Capítulo VI

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*Hace un par de horas, en el centro comercial*

El primer golpe lo dio Subaru, dándole en la mandibula a Yuma, el más alto no iba a esperar una disculpa, así que propino el segundo, que se estampó justo en el puente de la nariz del contrario.

- ¿Eso es todo lo que tienes, gigantesco idiota? - dijo Subaru, expulsandola sangre de su nariz, preparándose para dar el siguiente golpe.

- Ja, lo mismo te digo, golpeas como niña, enano - contestó Yuma, limpiando su labio con el dorso de su mano, poniéndose en guardia.

En un pasillo alejado

- Disculpe, necesito que- dijo Reiji, cuando por fín pudo encontrar a un encargado, pero un ruido sordo a lo lejos lo detuvo.

Reiji rogaba mentalmente que no fuera Subaru o la chica, lentamente, dirigió su mirada en dirección al ruido, varios estantes estaban cayendo conforme sonaban mas ruidos.

- ¡Estúpido Sakamaki!- se escuchó la voz de un hombre.. uno muy alto.

- ¡Muérete Mukami!- y ahí estaba la voz que tanto temía escuchar, claramente era Subaru.

El encargado se dirigía hacia el sonido, temeroso, mientras Reiji se tomaba un tiempo para respirar y masajearse la cien antes de solucionar el problema que ya se había creado.

De vuelta a la actualidad

- Oye Reiji... ¿pasó algo? - preguntó Shu, acercándose a Reiji, que estaba saliendo del cuarto de Laito - esa persona llamó...

Reiji suspiró, había muchas cosas por las que su padre podía llamar, pero no sabía que repercusiones podrían tener, podría ser por una, podría ser por todas, aunque el mayor problema era averiguar para quien habría consecuencias. Shu, por su parte, se encontraba atontado, observando las facciones de su hermano, desde su fina nariz hasta las puntas de sus cabellos que cubrían su frente, ¿por que siempre se ponía los lentes sobre su cabello?, a Shu le parecía un poco incomodo, pero igual Reiji se veía bien, ahora que lo pensaba, siempre se veía bien, todo el tiempo, era impresionante como en más de 100 años que llevaban de vida, Reiji no había dejado de verse bien ni un solo día, ni un solo segundo... deja vu, ahora tenia la sensacion que ya había pensado eso antes.

El menor estaba a punto de abrir la boca para preguntar el por que había llamado su padre, pero el sonido de la puerta principal siendo tocada lo interrumpió, miro a Shu un segundo confundido, el rubio se encogió de hombros.

- ¿Quien podría ser a esta hora? - mencionó Reiji, apareciendo frente a la puerta de la casa, seguido de Shu, que lo observaba.

¿Ruki Mukami? pensó Reiji, al ver al hombre parado frente a el, sostenía un papel en la mano y una mirada más preocupada que seria.

- ¿Podemos pasar? - dijo Ruki,  a lo que Reiji se irguió y se hizo a un lado para que pasara, tras de el venia Yuma Mukami con una mueca de molestia y un curita en su ceja izquierda - Con permiso.

- ¿Cual es el motivo de su visita? - preguntó Reiji mientras cerraba la puerta.

- Iré directo al grano, después de el incidente de hoy... - decía Ruki.

Shu en algún punto de la conversación se perdió en sus pensamientos aburrido, cada que Reiji y Ruki Mukami se encontraban, era un rio de intercambio de palabras difíciles e intelectuales, cumplidos e insultos educados que solo ellos dos entendían. El rubio observaba a su hermano menor como si fuera lo más interesante del mundo, la música que sonaba en sus audífonos se confundía con la bella imagen de Reiji hablando cosas aburridas con el Mukami, sin percatarse de que Yuma, también aburrido y buscando algo con lo que entretenerse, se había dado cuenta de la extraña forma que Shu tenia para mirar a Reiji, parecía una de esas chicas raras que seguían a Kou, pero no podia ser, Reiji es su hermano, además de un hombre y un aburrido como Ruki.

Sick taskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora