Ichigo estaba feliz cuando el doctor confirmó la noticia del embarazo de Orihime, ella también estaba muy emocionada, pero el médico ha sido el que los ha preocupado diciendo que la dama estaba muy delicada, la gestación iba a ser difícil, tenía que estar bajo ciertos cuidados, con una dieta muy rica en minerales, tomar vitaminas, evitar sustos, corajes, debía mantener al mínimo los esfuerzos.
La chica trató de estar en calma, les había tomado largo tiempo para que ella estuviera en cinta, que no pensaba renunciar a su bebé bajo ningún motivo, así que iba a necesitar ayuda en casa, el esposo fue en busca de apoyo en su familia, sus dos hermanas aceptaron ir a la vieja propiedad cuando él tenía que trabajar para cuidar de Inoue, se turnaron un día y un día, así no descuidaban sus estudios, la pelirroja tenía que permanecer casi todo el tiempo en cama, desde allí seguía trabajando, zurcia las prendas mientras tarareaba la música de la rota caja, su esposo aún no la reparaba, sus cuñadas eran muy amables, cocinaban recetas basadas en las indicaciones del médico, lavaban la ropa y los cubiertos, todo para que la dama estuviera tranquila.
Fue un embarazo muy largo, complicado, Ichigo vivió preocupado por meses, siempre al pendiente de su mujer, aunque los tres hermanos estaban muy emocionados por ver como crecía la criatura en su vientre, cuando cumplió seis meses todos enloquecieron al saber que era un varón, el futuro padre estaba muy orgulloso, las futuras tías lloraban de alegría, el abuelo estaba encantado de tener un nieto de sexo masculino, los últimos 3 meses fueron difíciles para la pareja.
Era de madrugada cuando comenzaron las contracciones, fueron los quejidos de dolor de Inoue los que despertaron a Kurosaki, afortunadamente ese día estaba de descanso, miró la cama, estaba húmeda, la pobre mujer había roto fuente, ahora luchaba por dar a luz.
- ¡Voy a llamar a la ambulancia!... - dijo el nervioso hombre
El pelirrojo a tropezones bajo lo más rápido que pudo hasta dónde estaba el teléfono, por instinto la dama se quitó con gran esfuerzo su ropa interior, dobló las piernas para darle espacio al bebé, ya coronaba la pequeña cabeza cuando subió el esposo, éste casi se desmaya ante la escena, pero su adrenalina evito que colapsara, fue al baño por un par de toallas limpias, lleno un balde con agua tibia, regresó a la habitación, el niño ya salía del cuerpo de su madre, aquello era una imagen bastante fuerte para el hombre entre tal cantidad de sangre, de alguna parte sacó fuerzas para sujetar y limpiar al recién nacido, temblaba nervioso, cuando tocaron a la puerta, corrió lleno de miedo, abrió con gran dificultad, eran los para médicos.
- ¡Buenos días!... - los doctores vieron al hombre con el pequeño en brazos
Fueron directamente al pelirrojo para revisar al bebé.
- ¿La madre? - preguntó enseguida el profesional
- Arriba en la habitación del fondo... - apenas pudo decir el caballero
Los dos para médicos subieron con el niño en brazos, el de ojos avellana aún estaba en shock, Orihime estaba muy débil, apenas consciente, le dieron al bebé, la colocaron en una camilla, la bajaron.
- ¡Venga con nosotros señor!, ellos necesitan atención inmediata... - dijo uno de los uniformados
Kurosaki solo afirmó con la cabeza y subieron todos a la unidad, fue un trayecto rápido aunque muy estresante, de inmediato internaron a la pelirroja, mientras le pidieron al ingeniero dar en recepción los datos de su esposa, era obvio que estuviera muy angustiado, desde el teléfono público del hospital llamó a su familia, avisando lo ocurrido y donde estaba, pasaron un par de horas cuando una enfermera le llamó al preocupado padre primerizo.
- ¡Familiar de Inoue Orihime! - exclamó la de blanco
- ¡Sí!, ¡sí!, ¡soy yo!, ¿¡cómo está mi mujer!?, ¡mi hijo!... - dijo desesperado el hombre
- Tranquilo señor, lo voy a llevar con su bebé, él está en perfecto estado de salud, a él ya se le dio el alta, pero hay que llenar un pre registro para poder realizar el trámite del acta de nacimiento... - comentó la mujer tratando de calmar al angustiado pelirrojo
- Esta bien... - dijo apenas más tranquilo el ingeniero
- ¿Nombre del niño? - preguntó la enfermera
- Su nombre es Ulquiorra Ciffer Kurosaki... - dijo con una sonrisa el caballero
La profesional se sorprendió un poco del cambio de tono y ánimo del hombre, parecía muy feliz, a la vez de melancólico con dicho nombre, le devolvió la sonrisa al de ojos avellana.
- ¿Nombre de la madre? - continuó la mujer
- Inoue Orihime... - dijo el pelirrojo
- De acuerdo firme aquí... (señaló una hojas la de blanco), sigame por favor para entregarle a su bebé y visité a su esposa
El hombre solo afirmó con la cabeza, obedeció a la dama, entonces llegaron a los cuneros dónde dormía tranquilo el pequeño, la uniformada tuvo que mandar a revisar varias veces los papeles porque pensó que había una confusión con la criatura, fue tal el alboroto que incluso le hicieron algunos estudios al recién nacido, para la enfermera era imposible que ese bebé fuera hijo de Kurosaki, era su piel blanca como la nieve, tan pura que se podían ver en sus brazos y piernas las venas, arterias que llenaban de sangre el pequeño cuerpo, un cabello tan negro como la más oscura noche, sus ojos apenas abiertos brillaron con un tono esmeralda.
- Lamentó todo esto pero pensé que había un error... - dijo apenada la mujer
Esta desconfiada dama juró para su misma que aquel niño no era hijo del ingeniero, sin embargo el padre y el hijo parecían muy felices de verse, como si aquello fuera un reencuentro entre dos amantes luego de muchos años, fue un sentimiento extraño, la mujer no dijo una palabra, sólo guió a Ichigo con su esposa, quien estaba muy delicada en la cama apenas despierta, exhausta por el parto.
- Los dejó un momento... después regresó, su mujer debe quedarse toda la cuarentena, necesita cuidados médicos, no es demasiado grave, pero puede serlo... - explicó la enfermera
- Muchas gracias señorita, quiero estar un momento con mi familia... además voy a estar aquí un tiempo... mientras se recuperará mi esposa, espero la cuide mucho... - dijo el caballero
- Regresó más tarde... - recalcó la uniformada
Se sentó en la cama con Orihime, quien sonrió débilmente.
- Se que es una pregunta estúpida pero estaba muy preocupado... ¡Je, je!, ¿cómo estás?... - dijo algo tenso el pelirrojo
- Me siento muy cansada, también me duele mucho el cuerpo... incluso respirar duele... peor que un resfriado... - dijo amablemente la doncella
- Lamento no poder aliviar tu malestar... - dijo honesto el hombre
-No te preocupes, no es tan malo cariño, vale la pena por ese pedazito de cielo... - dijo con una sonrisa la convaleciente
Ichigo suspiro, le entregó el pequeño bulto envuelto en mantas, ella lo cargo en su pecho completamente enternecida, sollozando le empezó a cantar una canción de cuna, el bebé sonreía a la vez bostezo, con sus diminutas manos buscaba aferrarse a su madre.
- Debe tener hambre... - dijo la débil voz de la chica
- No te preocupes, estamos tapados por las cortinas... - mencionó el pelirrojo
Ella sonrojada se destapó un poco el pecho, sentía un electrizante dolor cada que se movía pero su instinto maternal era más grande, así entre sollozos empezó a amamantar al bebé, quien al beber parecía aliviar su malestar, por lo que sonrió aún más la dama por esa calma que sentía, los tres se quedaron un rato en silencio solo mirando al pequeño, regresó la enfermera con el aviso de que había llegado la familia Kurosaki, el ingeniero dejó a su mujer para ir con su padre y hermanas, todos estaban felices, aunque por ahora debían dejar descansar a la madre y al hijo.
-------------- Capítulo completo --------------
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Tijeras
Mistero / ThrillerUn extraño lugar donde se venera a una figura aún más alucinante, en donde empiezan a ocurrir cosas inexplicables, que se van volviendo más espeluznantes a cada momento.