Capítulo 30

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Los apodos tienen sus orígenes

Presente

Hannia

El dolor era lo que más sentía en estos momentos tanto físico como en el interior. Todo había ocurrido tan rápido hasta que me olvide de respirar, siempre dije que mis sueños eran muy raros y hasta perturbadores, pero soñar que te mueres es algo sobrevalorado, te despiertas con el corazón en la garganta pero con algo de decepción al despertar en la terrible realidad.

Pues parece que en todo el tiempo que dormí no soñé nada, ¿o es que de verdad he estado muy cerca de la muerte? ¿Qué fue lo que paso?

Abro los ojos con algo de dificultad, me pesan los parpados. El maldito cielorraso es lo primero que veo, hago un ligero movimiento pero entonces una punzada de dolor me viene entre el estomago y el vientre, suelto un quejido por eso opto por quedarme quieta.

Al parecer mi quejido alerto a la persona que estaba sentado observandome, por la vista borrosa no pude ver quien era, aquella persona se acerco hasta a mí ya cerca pude reconocer esa cabellera negra y los ojos azules.

—Alex... —susurro su nombre, incluso cuando hablo ese dolor vuelve, respiro despacio para evadir esa punzada.

—Cielo, oh dios estas bien —me toma del rostro, estampa un beso en mi frente, eso no me lo esperaba. Pero ¿Qué hace él aquí, como es que lo supo?— Mierda, he estado muy preocupado por ti.

—Cuanto... —apretó mi mandíbula, aguanto el dolor que otra vez se hace presente— Tiempo... Llevo así? —mi voz suena débil y apagada cuando hablo

—Casi dos meses —responde sin rodeos— Nick esta afuera, fue a comprar su desayuno, son las seis de la mañana.

¿Llevo ocho semanas así? ¿Nick esta aquí?, ¿Cómo es que se conocen estos dos?. Si sé que Nick sabía sobre Alex pero no espere que lo conociera en estas circunstancias.

—Te creí alguien bipolar, pero ahora resulta que ya estuviste cerca de la muerte —su intento de bromear no me gusto mucho a decir verdad, así que solo le doy una mirada cansada— ¿Qué estupideces hiciste?

No sé si fue la pregunta o las palabras que uso pero me sorprendió su manera de hablar, ignorando todo tipo de dolor intento sentarme en la cama y apoyar mi espalda a la pared.

—Hice lo que tuve que hacer, solo que todo salió de control —explico lo suficientemente rápido para evitar el dolor, mala idea, el dolor se multiplico a mil— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo te enteraste?

—Larga historia —me contesta desviando mi pregunta, él nota que su respuesta no me convenció— solo digamos que tengo una prima, casualmente ella y tú son amigas.

Su, bueno. Últimamente necesitaba muchas explicaciones, pero estaba demasiado cansada tanto mentalmente como físicamente. Hice una rápida recopilación de lo que me paso antes de llegar hasta aquí, en el hospital. Lo ultimo que recuerdo fue que Jenny me había asfixiado, tenia poca conciencia, quería decirle en ese instante que era James quien la había traicionado, después de Taylor, claro.

—Tan rápido paso el tiempo —digo, pensando en el tiempo que llevo aquí ya que Alex dijo que llevaba casi dos mes.

Me pregunto como habrá reaccionado Kassandra ante esto, pues a ella también le debía explicaciones sobre todo me pregunto como se pondrá cuando sepa que era mi mejor amiga la que me intento asesinar o es que ya se habrá enterado.

Invisible [ Libro #1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora