Sonrisa

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Chongyun había pasado más y más tiempo con Xingqiu después de su primer encuentro, casi parecía que fue ayer, y no lo sabía al completo si desde entonces se encontraba cautivado por su persona. Algo de lo que podía estar seguro, es que la sonrisa que este le dirigía era las mejores cosas que podía tener en su día.

Los días podían pasar, y no olvidaría aquella vez que lo vio sonreír de esa forma. Se habían hecho muy cercanos, sin embargo, eran muy pocas las veces en que esa expresión del aprendiz Guhua se podía presenciar.

Sincera, feliz y reluciente, acompañado de sus ojos ámbar; era una escena que no se quitaba de la cabeza por ningún momento, y ansioso esperaba ser capaz de recibirla en ese día. Claro que Xingqiu siempre le sonreía, pero era en mayoría de ocasiones para reír de sus ocurrencias, o darle la noticia de que había sido víctima de una de las tantas bromas que le gastaba.

Chongyun no era capaz de enojarse por más de un día con su amigo, podía llevarlo a pistas falsas o exageradas, pero nunca le reclamaba por cosas como esas (principalmente porque en la mayoría de ocasiones no se enteraba), después de todo terminaba por encontrar cosas interesantes en su viaje. Además que este mismo era compensado con alguna invitación alocada de Xingqiu.

Es más, el exorcista se alegraba por ser de las pocas personas que son capaces de ver ese lado suyo, por no decir el único; con tal de hacerle reír y sacarle una sonrisa no le importaba. La felicidad de Xingqiu era la suya en cierto sentido.

Por eso mismo, en el momento que lo miró llegar con una media sonrisa, y sus ojos apagados, llenos de pesar y cansancio, comenzó a preocuparse. ¿Qué le había pasado? Era su principal cuestión, si a penas el día anterior estaba radiante, ese cambio drástico le dejó una mala sensación en su estómago.

── Yun-Yun ──Animado le llamó sacando al chico de sus pensamientos, sonreía, si Chongyun nunca le diera tanta importancia al detalle, seguramente nunca notaría que lo hacía un tanto para esconder algo.

El de cabellos celestes siempre había puesto atención a cada expresión y movimiento que su amigo hacía, intrigado más que nada a lo espontáneo que Xingqiu llegaba a ser en ocasiones. Sabía cuando tenía días buenos, días malos y cuando dejaba de dormir por algo que le carcomía la cabeza.

── ¿Qué te ocurrió? ──Preguntó, sereno y tranquilo como siempre, discreto en sus movimientos; con la yema de su dedo índice pasó delicadamente este mismo por debajo de sus ojeras.

Era común en ambos llegar al punto de no sentir vergüenza por cosas como esta, pero actualmente, Chongyun sintió su corazón latir fuertemente mientras el impulso de acercarse más era mayor. Precavido, se separó de inmediato, y con su otra mano sacó la paleta helada característica de él que ayudaba a mantenerse “frío.”

── Ya sabes, el libro estaba muy interesante ──Se excusó su amigo, riendo de forma nerviosa y actuando como usualmente lo hacía, masajeó la parte de la nuca evitando el contacto visual. No quería ser retado por otra persona más, el exorcista lo sabía muy bien.

── Piensa un poco en tu vista ──Simplemente le dijo, mordiendo el hielo para retener sus palabras: “Tus ojos no relucen si se encuentran detrás de un cristal” pensó.

Ojalá fuera fácil decirlo.

── Lo sé ──Se quejó Xingqiu. ── Mejor vayamos a algún lado, olvidemos el pasado ──Sugirió cambiando el tema, tomando de los hombros al contrario y dirigiéndolo hasta la salida, donde el de cabellos celestes habló.

── ¿A dónde?

Xingqiu se paró y al mismo tiempo Chongyun lo hizo. El primero puso sus manos en las caderas antes de responder:

── ¡A donde el viento nos lleve!

Eso dejó al exorcista con las dudas resueltas.

── No tienes la menor idea, ¿cierto? ──Preguntó, tomando por sorpresa al espadachín quien de forma nerviosa se rió y encogió de hombros. Chongyun alzó una de sus cejas.

── Tal vez ──Esto no hizo más que sacarle un suspiro a Chongyun, uno bueno, casi de enamorado.

Sin palabras, continuaron su camino conociendo el camino que debían tomar, el mismo de siempre. Acabar en un pequeño acantilado en el tiempo justo del atardecer, mirando desde las alturas Liyue y olvidando sus responsabilidades unos instantes.

Xingqiu insistía en que un árbol justo en ese sitio estaría mucho mejor el lugar, perfecto para recargarse y leer bajo la sombra, o dormir una siesta.

── Dime querido Chongyun ──Llamó el de ojos ámbar, y de inmediato el mencionado sabía a dónde iría la conversación.

Lo sabía por su mirada, por su sonrisa, la postura que este tomaba. Y sobre todo, por el tono de voz que usaba.

── ¿Me dejas ver la lista?

Esperando una respuesta, lo miraba con curiosidad, Chongyun no sabía exactamente para qué, pero tampoco dejaría que este la viera.

── No la traje conmigo ──Murmuró haciéndose el tonto. ── ¿Se puede saber para qué la quieres? ──Regresó la pregunta.

Xingqiu, quien apretó los labios y apartó su mirada, respondió al segundo con una tonta sonrisa: ── Por nada en especial. . .

Era complicado para Xingqiu tratar de ver aquella lista, y principalmente Chongyun no quería que fuera así porque, a parte de ser algo vergonzoso, todavía no comprendía del todo lo que sentía.

Quizá si la veía terminaría creando una confusión, lo que menos quería era arruinar su amistad de esa forma.

── Algún día me tendrás que mostrar esa lista o tienes de decirme el nombre de esa persona ──Xingqiu le mencionó con las manos detrás, con una sonrisa ladina y el tono cantarín que el exorcista tanto conocía.

── Lo sé ──Chongyun le respondió de manera seria, pero se sentía realmente preocupado. Su pecho sintió una presión, una muy distinta a cuando perdía el control o cuando estaba muy cerca de su amigo; y en ese mismo momento, solo un pensamiento salió a flote:

Él no quería que ese día llegara por nada en el mundo.

❝ ᴏʀᴅɪɴᴀʀɪᴏ ❞ ┃𝚇𝚒𝚗𝚐𝚢𝚞𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora