Capítulo 5: Mi futuro

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Ahora estaba, tal y como lo había dicho aquel joven, a un solo paso de poder ingresar a la universidad y lo único que debía hacer era estudiar arduamente para poder aprobar el examen y así ingresar a la carrera.

Salí del diminuto salón mientras estrujaba mis documentos contra el pecho ya que era lo único que me seguía uniendo con Estados Unidos. Esos documentos indicaban que yo residí ahí en algún momento de mi vida y también eran evidencia de que tuve una madre que se hizo cargo de que estuviera bien.

Estuve sentada en una banca mientras esperaba a que mis dos amigos salieran de los lugares en donde se encontraban.

Me quedé ahí tanto tiempo que los que se paseaban por ahí se quedaban observándome como si los fuera a asaltar y no los culpaba, si yo viera a alguien desconocido apretando contra su pecho un sobre con documentos mientras observaba directamente al piso también me quedaría aterrada.

Tuve que enderezarme cuando sentí que alguien se sentaba a un lado mío. Ella lucía un enorme abrigo rojo quemado y unas zapatillas de tacón bajo, mientras me quedé observándola ella se quitó el gorro que traía sobre la cabeza y su cabellera castaña le calló directo sobre la espalda resaltando así unos diminutos pendientes que parecían tener diamantes. Se quedó observándome con una enorme sonrisa.

—Hola, debes ser nueva por aquí—su inglés era tan similar al mío que me extrañó tanto como para darle una respuesta rápida— ¿Hablas francés?

—No, quiero decir…sí, soy nueva y no hablo francés. Acabo de llegar de Estados Unidos para estudiar administración en la universidad.

Si alguien pasaba en ese minuto sería como ver a la hermosa princesa de los cuentos de hadas hablando con la bruja malvada—o sea yo—pero eso no me intimidaba en absoluto.

—Felicidades, yo también vengo a estudiar administración ya que mis padres tienen unas empresas dedicadas a la moda y quieren que me haga responsable de los negocios—desvió su mirada hacia mi hombro y entonces se colocó unos lentes de sol—. Por favor no voltees, haz como si nos conociéramos de toda la vida.

Entonces ella me abrazó como si no nos hubiésemos visto en años y yo logré derramar algunas lágrimas.

— ¿Qué ha sido eso? —pregunté mientras la apartaba de un empujón.

—Espera un poco más...Listo, ahora ya puedes seguir hablándome como siempre. Lo que pasa es que esa chica se llama Christine y es una maldita desgraciada que me odia por algún motivo que desconozco, por eso no debes meterte con ella.

— ¿Cómo te llamas? —pregunté intentando no ser demasiado grosera.

—Disculpa por no presentarme pero soy Serene Boucher—me dio la mano y se retiró del asiento mientras saludaba enérgicamente a una mujer rubia que recién llegaba en una motocicleta.

Decidí no prestarle atención a ese par de mujeres ya que yo tenía a mis propios amigos a los cuales esperar y que por cierto no habían salido aún.

Estaba absorta en mis pensamientos pero reaccioné al ver a mis amigos de pie frente a mí mientras me dirigían una mirada burlona.

— ¿En qué estabas pensando? —me preguntó Terence mientras me ayudaba a ponerme de pie.

—En que acabo de saludar a una tal Serene y que me ha saludado como si nada, ¿pueden creerlo?, no es que viva toda una vida desconfiando del resto de la humanidad pero por lo menos debería poner más atención en lo que hace—al terminar mi gran discurso, George me dio unas golpecitos en la cabeza con sus nudillos.

—Esto es Francia niña, deberías disfrutar más tu estadía en este país mientras estudies la universidad.

—Claro que pienso disfrutarlo, ¿pero cómo quieres que lo haga si no conozco absolutamente nada?

Amor por casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora