-Capitulo 4-

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3/9/2018

Sinceramente nunca me gustaron los psicólogos. No solo por el hecho de que incomodan, sino porque tengo la horrible costumbre de no confiar en las personas (algo que claramente mi padre me creo, la desconfianza), y si no confío en ellas, siento que mucho menos lo haría con alguien el cual llegaría el momento de contar todo lo que tengo en mi cabeza de una vez por todas.
Pero bueno, aquí estoy. Sentado frente a la psicóloga más importante de Argentina, rodeado de cuatro paredes con diferentes colores pasteles, en las cuales posan cuadros abstractos, y cuadros envidriados con frases falsamente positivas. Seguiría describiendo el lugar, pero una voz seria y extremadamente suave me saca de mis pensamientos.

- Entonces, Aiden Scott, no? - quito su mirada del cuaderno de unicornio para dirigirla a la mía.

- Ese soy yo - intente sonar feliz, pero no funciono...y me di cuenta al ver como asentía lentamente y como comenzaba a escribir.

- Okey, entonces Aiden...que es lo qué haces aquí? - se voz siguió seria y suave como al principio...muy seria.
La respuesta es simple y sencilla, mi madre. Quien siente que luego de lo qué pasó en mi infancia, yo seguiría traumado o algo parecido, pero la verdad es que no. Admito que al principio estaba algo triste por la inmediata desaparición de mi padre y hermano, pero luego comencé a ser consciente y darme cuenta de todo el daño que estaban causando y lo acepté.

- Eso si que no lo sé, pregúntele a mi madre que fue ella la que me mando aquí - solo dije la verdad.

- Eso ya lo se, pero tú madre te mando "aquí" porque ella cree que estás mal. Pero, podrías responderme una pregunta? - dejó el cuaderno sobre el escritorio para luego apoyar sus codos en él y juntar sos manos.

- S-si, claro - asentí rápidamente.

- Por que cree usted que su madre lo mando aquí, si supuestamente usted dice que está bien? - wow.

- A que quiere llegar usted, Doc? - frunci el ceño sin entender a que queria llegar, hasta me sorprendió la repentina risa que salió de ella.

- A lo que me refiero, es que si vos estás aquí es por una razón, y esa razón es porque tú madre te ve mal. Por lo que me contó, últimamente estas enojado, decaído, con cambios de humor repentinos, y entre otras cosas. No crees que estás son razones como para que tú madre se preocupe por ti, y te haya mandado aquí? - su mirada examinaba todas mis facciones.

- No lo sé, creo que tiene razón, pero nose qué es lo qué pasa conmigo...nose como explicárselo si ni yo lo entiendo - mi voz sr entrecorto y me sentí ahogado de repente.

- Esta bien, tranquilo Aiden -

- N-no, no está para nada bien sentirse así, Doc. Nunca había pasado estoy conmigo y quiero que porfavor pare - pase mi mano por mi mejilla y estaba completamente húmeda - me quiero ir - e inconscientemente dije esas tres palabras.

- Esta bi- y no la escuche más.
Me fui rápidamente del edificio para estar afuera cuanto antes. Al salir mis pensamientos estaban completamente mezclados, quería llorar, gritar, golpear y muchas cosas más, las cuales necesitaba manejar. Me sentía ahogado y mi respiración estaba fallando. Había una única solución.


Muchísimas gracias por las 100 lecturas :)

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Más allá de mi ataúdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora