Capitulo IX

2K 162 37
                                    

Los dos sonreían con satisfacción, el pecho de Azusa subía y bajaba a ritmo con el de Kanato, estaban muy agitados.

- ¡Kanato déjalo! - grito Yui desde lo lejos al ver la escena - ¡Lo vas a matar!

Ayato que estaba cerca de la chica se acerco a ella para mirar lo que veía, Kanato estaba encima del Mukami enano, cortándolo por todas partes con una daga.

- Ayato por favor, detenlo - dijo ella mirando al pelirrojo con suplica, casi llorando.

El chico corrió en dirección a su hermano, lo tomo por debajo de los brazos para quitarlo de encima del Mukami, que estaba sangrando.

- Dos, seis, diez... falta una - dijo Kanato mirando el cuerpo de su victima - también me con... ¿debería cortarte la boca de una vez?.

- ¿Estas bien Azusa? - decía Yui mientras corría.

La rubia no tardo en llegar con vendas y alcohol, acercándose al chico en el suelo, que estaba inmóvil, pero era seguro que estaba vivo. Kanato se mantenía serio, hasta que la mano de Yui se aproximo al rostro del Mukami.

- No lo toques - la voz de Kanato sonó muy profunda, una orden directa - Si te atreves a tocarlo date por muerta.

- ¿Que demonios estabas haciendo? enclenque, si lo matabas tendríamos serios problemas con sus hermanos - dijo Ayato sosteniendo aun a Kanato - peor aun, con Reiji, ¿Que te pasa?

Kanato no le respondió, tenia los ojos fijos en las manos de la chica, que le miraba de vuelta con miedo.

- Azusa esta sangrando, debo limpiar sus heridas... - dijo la chica en un tono precavido, no debía alterar a Kanato, en ese momento era muy peligroso.

- No morirá por algo como esto- dijo Kanato despreocupado, agregando con enfado - pero si tocas lo que es mío, la que morira sera otra, lo vas a pagar muy caro.

La chica apretó la boca, Kanato hablaba muy en serio, alejo sus manos del rostro de Azusa, quien tenia una pequeña sonrisa en los labios, respirando pausadamente. a pesar de ello, Yui dejo las cosas a un lado de Azusa antes de levantarse.

- Déjalo, no solo es Kanato, no se como explicarlo- dijo Ayato a Yui, soltando a su hermano - los dos están locos.

El pelirrojo arrastró con suavidad a la chica para que se fueran, la rubia no podia evitar mirar con preocupación hacia Azusa, pero estaría bien, ¿verdad?. Kanato los vio irse, mirándolos con desdén y un bufido cuando la chica lo observo a el.

- ¿Te vas a quedar ahi toda la noche? - pregunto Kanato mas relajado - te ayudare a limpiarte, no quiero que ensucies mi cama con tu sangre.

Kanato se sentó en el suelo, dejando a un lado a Teddy para poder estirarse y tomar las cosas que antes había dejado la chica ahi. El Mukami se acomodo mejor y se sentó también, desabotonando su camisa para poder tratar sus heridas, Kanato le había tajado la ropa, así que también estaba manchada de sangre.

- Hace un momento... - hablo repentinamente Azusa, mientras Kanato estaba entretenido limpiando el estomago del contrario.

- ¿Mhm? - dijo Kanato distraído, poniéndole alcohol a las vendas.

- Dijiste que... yo era tuyo... - termino de decir Azusa, mirando el rostro de Kanato, que a su vez miraba fijamente los cortes en el pecho de Azusa, deteniéndose momentáneamente, para mirarlo a los ojos.

- Si, ahora eres de mi propiedad - dijo Kanato serio- Dame tu mano.

Azusa extendió su mano hacia Kanato, el cual la tomo y con su la daga del Mukami, le grabo una gran "K" en la palma, el chico hizo una pequeña mueca de dolor.

Sick taskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora