La realidad

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Ahora definitivamente necesitaba el alivio, escribir y recordar lo que había pasado la noche anterior dejaron a Emma deseosa...

Una de su manos viajo por debajo de su fina blusa de algodón y amasó uno de sus pechos retorciendo su pezón con su índice y pulgar al igual que él lo hacia y la volvía loca. El efecto no era ni de lejos igual de excitante.

Frustrada Emma libero su pecho y se retorció en la silla la mínima fricción solo estaba empeorando el asunto.

-¿Que haces?- la voz profundo vino desde atrás y Emma sonrió

-llegas temprano- dijo aun si mirarlo, en cambio su mano viajo al elástico de su short de chándal y rápidamente sus dedos se deslizaron en sus pliegues húmedos. 

Emma jadeo -me alegra- dijo con voz irregular

Escucho unos lentos pero firmes pasos retumbar en el piso de madera -Pensé que podría ser mas útil aqui- su voz ahora era ronca y baja... tan condenadamente sexy 

-Chico... -Emma gimió cuando se penetro con un dedo -listo- 

Un gemido resonó y Emma sonrió a un mas amplio, le encantaba provocarlo. Sintió el calor de su cuerpo antes de que se acercara lo suficiente para tocarla. 

Ahora era una batalla de voluntades, quien podía soportar mas antes de abalanzarse sobre el otro 

Él se inclino y puso sus manos en los reposabrazos a ambos lados de su cuerpo, su cálido y mentolado aliento rosaron su oído y cuello provocándole un cosquilleo que se concentro en su vientre y luego se convirtió en una descarga en su clítoris. Emma contuvo otro gemido que provocaba su cercanía. El ligero aroma de loción de afeitar y esa esencia tan suya combinada con el ligero olor de excitación que flotaba en el aire los tenia mareados de placer y a punto de llevarlo al frenesí que solo podían calmar cuando el se enterraba profundamente dentro de ella una y otra y otra vez.

-¿me has extrañado?-  la pregunta fue hecha con decadencia, su voz hecha para la tortura en un tono intimo. Emma cerro los ojos 

-Si- dijo tratando de no jadear mientras sus dedos iban estaban inmóviles dentro de ella y su pulgar acariciaba suavemente su clítoris -en especial ahora- para provocarlo mas Emma uso su mano libre para jalar el escote de la blusa y liberar uno de sus pechos 

El gemido ronco que resonó en su oído la hizo gemir también

-¿ por que Emma? - sus labios casi rozaban la piel de su cuello , pero era solo eso un leve roce que dejaba a su paso una oleada de calor que viajaba por su cuerpo y se acumulaba entre sus piernas 

La forma en que decía su nombre, nunca sintió lo que sentía cada vez que el lo pronunciaba de esa manera tan carnal, como si se la estuviera follando con solo decir su nombre 

-porque mis manos no son suficientes- Emma abrio los ojos y se perdio en las profundidades, ahora negras, de los suyos -me gustan mas tus manos sobre mi- Jadeo cuando su pulgar ejerció presión en su clítoris -mis dedos no me llenan igual a como me llena tu pene- a este punto Él apretaba su mandíbula y rechinaba los dientes tratando de contenerse su mirada tornándose a un mas intensa y voraz, a él le encantaba cuando ella le decía cosas sucias. -Dios!- gimió cerrando los ojos y dejando caer su cabeza sobre su hombro 

Él se parto pero Emma no se altero, giro la silla para que quedaran frente a frente, cogiendo su mano la saco de sus pantalones, Emma abrió los ojos y observo como él rodeaba su muñeca y llevaba sus dedos a su boca.

Emma se tenso de pies a cabeza cuando sintió su cálida boca y luego su lengua rodear y lamer los dos dedos que tenia dentro de ella. Él no aparto los ojos mientras lentamente los chupaba y luego con la misma lentitud los sacaba de su boca

Fantasías prohibidas de una virgen (FP#1) //EN EDICIÓN//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora