Capítulo 7

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Un campo totalmente verde se expande a kilómetros y kilómetros como si no tuviera un fin, la hierba verde resalta, danzando con la brisa que recorre el área. Ella está de pie, sola en medio de esa gran expansión de hierba, sus cabellos azabache con puntas rojas danzan con el aire sin pensar en nada en concreto.

"Es hermoso, ¿no?" Dice una chica apareciendo a su lado mostrando una gran sonrisa.

La estudia de pies a cabeza con curiosidad, parece ser unos años mayor que ella, posee unos lindos ojos café claro, su piel es morena y su cabello es corto hasta los hombros siendo de color marrón.

"Si, creo que lo es". Responde ella, volviendo la mirada hacia la enorme extensión de hierba frente a ellas, que hace un bello contraste con el cielo azul.

La sonrisa desaparece de su acompañante, quien le mira con tristeza. "Dime, ¿serás yo?"

Se estremece, y vuelve de inmediato la mirada hacia la chica de cabellera marrón, pero ésta chica la mira inmóvil mientras unas marcas negras comienzan a aparecer en el lado izquierdo de su rostro.

"¿De qué...?" Intentó preguntar a qué se refería, pero una agresiva oleada de aire golpeó su rostro, obligándola a cerrar sus ojos. Al abrirlos de nuevo, el paisaje había cambiado a nubes oscuras, la hierba se marchita y la chica había desaparecido.

Una risa resuena tras de ella y un sudor frío recorre su espalda, siente una opresión en su corazón y lentamente se da la vuelta para ver la fuente de la risa.

Y ahí está ella, Cinder Fall se encuentra de pie a pocos metros lejos de ella, sus ojos le miran con esa arrogancia y burla que siempre han tenido.

"Dime, ¿por qué te contienes? ¿por qué no usarlo?" Le cuestiona ronroneando, Cinder comienza a caminar hacia ella y ella no puede moverse, es como si se hubiera congelado en su lugar, permitiendo a la falsa doncella acercarse a ella. "¿Por qué no cedes? ¿Por qué no saboreas el poder?" Continúa, la mano de la falsa doncella alcanza su rostro y acuna su mejilla, su sonrisa es venenosa y mortal, el estómago se le revuelve ante su tacto. "¿Por qué no saboreas esa ira, esa frustración, ese enojo? ¿Por qué no los usas para mostrar el poder que te he dado?" Rió. "Dime, ¿Serás una segunda Amber? ¿O serás yo, pequeño rojo?"

Cerró sus ojos con fuerza, las lágrimas comenzaban a acumularse en sus orbes plateados mientras se sentía enferma por estar tan cerca de la falsa doncella, su risa resonaba tan cuál eco en su cabeza junto a sus preguntas.
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Ruby abrió los ojos y se sentó abruptamente en su cama, comenzó a hiperventilar mientras algunas lágrimas retenidas caían finalmente. La joven movió su cabeza por todos lados, revisando su alrededor y notando que había tenido una pesadilla otra vez.  Cerró sus ojos, comenzando a realizar una serie de respiraciones que Ren le había enseñado en su camino por Anima, por lo que se tomó unos momentos para recuperar el aliento y enfocarse mejor en su entorno.

Ruby finalmente logró tranquilizarse, su mirada se dirigió a la cama a su lado, recordando que compartía habitación con Blake, pero la fauno no estaba (para su suerte) y no tenía que preocuparse por haberla despertado o de qué se preocupara por ella. Anuló ese hilo de pensamientos y frunció el entrecejo, preguntándose dónde estaba Blake. Envió una mirada hacia el mueble, notando que el despertador marcaba las 6:30 de la mañana. Ruby suspiró, Blake probablemente madrugó y podría estar en la cocina bebiendo un té mientras lee algo. Ya no volverá a dormir, eso es seguro, así que quizás podría hacerle compañía a la fauno y quizás hablar un poco, aún le preocupaba que Blake no se sintiera del todo bien estando con ellos. Así que con ese nuevo objetivo, se levantó de la cama y rápidamente fue a cambiarse.
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Blake miró como los primeros rayos del sol comenzaban a asomar en el horizonte, los rayos danzaban a través de las copas de los árboles de la terraza donde había visto a los chicos entrenar el día anterior cuando llegó a la casa segura. Debía admitir que se estaba acostumbrando de nuevo a estar rodeada de gente, el tiempo lejos de ellos habían instalado una pequeña espina en su corazón, haciéndola sentir un poco que debía ganarse de nuevo a sus amigos para volver a estar dentro de su círculo después de dejarlos.

Alma en llamas [Libro 1] [Post-Volume 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora