Capitulo l

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El aburrimiento de Shu finalmente llegaba a su fin, ya que Reiji por fin estaba saliendo de la oficina de dirección. Siempre que Reiji entraba y salía de esa oficina, parecía tener un peor humor que de costumbre, esta vez no era la excepción.

-Por favor, asegúrese de hacerle llegar esta información al señor Sakamaki – decía el director desde su oficina, dirigiéndose a Reiji- y como siempre, una disculpa por interrumpir sus clases, usted es el único al que podemos recurrir para contactar con su padre.

-No se preocupe- contestó Reiji, masajeando su entrecejo, presentía que le daría migraña pronto- con permiso.

Reiji cerró la puerta de la oficina, con todo el autocontrol que poseía para no azotarla, caminando con paso firme hasta donde Shu, intentando no perder la compostura. El rubio lo observó llegar hasta él, despreocupado, riendo para sus adentros, pues bien sabía cuan irritado estaba su hermano menor, siempre que alguno de los hermanos Sakamaki cometía alguna falta, Reiji era llamado a la dirección ya fuera para informar a su padre o para el mismo tener que dar la cara por alguno de los cinco, incluyendo a su hermano mayor, y Shu sabía que tener que responder por él era lo que a Reiji más le molestaba.

-Vámonos – dijo Reiji una vez estuvo frente a Shu.

-Hehe... ¿no me vas a decir nada?- dijo Shu, con el único fin de molestar al contrario, aún sin moverse del asiento.

-En la casa arreglaremos cuentas, vámonos- dijo Reiji claramente tenso, estaba muy enojado, Shu rió por lo bajo.

Reiji no esperó a Shu para comenzar a caminar hacia la salida, el rubio sonreía divertido, le parecía cómico el hecho de que se enojara por cosas como esas. Cuando llegaron a la limosina, todos los demás ya estaban ahí.

- Ya era hora –dijo Ayato cuando Shu y Reiji ya estaban dentro, Yui aprovecho esta distracción para tomar distancia de Ayato, que hasta hace un momento estaba invadiendo su espacio personal, probablemente para beber su sangre.

Ninguno de los dos respondió, Shu se acomodó en su lugar y Reiji bufó molesto desde el suyo, nadie hizo más comentarios durante el viaje. Al llegar a la mansión, cada quien tomo su camino, como era lo usual, Reiji fue directamente a su laboratorio, debía redactar una carta para informarle a su padre lo que había sucedido ese día.

"Estimado padre, por medio de la presente te informo:

Hoy me han llamado nuevamente a la dirección para hacerte saber que Shu ha estado faltando mucho a sus clases, no entrega tareas y se encuentra en riesgo de reprobar nuevamente el año. 

Eso es todo, atentamente, Reiji."  

Con eso debería bastar, podría agregar las demás veces por las que había sido llamado esa semana, como cuando lo llamaron por que Laito había sido encontrado en los baños con una chica o que Subaru se había metido en otra pelea, también estaba Ayato y la chica que fueron castigados por hablar en clase, muy probablemente por culpa de Ayato, pero, sabía lo estricto que era su padre, por todas aquellas cosas el mismo podía hacerse cargo, pero por lo de Shu, inevitablemente se enteraría tarde o temprano. Reiji suspiró y se dispuso a buscar a Kanato para que enviara la carta a su padre, invocando a alguno de sus familiares, cuando lo encontró, hizo lo debido, Kanato se quejó, como siempre, pero al final accedió. Ahora Reiji se encontraba llendo hacía el cuarto de Shu, para reprenderle, pero el familiar de Kanato lo detuvo a pocos metros de la puerta del rubio, con una nueva carta en sus manos, cuando Reiji la tomó, el familiar se desvaneció.

Reiji estaba sorprendido, no habían pasado ni diez minutos desde que mando al familiar con su carta, por no decir que su padre no solía mandar respuesta cuando le enviaba información, lo único que hacía era mandar el castigo un par de días después. Se apresuró en abrir la carta. 
    
"Reiji, es inconcebible que esto esté sucediendo nuevamente, ya lo castigué a él una vez, como parece no funcionar ese método, entonces esta advertencia es para ti, no puede ser posible que hayas permitido que las cosas volvieran a llegar a este punto.

Sick taskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora