La mañana se vistió rápidamente por los rayos del sol cálidos junto a la caída de mis ojos que se llenaban de oscuridad.
Mi cuerpo entraría en un estado de internación profundo hasta que recuperara vitalidad, pero era la excusa perfecta para evitar el contacto. Muy probablemente el mayordomo le informaría de este sucedo a Diego y querría hablar, pero no estaba dispuesta a escucharlo aún.
No cuando su cabeza es un lío y trate de consolar lo inconsolable que ya cayó en la desgracia.
Así que dormiría placida y feliz en esta cómoda cama de princesa maldita hasta que mis instintos de supervivencia me obligaran a abrir los ojos una vez más.
Era un plan ideal.
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- ¿Está dormida?.
- Así es mi señor, Lady Adella se encuentra dormida en estos momentos. Es mejor dejarla descansar.
La mujer que de había negado a poner un pie fuera de su habitación salió por la noche fría a buscar un cambio de perspectiva. Sin dudas esto no se parece nada a Annelisse.
No es como ella habría procedido en el pasado...
Tan alegre y entusiasta por los encuentros públicos y las miradas ajenas.
Teniendo en cuenta los eventos, ella realmente cambió.
La ultima vez que hablamos como dos personas civilizadas, no había dulzura en sus ojos ni mucho menos alguna emoción positiva aparte de gratitud. El exterior le dejó heridas muy grandes, pero soy consciente que eso no es lo que más la envenenó.
Mariabelle...
Mi amada Mariabelle destruyó la felicidad de su amiga más cercana por gloria y rectitud.
No sé cómo sentirme al respecto.
También soy esa clase persona.
- ¿Por qué la has llamado Adella?.
La doncella vaciló un momento ante mi pregunta, en sus reacciones inquietas noté que dijo algo que no debía y se arrepentía de su descuido. Pero ya no pudiendo escapar de la situación habló con temor.
- Sé que no debería haberme tomado ese atrevimiento, pero es una petición de la Lady… Me dijo que se sentía más cómoda con su primer nombre.
- Adella… “ aquella de origen noble”.
Sonreí brevemente mientras volvía a guardar la carta dentro de mi saco, ya no tenía caso estar aquí si ella estaba descansando. Originalmente vine aquí para hablar ya que ella nunca más tomo el desayuno conmigo como la primera vez.
Muchas ideas vinieron a mi mente luego de ese suceso.
“Tal vez me está evitando”
Pero era estúpido pensar que mi cupido haría tal cosa solo por ser egoísta. Ella no era como yo después de todo. Entonces decidí darle el tiempo necesario para que sanara poco a poco su inquietud.
Pero, ¿De verdad podía esperar tanto?.
- Mi señor, le comunicaré a Lady Adella de su visita cuando despierte. Ya que hoy no tiene visita con el doctor estará libre para atenderle.
No podía simplemente decir que sí, no sabía si ella deseaba o estaba lista para dar otro paso más ahora. Tenía que tener en cuenta eso.
- Si ella está bien con eso, dígale que la espero a la hora del almuerzo en el jardín. Solo si así lo desea.
Los ojos aceituna de la doncella se conmovieron un poco, ella parecía estar segura de algo más pero no lo dijo, en su lugar solo hizo una reverencia y continuó con sus obligaciones.
Al igual que ella me marché pronto, no podía estar más tiempo delante de la habitación de una dama.
El banquete sería en un par de días y era mejor saber si ella estaba dispuesta a salir al mundo de mi brazo.
De mi brazo…
¿Realmente podría yo proteger su corazón de las espinas de la sociedad?.
Dada la situación actual, si otra dama va conmigo al banquete sería un escandaloso mujeriego y a pesar de que la opinión publica nunca fue algo que realmente me afectase.
No deseaba que ella pensara eso de mí o que Annelisse fuera un tema de burla o mas baja que una mera amante. Porque no era así.
- ¿Está seguro de esto señor?.
Mis pasos se detuvieron un momento, frente a mí se encontraba Alfred. Con su mirada vacía habitual mientras sostenía un jarrón con flores frescas.
- Si lleva a la lady…Los rumores solo se volverán un hecho verídico y es probable que ella aún no lo sepa de toda esta situación.
Por supuesto que lo había considerado, no era un idiota.
- Contaba con eso, por eso quería explicarle todo el día de hoy para saber qué piensa al respecto. Me guste o no esto es demasiado grande incluso para mí y necesito su perspectiva para saber qué hacer con este rumor.
- Acoger a un noble derrocado de su título puede considerarse traición a menos que lo coloque como un trabajador.
Suspiré pesadamente, en ese momento no pensé con la cabeza fría y solo quería salvarla…
De saber que todo saldría así… ¿Lo habría hecho?.
- Pero ahora los rumores se extendieron demasiado, degradarla a sirviente ahora no hablaría bien de usted.
- Gracias Alfred, ahora tengo la soga al cuello más apretada que antes.
Alfred dejó el jarrón con las flores sobre un anaquel de mármol, las acomodó suavemente. Por un momento creí que eran para la habitación de Anne.
- La lady es una mujer comprensiva, ella probablemente entenderá y le dará una solución sabía.
- ¿Por qué piensas eso?...
Los ojos verdes de Alfred se llenaron de una ligera tristeza y negó con la cabeza mientras miraba sus manos.
- Sólo lo sé. Confíe en ella un poco.
Confiar…
Lo hice una vez y mi corazón terminó muy herido, casi vacío.
- Tomaré en cuenta tus palabras.
Dicho esto, Alfret siguió con su rutina matutina. Yo no tenía nada más que hacer hasta la hora del almuerzo y sabía que la espera sería una tortura muy grande.
¿Aceptaría realmente venir a verme?.
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- ¿Almuerzo?.
- Sí, vino aquí expresamente para hablar pero ya que estaba descansado dejó todo para una comida. Creo que es un asunto importante, debería aceptar la invitación.
Ciertamentamente era algo importante, Diego era el tipo de persona divertida pero también seria con sus responsabilidades, al menos la mayor parte del tiempo. Había sido lo suficientemente considerado para no importunarme durante este periodo de recuperación con visitas y estaba agradecida por eso.
Si quería verme ahora solo quiere decir que el asunto es grande y difícil de ignorar, también creo estar segura de lo que quiere hablar.
Por fin hará el escándalo.
- Mmm mi lady, usted… ¿Sabe del rumor verdad?.
Detuve mi lectura para ver a Jenny, ella no me había comentado nada seguramente por mi recuperación. Era una chica muy considerada y cautelosa.
Aún cuando el problema es mío se ve afligida por lo que esto puede causarme y de alguna manera ese escenario me resulta muy familiar…
Sí, yo solía ser como Jenny.
¿Me habrá visto Mariabelle con el mismo sentimiento?.
Pensarlo duele mucho porque dudo incluso del pasado y me hace cuestionar que tan real fue nuestra amistad, si realmente fui su amiga o un medio de distracción para contar sus penas.
- ¿My lady? ¿Qué ocurre? Tiene mala cara… ¿Se siente mal?.
- No, tranquila… estoy bien.
- Puedo llamar al doctor de la familia si así lo desea…
Jenny estaba seriamente preocupada, me había cuidado con mucho amor y dedicación desde que Diego la puso a mi cuidado, nunca se quejó a pesar de mis continuos desplantes o rechazos de mantener una charla.
Tenía miedo de hablar más de la cuenta y por eso me limitaba tanto.
- No te preocupes, estoy bien…No me duele nada.
Ella no se veía muy convencida de mis palabras, en el fondo aún no me creía.
- Las heridas que tengo ya no son físicas. Un doctor no las puede tratar… Solo el tiempo Jenny.
Vaciló un momento pero finalmente aceptó que no era necesario y sonrió espléndidamente.
- Y sobre los rumores… sé de lo que estás hablando, ya había previsto que algo así pasaría. La nobleza es caldero de chismes y ocuparan cualquier cosa pequeña para atacar a los demás.
- Mi Lady…¿eso no es malo para
usted?.
Cerré el libro, si tenía que asistir a un almuerzo era mejor comenzar a prepararme, ya me había recuperado y ahora todo estaba en su lugar. El momento parecía perfecto para salir.
Me levanté del sofá y me dirige hasta el armario, lo deslice suavemente con mi mano y comencé a revisar vestidos.
- No me importa, ya no tengo nada qué perder. El conde es un hombre inteligente y sé que solucionará esto como mejor le parezca.
- ¿y eso estaría bien aún cuando confirme los rumores? .
Estaba segura de que Diego lucharía todo lo que pudiera para que Maribelle no entendiera mal las cosas, la escena podía ser incluso algo humillante, pero me gustaría verla.
- Aún si lo hace, yo no pierdo nada. Tiene sus ventajas ser un don nadie.
Me aseguraría de que eso no pasara nunca más, manteniéndome a salvo mientras el mundo se cae a pedazos a mi alrededor y veo en primera fila como sus rostros se distorsionan en desgracia.
Sí, era lo que deseaba.
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La Duquesa derrocada
Исторические романыSiempre viví bajo la sombra de un ser que brillaba por el simple hecho de existir, en su momento creí fielmente que era la luz de mi camino y mi único amor real. Mariabelle era todo lo que tenía, mi única amiga y consuelo. No podía imginar...