ErinleaEl aire que sopla en esos "tranquilos campos" iba a más ¿no se suponía que iba a hacer solo sol? Lo que mostraban antaño las nubes, predijo Erinlea, sería sol. Nada de aire.
Estaban casi a pie de la colina cuando uno de los tripulantes del barco gritó;—¡Ogro! ¡Un ogro!
Todos retrocedieron y Erinlea fue hacia el tripulante tapándole la boca para que no gritase. Hizo una seña que mostraba que podían pasar, puesto que el ogro estaba dormido.
Desde las últimas guerras, el pobre reino de Herbiner estaba devastado y sus criaturas ahora eran salvajes, al menos más de la mitad.
Hablando del sátiro de antes, estaba atado y tenía una venda alrededor de la boca para que no pudiese hablar, puesto que era uno de los sospechosos de lo que fuese que los seguían.
Lo llevaban con ellos y por pura suerte no lo dejaron enzarzado.
Describiendo el lugar en el que se encontraban...era bonito. No más que los bosques de Lewi, pero era bonito. Había todo tipo de flores y la hierba, que a Erinlea le llegaba por el tobillo, era suave como el algodón.
Y aunque estaba tensa por el hecho de que se encontraban a la izquierda de un ogro durmiendo, entabló una conversación con Arandora, susurrando.
—Entonces, ¿ya has avisado al rey de Gaah? —Tenía el arco apuntando a la barriga del ogro mientras andaban lentamente rodeándolo.
—Me ha sido imposible, sospecho que ha ignorado todas mis cartas—. Dijo cortante y también esperando preparada a algún tipo de amenaza.
—Vaya mierda...— suspiró mientras ya el atardecer se convertía en las noches estrelladas de Herbiner.
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Era de noche, estában refugiados en una torre abandonada que encontraron al no poder avanzar más, la fuerte lluvia los retenía, y quizás algo de sueño.
La elfa estaba sentada en una de las ventanas rotas, mirando la luz de las lunas. Brillaban tanto, eran tan preciosas, a Erinlea le fascinaban.
Notó, de repente, una mano posada en su hombro y se giró corriendo, dirigiendo su mirada antes que nada a los presentes que estaban durmiendo en el suelo. Para su sorpresa, era el sátiro.—Si te desatamos era para que durmieras bien, no para que ahora nos intentes matar —dijo mirando al chico con recelo.
—No es mi intención hacerlo, solo me perdí por ese frondoso bosque, quiero saber más de ustedes y porque me habéis secuestrado. ¿Es que os he hecho algo? ¿Venis a colonizar más partes de Herbiner? —A decir verdad, se veía cansado. Era voluminoso, alomejor un soldado de los ejércitos que realmente se había perdido. La rubia se puso de pie, quedando un poco más baja que él, pero nada le impidió mirarlo como si fuera aún más alta. Se cruzó de brazos.
—Tu edad, nombre y creo que eres un sátiro, ¿me equivoco?
—Veinte años, Thomas y si, soy un sátiro.—La miraba con indiferencia, incluso puede que arrogancia.
—Al igual que yo y Arandora. Bueno, no, no venimos a colonizar, estamos buscando a la guerrera más importante de Herbiner. Yo soy Erinlea, la mejor guerrera de Lewi, y una elfa. La otra, Arandora, es una bruja, la mejor de toda Lohelia. — El macho asintió.
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Healing by the Abyss
FantasyUn día mandan a llamar a las cinco guerreras más poderosas de toda Zia por un gran problema; Las cuatro maldiciones de Ónix han desaparecido. Juntas tendrán que encontrarlas e ir consiguiendo aliados por el camino para formar un ejército, pues la gu...