¡Joder, joder, joder! y ¡Joder! Llegó un día en que realmente me llegó al alma ¡Dios mío! Aquel día hizo temblar mi puta vida. Nunca pensé que alguien podría paralizar los semáforos de mi corazón.
¿Semáforos? —Sí, mi corazón tenía semáforos, y los llegaba a poner todos en rojo con tan solo mirarme. Me encantaba que no trataba de llenar los silencios con palabras fuera de lugar, solo me miraba y eso ya era jodidamente perfecto. Créeme que nunca estuve más segura de la perfección que en el instante que lo veía reír, ¡Joder, cuantos se equivocaron al afirmar que la perfección no existía! Si ahí estaba él, era la jodida prueba de la perfección en todos los sentidos.
Él tan perfecto, y yo tan de carne y hueso, pero como diría David Sant:
“Era la hermosa violencia salvaje de hacer crecer flores entre mis huesos” y aquel día que me dijo: Te quiero, lo vi más perfecto que nunca; entonces pensé que estaba empezando a cruzar ese puente.Y cuando me agarró la mano, me di cuenta que me iba a doler demasiado cuando me soltara.
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Las amantes también se enamoran ©️ [Completa]✔
RomanceEntonces llegó el verano, y, el corderito (que no necesitaba su lana para protegerse del frío) comenzó a correr entre los arbustos y los campesinos que intentaban comérselo; y corrió y corrió, pero sus patitas eran demasiado cortas y de vez en cu...