Capítulo IV

2.7K 195 43
                                    

Shu no conseguía conciliar el sueño desde ayer, algo que tan fácil era para él, pero por más que intentaba no podía dejar de pensar en Reiji. El rubio se acostó en su cama e intentó concentrarse en su música, tapando sus ojos con el antebrazo, pero nada, hasta que recordó aquellos audios que tenía en su MP3, los que le había recomendado Laito, aquellas bellas melodías "cantadas" por esas lujuriosas mujeres... tal vez con eso por fin se podría tranquilizar, hacía ya un tiempo que no escuchaba esos audios.

- ...Ah~ - gimió la mujer del audio y Shu cerró los ojos, poniéndose cómodo.

Escuchar eso fue una mala idea, no, fue una terrible idea poner esos audios con Reiji en sus pensamientos, la cabeza de Shu, automáticamente proyectó una escena muy sugerente sobre su hermano, la chica gemía con placer y las imágenes de Reiji no paraban de salir, un Reiji sonrojado debajo de él... recordó su torso en la escuela, esa piel tan nivea... su cuello que le mostraba con tanta facilidad, el orgulloso Reiji... Mierda.

Shu se quitó los audífonos como si quemaran y bajó la mirada a su entrepierna.

No, no podía ser, de todas las personas, de todas las malditas personas en el mundo ¿tenía que ser con una imágen de él?, Shu sabía que era alguien muy resistente a ese tipo de cosas, no cualquier tontería lo ponía de esa forma. Shu bufó regañandose mentalmente, lamentándose en lo más profundo de su ser antes de llevar la mano al cierre de su pantalón.

Tenía una erección.

***

No podía concentrarse, se encontraba en su cuarto, Reiji miraba el tubo de ensayo con el líquido dentro, lo sostenía entre sus manos enguantadas, hacía días que estaba trabajando en aquel químico pero ahora no podía pensar con claridad, Shu se cruzaba en sus pensamientos, tan malcriado y tan maleducado... como si fuera a propósito. Serio, dejó el tubo en su lugar junto a los otros, quitándose los guantes mientras se dirigía hacía su mesa de estudio.

- Este problema se vuelve cada vez más grande... - pensó en alto Reiji, observando algún punto en la madera de su escritorio.

Tomó camino hacía el baño, que estaba ahí mismo en su habitación, hasta llegar al lavabo, se miró al espejo, observando su cuello, llevó su mano justo donde a Shu le gustaba morder, ya casi no se veía la marca, sin embargo, se sentía raro por dentro al recordar como Shu lo había sometido contra su escritorio apenas el día de ayer. Reiji golpeó con el puño cerrado el mármol de su lavamanos, dejando incluso un hoyo por lo fuerte del impacto, sacándose esos pensamientos de la cabeza o cualquier rumbo extraño que pudieran tomar.

- Menudo problema... comienzo a comportarme como Subaru - dijo Reiji, irguiendose dignamente, pasando una mano por su cabello- Todo es culpa de ese inútil.

Reiji suspiró, quitándose los anteojos para luego abrir la llave del agua, hechandose agua a la cara para entrar en razón, debía mantener la compostura, no podía seguir permitiendo que Shu jugara de esa forma con sus emociones, por que probablemente era justo lo que quería, solo se estaba divirtiendo con él, pero bueno, era fin de semana, no había escuela, Shu no debería molestarlo por ahora...

Ridícula y casi cómicamente, como si lo hubiera invocado con sus pensamientos, Shu apareció, estaba recargado en el marco de la puerta, Reiji lo observó por el reflejo del espejo, sin decir una palabra, el menor se volvió a poner sus anteojos y secar sus manos con la pequeña toalla que estaba a un lado del lavabo, como si nada, como si Shu realmente no estuviera ahí, pero al llegar a la puerta, su hermano mayor no lo dejó pasar.

- ¿Podrías moverte porfavor?, quiero pasar a mi cuarto - dijo Reiji serio, sosteniendo la mirada de Shu.

Reiji comenzaba a enfadarse, Shu no hacía ni decía nada y lo miraba de esa forma que tanto le molestaba, sentía que se burlaba de él, como si lo menospreciara, siempre había sido de esa forma, lo miraba sin decir nada, juzgandole. Shu, por su parte, no sabía que pensar al mirar a Reiji, estaba enfadado consigo mismo, hace no mucho se había corrido en la soledad de su cuarto con la imágen mental de su hermano, observaba el rostro de Reiji intentando descifrar el por que le parecía tan atractivo, ¡por que se veía tan sexy con el cabello mojado!, se estaba volviendo loco, pero aún así, conseguía mirar a Reiji a los ojos sin inmutarse, el problema era que si se movía, sentía que perdería el control de sí mismo.

Sick taskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora