaba a punto de estallar, la rubia estaba igual. Intentaba decirle algo pero no podía escucharla con sus gritos. Finalmente se liberó por completo dentro de ella, hasta su última gota de semen. Su amante le tomó por el cuello y por fin pudo escucharla.

—¡Soojin!

Esa voz...¿Irene?

Estaba sudada, intentando recuperar el aliento mientras se orientaba en lo que acababa de pasar. Veía fijo el techo de su habitación, estaba en su cama, había sido solo un sueño...un sueño húmedo.

—¡¿Soojin?!—Irene, ¿Qué hacía Irene en su casa tan temprano? Ya discutirá con Shuhua por haberla dejado entrar al departamento— ¿Estás bien?

Se sentó en la cama siento lo evidente, levantó un poco las sábanas y observó el desastre que había causado. Impresionante como después de tanto masturbarse los días anteriores aún podía eyacular tanto.

—¡Estoy bien! —Dijo alto para que la escuchará a través de la puerta— Me acabo de despertar. Solo dame un min- ¡Ah!

Irene abrió la puerta y Soojin se cubrió al momento. La verdad ya debería haberse acostumbrado a la impertinencia de la mayor. Vió alrededor del cuarto y luego fijó su vista en la pelinegra que apretaba sospechosamente sus sábanas.

—Cuando te escuché gemir pensé que estabas con tu rubia, no que te estuvieras tocando. Admito que estoy orgullosa de que lo estés haciendo sin sentir asco. 

—¡Aún es asqueroso! —Se quejó pareciendo un niño pequeño— ¿Qué haces en mi casa? ¿Dónde está Shuhua?

—Iba de salida cuando llegué, de hecho estaba por llegar tarde a clases. —La pelinegra se dispuso a abrir cortinas y ventanas dejando entrar aire y luz— Le dije a mi chófer que la llevará a la escuela, si esperaba el autobús nunca iba a llegar.

—¿Tarde para la escuela? ¿Qué hora es-

—Tarde, para ti también.—Ese tono autoritario, estaba a punto de ser regañada— Es tu segundo día y te quedas en cama ordeñandote, tienes un equipo que manejar, responsabilidades que atender, una hermana que cuidar y no voy a permitir que te desligues de todo para quedarte en cama mast- Soojin...

Se quedó helada al ver Soojin empezaba a soltar lágrimas y lloriquear, nueva vez en esta posición y nueva vez ese sentimiento de odio hacía si misma por gritarle.

—N-no me esta- estaba masturbando...A penas desperté. —El llanto a duras penas le dejaba hablar— Solo estaba so-soñando...

—¿Un sueño húmedo? —Asintió. Irene se acercó y se sentó en el borde de la cama para limpiar las lágrimas de Soojin— Está bien cariño, a todos nos puede pasar.

Verla temblar por el llanto mientras se cubría la cara, era algo que corazón de Irene no podía soportar, le dolía la situación... siempre le dolía Soojin. Veía como apretaba su abdomen y sabía que lo que sentía ahora mismo era miedo y vergüenza, no podía permitirse que esto fuera a mayores.

I Wish You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora