Capítulo 6

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En un rincón de los restos de una tierra supuestamente inexistente e inaccesible, donde los charcos de oscuridad se esparcen en cualquier área, los grimm pasean sin preocupación y los cielos siempre son de tonos violetas, rojizos y azul oscuro dejando apreciar una espectacular combinación de colores, un majestuoso castillo se alza en las tierras inhóspitas.

Salem, la reina grimm. Aquella mujer de piel blanca como la nieve y ojos tan rojos como la sangre es la dueña de las tierras por las que alguna vez el Dios de las tinieblas paseó y se resguardó.

La aterradora mujer tiene un gesto aburrido en su rostro mientras mira a través del gran ventanal de la sala de reuniones a sus pequeñas criaturas, meditando en qué punto se encontraban sus planes. Ciertamente, el fracaso de Cinder debido a su pequeña arrogancia y rencor personal le han costado, frenando abruptamente sus planes.

Debe de admitir, que se sintió muy decepcionada cuando vio a Cinder morir a manos de Raven Branwen, su arrogancia y excesiva confianza la cegaron y la llevaron a cometer un error tras otro.

«Niña tonta, si tan solo se hubiera apegado al plan», pensó la reina grimm con aburrimiento mientras su vidente había registrado la pelea en la bóveda de ambas doncellas, optando por supervisar los movimientos de la doncella de otoño.

Cinder con su sed de poder, su sed de reconocimiento y ansia de demostrar su valía habían sido convenientes, reclutarla fue fácil y rápido, alguien con el pasado que Cinder tenía ciertamente era un activo fácil de convencer, solo promete que obtendrá lo que "merece", inculca y háblale sobre el destino y la grandeza que puede poseer, y estará en tus manos. Pero eso claramente era un arma de doble filo, ya que también, un peón con un hambre de poder podía salirse de tu control, buscando y anhelando más de lo que debería.

Salem lo reconocía, cometió un error con Cinder, fue demasiado flexible, demasiado blanda, se desvió del carril y miren a dónde la llevo.

Ahora debe pensar como proceder, ella tiene paciencia, mucha paciencia, no tiene la necesidad de avanzar apresuradamente, tiene mucho tiempo por delante así que el tiempo es lo que menos le preocupa. Pero, el plan que trazó por bastante tiempo, el plan definitivo, fue puesto en marcha y había avanzado bastante al caer la querida escuela de Oz, Beacon, el CCT no estaba funcional así que no había comunicación entre los reinos, Vale no se recuperaba de los estragos del ataque, teniendo que mantener cazadores activos en las calles y que resguarden los puntos de refugio debido a que Wyvern yacía en la cima de la torre de la destrozada Beacon, atrayendo mandas de grimm. Y por otro lado, Haven, los cazadores desaparecieron del radar, los estudiantes despachados y sacados del tablero, la academia no tenía un director que la dirigiera, la incertidumbre y las emociones negativas de la población podrían hasta ser capaces de atraer el suficiente grimm para que jueguen por ahí. Dos pilares, Haven y Beacon, desmoronados, y cuando eso sucede, entonces los humanos se vuelven vulnerables, ceden al miedo, al temor cuando notan que aquellos que deben protegerlos ceden a volverse pedazos y eso atrae la desesperación, y por consiguiente, a grimm para destrozarlos por completo.

Aún así, había un "pero" en todo esto, la reliquia del conocimiento estaba en manos de Oz y el grupo de niños que ha arrastrado en esta guerra, Raven Branwen dejó a la joven que es una réplica exacta de ella tomar la reliquia, y por otro lado estaba el tema de los poderes de otoño, ¿a quién habrán escogido para ser portador?, ciertamente ese era un enigma que no tiene tiempo de resolver, por lo menos no en este preciso momento, ya que debe centrarse en el hecho de que ahora, no tiene a un peón de su lado que sea recipiente para los poderes de las doncellas, y por consiguiente, para abrir las bóvedas y adquirir las reliquias.

Salem no pierde la calma mientras medita todo esto, simplemente no lo vale del todo, si, es decepcionante que tú plan se estanque de esa manera, y sería una lástima dejarlo así. Tendría que pausar el plan si decidía buscar a otra candidata aceptable y apta para que trabaje para ella y sea el recipiente idóneo del poder de las doncellas, pero al hacer eso, le daba la oportunidad a Beacon y Haven de recuperarse, de poner mayor seguridad a sus reinos, de que Atlas sea menos accesible de lo que ya es, o que Vacuo cierre sus fronteras y se aferre a una seguridad más estricta al enterarse de la condición de Haven.

La reina grimm suspira, si tan solo Cinder hubiera al menos sido lo suficientemente inteligente en su pelea con Raven, quizás no hubiera muerto... Su meditación se detiene abruptamente, sus ojos se cierran y abren lentamente mientras la chispa del reconocimiento ruge feroz y la sombra de una sonrisa aparece en sus labios.

Quizás no necesitaba un peón que la siguiera por su anhelante deseo de poder, quizás, necesitaba un peón que siguiera sus órdenes por medio del miedo.

Salem se levantó de su asiento y caminó hacia las enormes puertas, con un pausado y agraciado andar recorrió la habitación, dando un movimiento con su mano para que la magia fluyera y abriera la puerta para ella, entonces siguió su camino por los pasillos armoniosamente silenciosos.

-Mi reina -Tyrian hizo una reverencia al encontrarse con ella en los pasillos. La mujer le miro con gesto impasible.

-Tyrian, tengo una nueva asignación para todos ustedes -dijo de forma solemne, mirando por el rabillo del ojo como Mercury Black aparecía en el pasillo, solo para detenerse abruptamente y agachar la cabeza en su presencia -. Quiero que tú, Hazel y... -la mujer giró su cabeza hacia Mercury -. Los niños, vayan tras Raven Branwen y la traigan a mi -ordenó.

-Como usted diga, mi reina -aseguró el fauno escorpión, elevando sus ojos hacia su reina y sonriendo de oreja a oreja, pero Salem mantuvo su mirada en Mercury.

-Levanta la cabeza y mírame a los ojos, Mercury -le indicó Salem con seriedad, obteniendo de inmediato lo que quería del chico de cabellos y ojos grises -. He notado cierta actitud en tu compañera que no... Me complace, recomiendo que hables con ella y se ponga a trabajar en lo que les he ordenado. No quisiera tener que encargarme personalmente y perder mi tiempo.

-Yo... Lo haré, señora -afirmó Mercury, sintiendo la tensión en cada músculo de su cuerpo y un sudor frío recorrer su espalda.

-Bien -dijo Salem, solo para volver la mirada a Tyrian -. Deben partir cuanto antes, entre más tarden, más difícil será seguirle el rastro a nuestro querido pajarito -con esas últimas palabras, ella siguió su camino por los pasillos, dejando al par de varones atrás.

[...]

Alma en llamas [Libro 1] [Post-Volume 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora