Día 3 de demolición

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Hoy me desperté sin ganas de nada, de esa nada que sabes que puede ser el final de todo, y se estaba acercando esa nada y más rápido de lo que creía. El silencio que había entre los dos era realmente asqueroso. Era ya el tercer día sin noticias de él, no sé qué estaba esperando para mandarme a la mierda, no sé qué tanto pensaba, si ya todo estaba bastante claro.

Y necesitaba que me mirara a los ojos y me dijera que no me quería, que no me
necesitaba, que se iba a alejar de mí; en serio necesitaba eso para poder cerrar este libro sin sentido que me había inventado para intentar enamorarlo.

Pero no llamó en todo el día, ni siquiera un mensaje me envió, y, fue entonces cuando decidí intentar arreglar mi vida, digo intentar porque era más que obvio que hasta que no lo olvidara, no iba a poder volver a besar con los ojos cerrados y no ver su cara en cada persona.

Y entonces me fui. Aquel muchacho llevaba dos años intentando tener una
oportunidad conmigo y se la había dado en el peor momento de mi vida. No voy a negar que me alegró la tarde; era realmente adorable, y por un momento deseé que hubiera sido él el que estuviera conmigo en aquella playa. ¡Qué estupidez la mía!
Estaba pasando, posiblemente, una de las mejores tardes de este 2020 con una
persona maravillosa, y seguía pensando en él.

Me duele mucho decirles que esta historia cada vez está más cerca del final 🥺🥺🥺

Estaré dando detalles próximamente en mi cuenta de Instagram @evelyn.sans

Las amantes también se enamoran ©️ [Completa]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora