«diez»
— Dale Valentín despertate. – digo como por octava vez, nos teníamos que ir y el pibe sigue dormido.
— Un rato más. – dice y suspiro.
— Dale boludo, son las diez y media, ahora vamos al aeropuerto y dormimos en el viaje. – me levanto de la cama y él suspira abriendo los ojos.
— Dios sos pesada cuando queres eh. – dice él y de una vez por todas se levanta. Yo agarro mi buzo y me lo pongo ya que a esta hora hay algo de viento.
— No soy pesada, pero si querés perder el vuelo seguí durmiendo dale. – digo agarrando mis cosas, él se cambia la remera y se pone un buzo.
— No reina, está bien lo que haces, gracias. – dice mirándome mientras se pone las zapatillas y yo me siento al lado de él para hacer lo mismo. – ¿Qué hora es?
— Las diez y media, dale vamos. – insisto parándome y él estira la mano hacía mí para que lo ayude a levantarse. – Que pajero que sos che.
— Re. – responde y después de que los dos estemos listos bajamos los bolsos y todas las cosas para seguido preparar el desayuno, los papás de él ya se habían levantado, así que los saludamos y nos fuímos a la cocina.
— ¿Qué tomas reina?
— Café con leche. – digo y él me mira con una sonrisa atrevida.
— Yo pongo la... – no lo dejo terminar la oración tan esperada ya que le tape la boca con la mano.
— Ya quisieras. – digo y él se ríe, yo agarro una taza que él me había dado y me pongo a hacer mi bebida, al igual que él que iba a tomar lo mismo que yo.
Después nos sentamos en la mesa los dos y nos pusimos a desayunar mientras charlábamos. Una vez que terminamos yo lavé las tazas y él pidió el Uber. Cuando llegó nos despedimos de los papás, subimos las cosas y tomamos camino al aeropuerto.
— Tengo sueño. – hablo apoyándome en su hombro cerrando los ojos, él pasa su brazo alrededor mío quedando en un abrazo y me hace mimos, estaba calentito. Sonrío y me acurruco un poco más a él quedando acomodada en su pecho.
— Eu Liber, despertate. – escucho a Valentín y abro los ojos como puedo.
— ¿Ya llegamos?
— Sisi, te re dormiste. – dice y asiento soltando una risita. Después de eso le pagamos al Uber la barbaridad de plata que nos costaba y nos bajamos, agarramos nuestras cosas y entramos al aeropuerto. Valentín tenía unos lentes de sol negros y la capucha. Que lindo.
— Ah bue, trajo a la wacha el Wosi. – dice uno de los pibes. Trueno, lo conozco solo porque Mica me mostró algunas fotos que le sacó ya que fué a varios eventos en el que estaba.
— Hola wachin. – lo saluda Valentín con un abrazo y después yo lo saludo con un beso en la mejilla, lo mismo con el resto de los chicos.
— ¿No nos vas a presentar a tu jermu? – dice él otra vez y cuando justo cuando Valentín estaba por hablar, hablo yo primero.
— Soy Libertad, su fotógrafa y no somos novios. – digo y él asiente.
— ¿Ah no? – me mira Valentín y lo miro.
— No, soy tu fotógrafa nada más. – digo y él hace puchero.
— A ver como salimos de este viaje. – dice y me río. Después de una hora más o menos que hicimos todos los papeles, los pibes se sacaron fotos con algunos fans que había de una vez por todas nos subimos al avión. Nos sentamos en los asientos que nos tocaron que estaban al lado de la ventana y yo me senté de ese lado porque todo es mejor ahí. Valentín se sentó a mi lado y después de que el avión me hablo.
— ¿Me querés abrazar? Quiero dormir. – lo miro, yo estaba usando el celular.
— ¿No podes dormir solo? – pregunto y él niega. – Que bobo que sos eh, dale dormí y más tarde te abrazo, ahora voy a escuchar música. – digo y él suspira para seguido acomodarse y cerrar los ojos.
— Daleee, abrazame. – insiste y me muerdo el labio mirándolo. Me puede.
— Diosss. – alargo la última letra levantando el apoya brazos que nos separaba, lo abrazo fuerte acomodándome sobre su pecho.
— Gracias.
— De nada lindo. – sonrío conectando mis auriculares a mi celular poniendo Zeballos, un artista de mi país que me gustaba bastante, no es tan conocido, pero tiene muy buena música.
Cierro los ojos haciendole mimos por adentro de la remera a Valentín, mientras me acaricia un mi pelo tranquilizandome por completo.
Y ahora que lo pienso bien estoy arriba de un avión yéndome a pasar una semana con Valentín, bueno a trabajar en realidad, pero es más una semana con él. No se que podría pasar, siento que va a estar piola, pero me rompe la cabeza no saber que somos, no se que quiero con él tampoco, no estoy enamorada pero se podría decir que me gusta, es bastante complicado, pero lo tengo que saber.
Normalmente si tengo una relación o algo, dejo que todo fluya y que pase lo que tenga que pasar, pero esto está pasando tan rápido que tengo que pensar las cosas.
Seguí escuchando música hasta que me cansé y me acomodé en mí asiento para descansar un poco. No quedaba mucho del viaje porque en sí el viaje es corto, pero de todas formas quiero intentar dormir para que los minutos pasen más rápido, aunque es medio imposible para mí volverlo a hacer, porque si ya me desperté, ya me desperté.
[•••]
Ya habíamos llegado al hotel y acabamos de entrar a la habitación, Valentín se había quedado abajo porque no se que le estaban explicando de la competencia, entonces yo subí a la habitación para dejar las cosas. Dejé el bolso por ahí y me tiré en la cama doble que había, era algo que necesitaba desde que me senté en el asiento del avión. Al cabo de unos minutos entra Valentín a la habitación y se tira al lado mío.
— Dios, que cansado que estoy y ni las tres de la tarde son. – dice y suelto una risa.
— ¿Hoy tenemos que ir a algún lado?
— Sí, pero a las cinco de la tarde, unas fotos no se, mañana es la batalla. – dice y asiento. – Pero tenemos tiempo para dormir una siestita si es que queres.
— Por favor ¿Vamos a dormir juntos?
— Supongo, es la única cama que hay, igual tipo si te jode le cambiamos la pieza, osea ayer dormimos juntos pero capaz que... – no lo deje terminar que negué rápidamente.
— Nono, está bien. – respondo y él sonríe. – Al menos que a vos te joda.
— Ya dormí con vos, dormir seis días más no me cambia nada a mí.
gracias a mi tan amada mugrewos decidí subie otro capítulo <3
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Intervalo ; Wos
FanfictionDonde Libertad, viaja a Argentina por trabajo y conoce a Valentín Oliva, el pibe que terminó quedándose a cargo de su corazón. [Intervalo; sinónimo de distancia]