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Luna caminaba por el pasillo, iba directo a la torre de las águilas

Daba pequeños saltitos, con los que sus rizos rebotaban como resortes, para cualquiera esa vista sería tierna, pero para Pansy, era un horror

La pelinegra se paró frente a ella, mirándola desafiante y con desdén, profundos ojos castaños que le darían miedo a cualquiera

—Lovegood— murmuró la slytherin

—hola— saludó

—quiero que dejes de acercarte a Draco— ordenó, mirándola fijamente, haciendo sentir a Luna incómoda

—no puedes pedirme eso— respondió ella, apretando los libros entre sus brazos

—¡eres una....!— Se controló antes de decir algún insulto, no estaba ahí para eso —alejate de Draco, no lo volveré a repetir—

La rubia frunció el ceño, sin entender por qué ella le pedía eso

—¿Por qué debería?— cuestionó, ahora ya no incómoda si no algo molesta

—por que lo digo yo y no querrás ir en mi contra— aseguró la pelinegra, siendo amenazante

—entonces no puedo hacer eso— se negó, encogiendose de hombros, manteniendo la calma

—Lunática, te lo advierto— aseveró —no te acerque a él, solo le das mala imagen, ¿Crees que el estaría con una loca como tú?, ¿Una niña sin chiste y poco refinada?, ¡Puff, por Dios, loca! El jamás se fijaría en ti, Aún no entiendo que te ve—

Las palabras de Pansy fueron como un balde de agua fría, como despertar a la realidad. ¿Cómo Draco podría fijarse en ella?. Luna creía que no tenía nada especial, una simple bruja más, en el mundo mágico, una chica considerada loca, por sus excéntricas creencias y sus extravagantes combinaciones de colores y formas en su ropa, pero esto la volvía ser ella misma. No podía dejarlo

Draco sonrió de lado al ver la expresión contrariada de Luna, sabía que ella acabaría con Pansy si de un duelo de magia se tratase, pero él conocía a su compañera y también sabía de sobra que ella atacaría a la ravenclaw de una manera más letal, atacando sus inseguridades

Así que se acercó, parándose detrás de la rubia, ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón negro

—¿Quieres saberlo?— cuestionó, llamando la atención de la slytherin, que le miró confusa

—Draco...— chilló la muchacha, al percatarse de la presencia del platinado

—¿Quieres saberlo?— insistió el platinado, mirándola fijamente

—¿Saber que?— preguntó confundida

—lo que veo en ella— sentenció, acercándose al costado de la rubia, con una mirada que parecía letal

—¡No vez nada, ella es una loca, una escoria, me da vergüenza estar ahora mismo en su precensia!— discutió, dando dos pasos adelante, para acercase a él

Mismo que regresó, al ver la mirada fría que le dió

—no tengo por qué explicarte mi cercanía a ella y no me gusta para nada la escena que estás haciendo, vas a llamar la atención— dijo, realmente molesto con la pelinegra frente a el

—pero Draco— intento de nuevo Pansy, quería hacerlo ver su error

—Bien, necesitas escucharlo para callarte, te lo diré entonces— dijo —hay muchas cualidades en ella, a las cuales tu jamás podrías aspirar, no eres igual y jamás lo serás, si hablamos de seres inferiores estás muy por debajo— espetó, siendo breve, conciso y cruel —No te acerques a ella o a mi de nuevo— sentenció

extraña casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora