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—... Entonces si existe algo como eso—

— ¿Huh? —

— ¡Si existe algo así como un buen espectro! ¡Ya me decidí! ¡No voy a exorcisarte después de todo! —

Las hojas se movían al compás de la brisa que se daba dejando un bello paisaje al rededor de los dos chicos que se encontraban en el patio, un vivo y un muerto.

El de hebras negras solo podía observar aquella mano que estaba extendida junto a la sonrisa resplandeciente que portaba ese de ojos zafiro, quien, parecía haber cambiado de parecer al ya decir que no quería exiliarlo.

—¿... Por que no? Dijiste que yo era el espíritu malvado de un asesino. —

— Bueno... Sólo está siendo impulsivo. No te conocía bien en ese entonces, lo lamento. Además, estoy seguro que tú tienes tus razones, ¿no? —

—... Razones... —

Divagó unos momentos al solo escuchar esas palabras, no sabía que le ocurría a ese rubio el día de hoy, parecía que... Le conociera de toda la vida con tan sólo haber estado tan solo en unos cuantos encuentros.

— ¡Así que de ahora en adelante voy a ayud- —

— Dime, niño.... Exactamente qué razón justifica... ¿Haber matado a otra persona? —

El ente empujó bruscamente al alto, quien cayó al suelo por la fuerza que había utilizado para realizar el acto.

No entendía, no comprendía.

— ¡Hey! ¿Que estás-- —

El joven Minamoto quedó en silencio al notar como el contrario se había sentado sobre su estómago mientras aquel cuchillo estaba siendo apuntado a su cuello, su rostro confuso denotaba que no entendía el porqué de todo lo que Hanako hacía.

—... ¿Que pasaría si... Yo... Te matará ahora mismo? Digamos que tengo una razón especial para hacerlo... Entonces, Todo estaría bien, ¿no? —

— ¿H-Hanako?... —

 —

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ғᴇᴀʀ [ʜᴀɴᴀᴋᴏᴜ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora