Capítulo lll

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"¿Si tanto te molesta... por que me sigues... viendo?"

Fue lo que le dijo Azusa en la escuela, ¿Que por que seguía viendo?, ¡¿POR QUE?!, ¡por que estaba en el maldito camino!, no se hubiera topado con él de no ser por que la maquina expendedora de su piso estaba descompuesta, Kanato solo quería ir por un dulce y Azusa tenía que estar en el estupido camino, sentado en las malditas escaleras, el solo mirarlo le repugnaba, no sabía como es que alguien tan insoportable e irritante como Azusa tenía permitido existir. Kanato se encontraba en los jardines de la mansión, caminando y quejándose, pateando lo que hubiera a su paso.

- Oye Teddy, ¿a tí también te desagrada Azusa verdad? - preguntaba Kanato a su oso - ¡es tan desagradable y-

- Kanato... - habló Azusa trás de él, a pesar de haber escuchado lo anterior dicho por el pelimorado, decidió dejarlo pasar - ¿Que haces... aquí?

Kanato volteó lentamente, con la cara desenfocada, a punto de explotar.

- ¿Acabas de preguntarme que hago aquí?... ¡¿QUE HAGO YO AQUI?!- gritó Kanato desde su lugar - ¡¿ERES IDIOTA?!, ¡¡¡ESTA ES MI MALDITA CASA!!!

Azusa cerró los ojos por la intensidad del grito y acomodó la bolsa de papel que llevaba en los brazos, lento, tranquilamente, con "¿Que haces aquí?" se refería a que por que Kanato estaba a fuera de su casa pisoteando flores a pocas horas del amanecer, con Kanato se solían dar ese tipo de mal entendidos a menudo, y eso que se veían muy pocas veces, Azusa decidió no aclararlo para no irritar más al menor.

- Yuma quería... darle estas... manzanas a Eva... - dijo Azusa con su característico tono monótono.

- ¿Y por que Yuma le daría manzanas a ella? - preguntó Kanato arrugando la cara con disgusto.

- Dijo que... el otro día compartió una... con Eva... y le gustó mucho... - contestó Azusa.

- ¿Y por que no vino ÉL a traerselas? - volvió a preguntar Kanato, acomodando a Teddy en sus brazos - No es que quiera ver a alguno de ustedes, pero es mucho mejor que verte a tí.

- Dijo que... tenía que... hacer algo... - respondió Azusa, observando la bolsa de manzanas en sus brazos, ignorando el último comentario del contrario, tomó una manzana y la extendió hacía Kanato.

El más bajo lo miró con la boca abierta, entre sorprendido e indignado, ese tipo lo irritaba mucho, nisiquiera Yui lo irritaba tanto como la sola presencia de Azusa, Kanato cerró la boca y se irguió en su lugar, tomando una postura digna, abrazando fuerte a Teddy, ignorando la mano extendida del contrario. Azusa no se ofendió ni mucho menos, solo regresó la manzana a la bolsa y se dirigió a la gran puerta de la mansión Sakamaki, tocó un par de veces y esperó, Kanato lo observó todo el tiempo, nadie abría, Azusa se quedó ahí parado, tranquilamente, y Kanato se estaba desesperando.

- ¡AH!, dame eso - dijo Kanato mientras se dirigía hasta donde Azusa, frustrado, arrebatándole la bolsa de manzanas - Yo se las daré, ¡¿bien?!, ahora sal de mí vista por favor.

- Gracias... - dijo Azusa, observando a Kanato sin expresión, el pelimorado le devolvió la mirada con el ceño fruncido, lleno de furia.

Kanato abrió la puerta de la mansión a pesar de que podía simplemente aparecer dentro, solo para cerrarle la puerta en la cara a Azusa, quién solo observó pacíficamente, dandose la media vuelta para irse después de que la puerta se cerrara.

- ¿Tocaron la puerta? - preguntó Yui llegando a los pocos segundos hasta donde estaba Kanato, con la bolsa de manzanas en los brazos - me pareció escuchar-

- Ten - dijo Kanato secamente, arrojándole la bolsa con enojo a la chica - Te las trajo Azusa.

La rubia consiguió mantener el equilibrio a duras penas, y sin más, Kanato se dió la media vuelta para irse, pero recordó algo y volvió a encarar a Yui.

Sick taskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora