𝟓 𝐀𝐅𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌

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Una vez cerró la puerta tras de sí el menor, fue directamente a su cama para abrazar una almohada y esconder su rostro ahí. Pequeños sollozos se escuchaban en la habitación gracias al silencio que había. El chico rubio iba moviéndose por la cama sin dejar de llorar en ningún momento. Una de las razones por las cuales lloraba era porque su mayor no le había ayudado en una situación tan complicada. Se sentía mal consigo mismo por dejarse llevar por un extraño, por desobedecer a su Hyung...

De mientras el rubio se encontraba llorando en su cuarto, el mayor decidió irse a su habitación dejando un fuerte portazo cuando entró. Quitó su ropa quedándose en bóxer, para luego meterse en la cama. Miro el techo durante un buen rato mientras empezaba a escuchar como pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer por la madrugada, indicando que una tormenta se acercaría. El mayor decidió no dormirse por si había rayos y estar atento así para bajar y ayudar al menor con su miedo a los truenos. Dirigió su mirada a la ventana y cuando vio caer uno, segundos después, se escuchó el sonido de este. Iba a levantarse, pero no hizo falta, el menor se encontraba abriendo la puerta con los ojos bastante rojizos por estar llorando. Como era normal el menor estaba cogiendo un pequeño peluche en forma de conejito, Juyeon al admirarle soltó un suspiro y se hizo a un lado en su cama.

—Ven aquí—

Eric no tardó en ir hacia el mayor, esta vez soltando algunos cuantos sollozos de por medio. El mayor le recibió con los brazos bastante abiertos a decir verdad, no le gustaba observar a su pequeño de esta manera, no tardó en empezar a dejar caricias por todo su cabello al igual que pequeños y suaves besitos por su frente. El rubio fue relajándose poco a poco ante las acciones del contrario, simplemente quería estar en sus brazos, quería estar con él.

Luego de un par de minutos el pequeñajo se encontraba durmiendo con su cabeza apoyada en el pecho del mayor, digamos que escuchar la respiración y latidos de corazón del mayor le ayudaron bastante a relajarse. En cambio, Juyeon se encontraba hecho un lío mientras seguía acariciando la cabellera de su acompañante.

"No debí quedarme quieto, esto ha sido mi culpa" fueron algunos pensamientos que abundaban la cabeza de nuestro chico con el cabello negro. No tardó en apretar al menor con sus brazos teniendo algo de cuidado. Cerró sus ojos pensando que por fin podría descansar algo.

A la mañana siguiente ambos se encontraban durmiendo abrazados, en la misma posición reconfortante para ellos. Eric fue el primero en despertar. Abrió sus ojitos con algo de delicadeza, ya que notaba que los tenía algo hinchados. Al notar unos brazos por alrededor de su cuerpo se alarmó bastante antes de empezar a recordar que había pasado. Se tranquilizó rápidamente en cuanto se dio cuenta de que su mayor no se había separado de él en toda la oscura noche. Levantó su cabeza y con delicadeza llevó la yema de algunos de sus dedos hasta la mejilla del contrario, empezando una suave caricia. Se inclinó más hacia delante creyendo que el contrario estaba completamente dormido, cosa que no era cierto, el mayor pasó toda la noche con insomnio por lo cual solo quería descansar la vista.

La yema de los dedos de Eric recorrieron sus mejillas hasta que fueron bajando de forma lenta hacia los labios del contrario, viniéndole así a la mente el momento que tuvieron en la cocina. Se apartó de manera rápida y se levantó para irse hacia su habitación, quería darle las gracias a Juyeon, pero también quería estar solo.

Por el lado opuesto, el mayor abrió los ojos en cuanto sintiendo que el contrario se había ido, notando un vacío en su interior. Suspiro y se removió por su cama dando vueltas, ya que no sabía qué hacer. Tenía ganas de ver al menor, pero posiblemente no sería lo mejor del mundo. Se levantó y fue hacia su espejo para admirar su reflejo, empezando a hablar consigo mismo.

—Vamos, piensa en algo. Atrévete a ir con él, eres su mejor amigo, ves, te necesita por mucho que seas un cabrón.—

Dijo mientras se miraba en el reflejo para acto seguido cerrar sus manos en un puño. Con un fuerte suspiro se fue hacia la habitación del menor. Tocó la puerta y al no escuchar nada dudó aún más. Decidió esperar unos segundos más para acto seguido volver a tocar la puerta.

—Eric... pequeño ¿podemos hablar?—

Expresó de forma suave, pero alta, quería estar con él, quería solucionar las cosas, quería estar bien, quería volver a contemplar su bonita sonrisa, la cual le gustaba tanto a nuestro chico de cabellos negros. Luego de unos segundos una dulce vocecita se escuchó por la habitación. El mayor abrió sus ojos de manera rápida mientras abrazaba con un poco más de fuerza a su pequeño.

—Junnie... si podemos pero poquito—

Mencionó con un tono bajo de voz el rubio. Juyeon suspiro y acarició los cabellos del contrario mientras empezaba a pensar que iba a mencionarle. Luego de unos cuantos largos minutos por fin empezó a hablar.

—Mira, siento todo lo que pasó en teoría no quería que terminaras mal, ni que nosotros también acabáramos mal... De verdad lo siento, no creo que sea justo que hayas pasado por eso y yo sin hacer nada. Estuve dándole vueltas al tema y dios, perdón. — Las palabras en ese instante empezaron a cortarse, no sabía explicarse. Se lamentó y un pequeño gruñido salió de sus labios.

El menor sin mucho que esperar fue hacía su cuerpo y lo abrazó. Entendía la situación y la culpa no era suya. ¿Arriesgarse a perder esta maravillosa amistad por un error? Por favor, Eric no opinaba de esa manera.

En cambio, el mayor no tardó en cogerlo en brazos aferrándose más a él. El contrario rodeo la cadera ajena con sus piernas, además se escondió en su cuello. Pequeñas mordidas estaban atacando el cuello del chico de los cabellos negros, este solo sonrió feliz al ver la acción de su pequeño.

—Eric...— Antes de poder decir algo más, Eric llevó uno de sus dedos a sus labios, callándole por completo.

—Silencio Juju, un error lo comete cualquiera. Usted, señorito, no fue el único que tuvo la culpa, así que le agradecería que no se culpará y que volviéramos a ser como antes, plis...— El mayor simplemente asintió acercándose al rostro del mayor. Apoyó su frente con la contraria y mordió sus propios labios. Se sentían aliviados, estaban juntos de nuevo.

Tristemente... Este error no sería el último que ambos cometerían.




𝐍𝐎𝐓𝐀:

Volví. JAJJSJ. Perdón, me ausente bastante. Me dieron ganas de volver a escribir así que, aquí estoy preciosos. De verdad espero que aun sigáis leyendo la historia. Capitulo corto por que lo había dejado a medias y no se como conectarlo DJAKVDAY *llora*

Just friends..?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora