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La semana transcurrió tranquilamente, la vida de JungKook en esos días se redujo a ir al colegio, volver a casa, tirarse a su cama y pasar el resto de la tarde con la cara metida en el teléfono.

Se dio cuenta que no sabía nada del omega, entonces aprovechó la repentina confianza que obtuvo al charlar por mensajes con Jin para preguntarle de todo y más. Se lamentó no haber hablado con él en sus dos anteriores encuentros, pero no es que pudiera hacerlo sin que su lobo tomara el control.

Y el omega la mayoría de las veces le respondía al instante, y las veces que no, él ya había sido advertido de que estaría ocupado y se ausentaría un momento para volver a las eufóricas conversaciones.

Pero hoy se estaba tardando mucho.

Claro, era viernes ya, el día de la reunión. Cuando JungKook leyó en la mañana el mensaje de Jin que le decía que tenía varias cosas que hacer y no sabía cuánto tiempo le tomará hacerlas, él no se imagino que tardaría toda la mañana y parte de la tarde.

Vamos, que él sabía que como el omega anfitrión de la reunión, debía preparar en absoluto toda la casa para las visitas, más sin embargo, no creía que fuera una reunión tan extravagante, ya que la anterior no tuvo nada del otro mundo... Bueno, si lo tuvo, pero no contaba.

Se dijo que no se preocupara y definitivamente no enviara el mensaje que acababa de escribir. Se contuvo y estuvo bien. Dejaría el teléfono allí y se enfocaría en colocarse ese esplendido traje vinotinto. JungHyun tenía un buen sentido de la moda.

Vio por la ventana, estaban por ser las cinco de la tarde. La reunión se empezaría más temprano que la anterior, al parecer sería más charla que cena. Su estómago se sintió extraño, era más que evidente que los Kim querían hablar de su relación, porque vamos, sus padres lo notaron desde el primer contacto que hizo con Jin, ¿no lo notarían los padres del omega también? ¡Por supuesto que si!

Bien, negó con la cabeza, lo que sea que quisieran hablar, simplemente esperaba que no fuera separarlos.

‒ ¿Por qué haces tantos gestos, viendo hacia la nada y aún en ropa interior?‒ Dio un respingo cuando su hermano entró a la habitación sin escrúpulos.

Se giró para verlo, ya estaba arreglado. Los omegas no solían usar corbata, así que llevaba una camisa negra hasta la base de su cuello y un saco vinotinto como el suyo, con solo un botón abotonado, valga la redundancia. Admitía que JungHyun cada que salía con ellos, llamaba más la atención de los alfas que él la de los omegas.

El omega cruzó sus brazos y apretó sus labios antes de volver a hablar.

‒ Nos vamos en media hora, vístete.‒ Se recostó de un hombro en el marco de la puerta, no tenía intenciones de salir de allí hasta que JungKook no estuviera listo.

JungKook no dijo nada cuando tomó la camisa abotonada negra igualmente y se la ponía, sentía la mirada de JungHyun quemando su nuca.

‒ Tu estás raro, ¿qué te pasa?‒ La nueva pregunta lo hizo detenerse un momento, mentando a los cielos por no saber disimular ni un poco. Volvió a lo suyo, tomando el pantalón mientras se alzaba de hombros.

Quiso ignorar a JungHyun, de verdad que quiso, pero no pudo evitar seguir sus movimientos cuando este se desplazó hacia el escritorio y tomó su teléfono. Lo desbloqueó sin problemas.

‒ Ahh.‒ Gesticuló, pareciendo entender una vez que leyó el chat en el que estaba cuando bloqueó el teléfono anteriormente.‒ ¿Estás preocupado porque no te responde?

Asintió con la cabeza luego de un momento, cabizbajo, siguió vistiéndose, le ponía tímido por alguna razón, que JungHyun quisiera hablar de sus preocupaciones, pero igual, ese omega lo sabía todo y de todos. Estaba seguro que el mismísimo Stephen Hillenburg le había dado la receta de la cangreburger.

No es tan Malo ♡ KookJin FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora