- Es incomprensible... simplemente no entiendo la conclusión por la cual decidió cortar su hermoso cabello de manera tan grotesca Lady Adella.
Jenny no lo entendía aunque tampoco esperaba que tuviera una completa compresión sobre esto, en su momento todo fue un impulso que creí me liberaría, pero no creí que tendría un efecto tan atroz en ella. Si pudiera exagerar Jenny estaba al borde de las lágrimas mientras miraba mi cabello y lo igualaba con las tijeras.
Pensé que tal vez estaba haciendo mucho drama por algo que volvería a crecer eventualmente, pero ella estaba algo molesta y ninguna de mis buenas razones parecían suficientes para convencerla de que no estaba triste y que lo hice por despecho.
- Solo quería cerrar un ciclo de mi vida y darle vida a un nuevo comienzo, no es tan difícil de comprender.
Expliqué una vez más calmadamente mientras ella terminaba de cortar y peinar mi cabello, lo sujeto con unas binchas de adornos plateados y lo peino en su mayor medida posible.
- Está bien, pero... ¿Tenía que ser tan corto?.
- No... pero se me fue la mano.
Mentí, hice esto exclusivamente para llamar la atención pero quería que cada uno sacara sus propias conclusiones. Luego me ayudo a vestirme con algo suave y sin muchos adornos seguido de un collar simple de una sola pieza de perlas y un maquillaje natural, era un estilo diferente al que estaba acostumbrada a vestir.
Pero daba claramente una imagen muy diferente de mí.
- ¿Está segura de que así está bien? Hay vestidos más bonitos en el armario y las joyas...
Negué mientras me sentaba una vez mas en el sofá del pequeño salon que tenía instalado la habitación, Jenny sirvió algo de té enseguida. Pedí tomar mi desayuno aquí ya que mi cabello aún no estaba listo y aunque no quisiera aún debía cuidar mi imagen.
- ¿Cómo se encuentra el conde?.
Jenny sonrió complacida porque sacara el tema, sus ojos brillaron ante la anticipación del nuevo rumor que estaba circulando en la mansión, me extendió la taza de té y preparó algunos aperitivos.
- De hecho muy mal, está descansado en estos momentos.
- ¿Se encuentra enfermo?.
Me detuve a medio camino antes de beber, no esperaba eso. Siempre imaginé que Diego gozaba de una salud muy buena.
- ¡Por supuesto que no! Jaja, el conde estuvo bebiendo anoche y parece que se le pasaron las copas. Ahora mismo está muy irritable y no quiere ver a nadie.
Parece que la cortesía del invitado no duró demasiado...En todo caso fue bueno que tampoco dispusiera de desayunar con él porque habría sido muy incómodo para los dos. Mis labios poco a poco se fueron abriendo paso al delicioso té con leche que preparó Jenny y una dulce sensación recorrió todo mi cuerpo.
- Eso es un descuido muy grande, tuvo que haber tomado demasiado para estar en malas condiciones.
- Eso es lo que todos dicen, pero es raro que tomara tanto en una fecha no festiva.
Despecho, puedo imaginarme que es algo así. El alcohol sirve mucho para dormir las culpas y olvidarte del mundo un rato. Siendo Diego que estoy segura acudió a Mariabelle, algo debió pasar...
Diego realmente evadia mucho sus responsabilidades para encontrarse con María en secreto. No me sorprendería...
Conde Conde... ¿Cuándo vas a aceptar que ya perdiste tu puesto?.
- Misterioso...
Mencioné mientras dirigía mi mirada a los ventanales de la habitación abiertos de par en par mientras de paisaje las hojas de otoño caían suavemente.
- ¿También lo crée así? Por cierto, ¿deberíamos continuar con el recorrido el día de hoy?.
No creía que eso fuera necesario, me bastaba con conocer los lugares principales de esta mansión para vivir, pero también era una buena excusa para hacerme ver por los demás. De esa manera los rumores pronto sonarán más fuerte y el camino quedará limpio para mí pero...
No, debo mantener el perfil bajo al menos hasta que el rumor de que estoy enferma y deprimida llegue a todos. Era algo rastrero pero, debía vestirme de mi propia lástima si quería que los demás no me vieran como una amenaza.
Al menos hasta que mi cuerpo sane sus moretones y mi piel vuelva a tener algo de color. Mi estado actual era lamentable y poco favorable a la vista, la belleza también es un punto clave para ganarte la simpatía de los demás.
- Mi cuerpo aún se siente cansado por todo esto, me gustaría descansar unos días más...
Dejé la taza de té sobre el platillo y apreté mis manos.
- ¿Le gustaría que llame a un doctor?.
Un doctor... tal vez eso sirva. También mi salud no era del todo buena por lo que sería una mentira a medias.
- No quiero molestar demasiado, este no es mi dinero.
- Hablare con el conde, se me encargo estar pendiente de su bienestar.
- En ese caso te lo encargo mucho.
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La Duquesa derrocada
Historische fictieSiempre viví bajo la sombra de un ser que brillaba por el simple hecho de existir, en su momento creí fielmente que era la luz de mi camino y mi único amor real. Mariabelle era todo lo que tenía, mi única amiga y consuelo. No podía imginar...