Mejor dicho, no tenías ganas de hacer cosas. Solo estabas acostada en la cama, te levantabas para comer y volvías al cuarto.
Ni siquiera tú sabías bien que sucedía, aunque trabajabas en eso para resolverlo.
Yangyang lo notó rápidamente y te dió tu espacio, no sabía lo que querías, así que prefería dejarte sola, pero a la vez hacerte saber que él estaría allí.
Así llego ese día.
Bajaste las escaleras y miraste al muchacho dándote la espalda mientras jugaba.
--- ¡Hendery! ¡por favor! ¿acaso estás jugando con la nariz? ¡estamos perdiendo!
el teclado se oía, Yangyang estaba jugando algún juego con los chicos y aparentemente, él regañaba a Hendery.
--- hey, hey, hey..- respondió el otro - tú tampoco juegas también, enano.
--- por lo menos tengo quince en el ataúd, ¿tú cuántos? ¿dos?
--- para tu información, mocoso insolente, tengo veintitrés.
--- ¿¡Ah!? - yangyang se sorprendió - ¿el dos al lado del tres?
--- así mismo, Liu.
--- ahg..
silenciosamente caminaste hasta la cocina y buscaste algo de beber.
una cajita pequeña de leche con chocolate fué tu elección.
volviste a la sala y Yangyang seguía con su mirada fija en la pantalla. Caminaste hasta él y tocaste su hombro con tu dedo índice.
--- Sicheng, cúbreme un segundo.
alejó la silla con rueditas del escritorio donde estaba la computadora y volteó hacia a ti.
sus ojitos estaban mirándote expectantes, esperando a que dijeras algo.
--- ¿puedo..acompañarte? - murmuraste - ya no quiero estar sola..
Yangyang sonrió ladeadamente y extendió sus brazos. Con rapidez te metiste entre ellos y te sentaste en su regazo.
--- ¿segura que te sientes mejor? - sus manos acariciaban tu espalda con cariño -
--- uhum...
las rueditas de la silla volvieron a moverse, para llegar otra vez hasta las computadora y seguir la partida.
tu rostro estaba oculto en su cuello, inhalando el perfume que usaba.
--- ¿me dejas terminar esta partida? después podemos hablar si eso querés..
--- okay..- buscaste comodidad en su hombro y cerraste los ojos.
sin quererlo, caíste dormida.
el sonido de las teclas y Yangyang ordenando a su equipo que hacer, te hicieron dormir.
él seguía la partida, iban ganando y no sentía movimiento por parte tuya.
--- ¿nena?
al no recibir respuesta, supuso que estarías dormida y así lo confirmó cuando tomó una de tus manos y la movió.
--- ¿todo bien? - Sicheng preguntó -
--- olvidé el micrófono, mier..- agitó su cabeza en signo de frustración - eeeh, sí. Todo bien, tranquilos. Esta es mí última partida..
--- ooh, ¡Yangyang~! - bufó Dery - está bien..
la partida fue rápidamente ganada por su equipo y tú seguías descansando sobre él.
--- bien chicos, jugamos mañana, ¿de acuerdo?
--- entendido, Liu. - Sicheng respondió - saluda a Arin de mí parte..
--- de mí parte también, espero que se sienta mejor. - Hendery se unió - cuídala.
--- por supuesto..- sonrió - adiós..
apagó su micrófono y salió de la sala de chat.
Con cuidado se levantó de la silla, te tomó por debajo de las piernas y caminó hasta su cuarto.
cuidadosamente te dejó en la cama y se recostó a tu lado, sacando del camino a algunos cabellitos sueltos que estaban cerca de tu rostro.
--- tontita..- susurró - si te sientes mal, ¿por qué no hablas conmigo? hmm..- abultó sus labios levemente - niña boba.
Yangyang pasó sus brazos por tu cintura y te atrajo a su pecho, sus ojos se cerraron y suspiró con cansancio.
ahora ambos estaban dormidos.
cuando tú despertaste, él seguía dormido a tu lado, por eso te costó acomodarte mejor, pero lo lograste.
te mantuviste quieta, hasta que él despertó. Sus respiraciones se hicieron más largas y soltaba suspiros mientras buscaba comodidad.
--- Yanggie..- sonreíste -
sus ojos bajaron hasta encontrar los tuyos y viste lo dormilones que estaban. Apenas podían mantenerse abiertos.
--- Hola..- con una de sus manos, retiró su cabello hacia atrás - ¿dormiste bien?
--- uhum..
te acurrucaste contra él y abrazaste su torso.
--- perdón por estar de mal humor estos últimos días..
--- está bien, cariño. - respondió - estaré ahí cuando quieras decirme qué te tiene así.
--- pero, no es tu culpa que yo-...
--- es verdad, no lo és. Pero eso no quita el hecho de que yo quiera ayudarte, y si yo quiero hacerlo, necesito que tu sepas que puedes contar conmigo. Eso te hace bien, ya lo sabes..lo hablaste con el psicólogo.. así que no te preocupes, también me pasa y, puedo contar contigo, ¿verdad?
--- no seas tonto, ¡claro que sí!
acomodaste tu cuerpo arriba del suyo y tomaste con tus manos sus mejillas.
él te sonrió levemente y se acomodó sobre sus codos, dejando menos espacio entre ustedes.
tú tomaste la iniciativa y terminaste por acortar cualquier espacio y uniste sus labios. Él correspondió y dejó escarpar una sonrisa en el medio.
cuando cortaste el beso, Yangyang dijo:
--- sin olvidar el pequeño detalle, de que te ves taaaan jodidamente hermosa vestida con mí ropa y que adoro que me maltraten.
--- ¡Yangyang!
--- ¿que? ¡déjame ser masoquista en paz!
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