La consulta

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No fue mucho el tiempo entre que salió de la ciudad hasta el momento en el que encontró a Xiangling. De alguna forma Chongyun entendía muy bien a la cocinera haciendo que, para él, ella fuera alguien predecible en sus acciones.
Con esa misma idea fue así que localizó su ubicación, y de esa forma ahora mismo estaba ayudando a su amiga a recolectar ingredientes.

Sí, eso mismo, no había tenido tanto valor a la primera oportunidad de contarle todos sus problemas y se excusó con que quería ayudarla.

El silencio era sepulcral, odiaba admitirlo, pero cuando Xiangling estaba muy callada era bastante incómodo.
Acostumbrado a la charla interminable de su compañera, ahora mismo, necesitaba una forma de abrirse paso y no sonar demasiada forzada la plática.

── Xiangling ──Llamó este por mero impulso, porque tenía tan en mente que necesitaba preguntarle a la chica tantas cosas, que se olvidaba de cerrar la boca por un segundo y pensar en cómo lo haría.

La contraria levantó la vista, sonrió como si ya supiera las acciones siguientes del exorcista.
Porque, bueno, tampoco para ella era un misterio lo que se avecinaba.

── Claro, cuéntame lo que quieras.

El desconcierto en el rostro del chico era un poema, confundido y bastante fuera de lugar por lo dicho musitó:

── ¿Qué?
Era un hilo de voz, su mente quedó en blanco por aquello, su mentón temblaba levemente nervioso por si lo hubiera descubierto de alguna manera.

Xiangling se rió por la reacción ajena.

── Sí, dudo mucho que hayas venido solo para ayudarme ──Le explicó con total calma. ── Además que desde que llegaste no has dejado de mover tu boca como si quisieras decirme algo ──Añadió.

Los orbes azules del chico miraron hacia abajo, como si pudiera ver su boca y, a su vez, las yemas de sus dedos pertenecientes a la mano derecha tocaron cus labios.
¿Acaso era así de obvio? Pensaba que siempre era discreto, sin ser tan expresivo para evitar las emociones.

── Lo siento. . .

── No hace falta una disculpa ──Interrumpió casi de inmediato, y no era mentira, ella supo desde hace un tiempo que Chongyun necesitaría mucha ayuda. ── No soy ninguna extraña, adelante, puedes decirme lo que sea.

El de hebras celestes dejó salir con pesar un suspiro, claro que Xiangling era una muy buena amiga, pero no estaba seguro si eso quedaría entre ambos y no se enteraría un tercero por accidente a que diga algo.
Por supuesto, no seria así, la de ojos amarillos no era capaz de hacer eso a su amigo.

Daba igual, ya no había vuelta atrás, y por fin tomó el valor que le surgió anteriormente para buscarla.

── ¿Qué es el amor? ──Por fin le preguntó, con un tono más bajo de lo normal y con los nervios a flote.
Era demasiado para el pobre, ya las paletas no llegaban a ser suficiente para esa bola de sentimientos que tenía tan guardados.

Sentía que en cualquier momento explotaría, estaba tan confundido con todo, entre querer entender su amor, lo que era, si era correcto querer tanto a Xingqiu y, bueno, la duda si el mismo estaría bien con eso. No.

Simplemente la idea de Xingqiu descubrir lo que sentía le aterraba, ¿y si no le correspondía? ¡Claro que no lo haría! Eran dos chicos. Xingqiu seguramente se enamoraría de una chica linda y de su altura, se casarían y él estaría siempre a su lado, apoyando como su amigo.
Y ese era su problema.

Quería ser algo más que un amigo.

── ¿A qué tipo de amor te refieres? ──Xiangling respondió con una respuesta que ni él se esperaba.

❝ ᴏʀᴅɪɴᴀʀɪᴏ ❞ ┃𝚇𝚒𝚗𝚐𝚢𝚞𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora