Con el pasar de los días, que después se convirtieron en semanas y ahora ya eran dos meses, se encontraba en un bucle de pesadillas, tan vividas y claras que le hacían temblar desde los sueños, con modificaciones en ellas que casi le hacían ahogarse por la falta del aire, por la cercanía a la realidad, por lo que pudo ser, pero no pasó por circunstancias ajenas a si mismo, por que estaba decidido hacerlo
Y así paso de nuevo esa noche se encontraba sentado sobre la cama, con el sudor sobre su frente y sus manos tenían un temblor que no lograba calmar, el mismo sueño lo atormentaba
Veía morir al director Albus pero no a manos ajenas, sino a las suyas y luego esa mirada fría, decepcionada, junto al horrendo abandono a Luna
Eran fuertes sombras que le perseguían, atormentaban y que lo acechaban en sueños, lo soportaba a duras penas
Sintió la luz de las velas del pasillo en el rostro, al momento que su madre habría la puerta, la vio de reojo, noto la expresión pasmada y lejana que tenía, el silencio con el que lo miraba mientras esté se calmaba a si mismo
No había un consuelo, un abrazo o tomarle las manos, asegurarle que ella estaba ahí, sosteniéndolo
No, definitivamente no, solo su presencia lejana, catatónica, fría e indiferente, casi parecía fantasma por entre la mansión
Y ahí estaba de nuevo, con su aura fantasmal, sostenía con una mano delgada y palida perilla de la puerta, la otra hecha un puño —¿De nuevo, Draco?— preguntó, con lo que parecía fastidió —tus gritos me han despertado— le anuncio — trata de callarlos o insonoriza tu habitación, hay hechizos para ello—
—lo siento mamá, puedes regresar a dormir— se disculpó, sin mirarla en lo absoluto
La mujer le dió una leve sonrisa y salió, dejándolo solo
La frustración le abrumó, molesto por no poder controlarse, estar demasiado tiempo a merced de la rubia le había hecho cambiar su hábito de mostrarse indiferente a todo, ahora su rostro podría mostrar emoción a emoción que sentía y esos ojos saltones, azul océano, seguían pegados a su cerebro como recuerdo fuerte
—maldita sea, sal de mi cabeza, Luna— se quejó, muy a su pesar, por que dentro del dolor disfrutaba de poder tener su recuerdo tan nítido
Se levantó con cansancio y fastidio, estaba hastiado de tener esas pesadillas, hacían que perdiera la cabeza, le robaban el sueño poco a poco, incluso comenzaba a dejar de dormir por evitarlas
Miró su reflejo en el espejo. No había rastro del chico sarcástico y divertido que era antes, ahora solo parecía un cascarón vacío, como podría recuperarse a si mismo, como podría salir del foso de serpientes en el que se encontraba, deseaba golpear a ese hombre que le sometía a esta realidad absurda y molestía, esa serpiente palida y escamosa, de ojos rojos sangre, como la que corría por sus manos
Y lo vio, lo vio con su sonrisa característica, detrás suyo y sosteniéndolo por el hombro, la irá le consumió y con rabia estampó su puño contra el fino espejo, haciéndolo trizas bajo su piel, logrando que sus nudillos comenzarán a sangrar
Ignoró el dolor de su mano, por el alivio que le generó dejar de ver a ese monstruo,
Hizo una mueca al limpiar su mano con la manta sobre su cama, se tiró al piso recargando la espalda en la propia cama, sosteniendo su mano y llorando de frustración
La necesidad, el deseo de abrazarla y tal vez, solo tal vez besar ese par de labios que siempre tenían ese tono rosado
Deseaba con todas sus fuerzas encontrarse en ese lugar donde solían compartir tardes, revivir los momentos que se quedaron guardados entre las paredes del salón vacío
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extraña casualidad
FanfictionDraco Malfoy, sufriendo las consecuencias de su misión; decide resguardarse en una de las infinitas salas vacías que el castillo tiene, pero por azares del destino, la rubia con ojos saltones, se presenta en su camino, ¿cómo cambiara esto vez la his...