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El sol de un sábado llegó despertando con su luz a uno de los dos hermanos que se mantenía recostado en la cama, la tela del encaje era casi transparente, por lo que no obstruía para nada la luz que entraba por las ventanas perfectamente limpias.

SeokJin sintió su pecho húmedo y frío, recordando que TaeHyung se había quedado a dormir con él por haber tenido una pesadilla. Sonrió, con tan poca gracia que incluso un tic en su ojo lo molestó un poco, para separarse como pudo de un cariñoso alfa joven que había dejado salir generosas cantidades de saliva sobre el pecho de su mayor.

Una vez fuera de la cama, miró con rencor al contrario inconsciente, pretendiendo despertarlo temprano un sábado como castigo, pero simplemente lo dejó pasar, estirando su camisón para ver la notoria humedad, que parecía expandirse más por la fina tela.

Todos en esa casa se despertaban cerca de las nueve los fines de semana, excepto él. Vio en su reloj de pared las ocho horas con treinta minutos, hora perfecta para hacer el desayuno y que esté listo y humeante para cuando los demás se despierten. Así que quitó su camisón y con una toalla húmeda y enjabonada, limpió la saliva en su pecho. Se perfumó un poco, y vistió con sus ropas casuales, algo cómodo pero decente.

Salió de su habitación, dejando removiéndose a un TaeHyung que se abrazó a lo primero que encontró con sus manos entre sueños, que en este caso, sería la manta hecha bollo con la que se había arropado SeokJin, solo para volver a quedarse inerte.

La rutina de las mañanas de sábados y domingos era la favorita de SeokJin, no como en los días de semana, que tenía que moverse un poco más rápido para tener desayunos y almuerzos listos. Pero hoy era un día relativamente más tranquilo, a excepción de tener que ponerle un poco de más amor y empeño al almuerzo para las futuras visitas.

Se colocó su delantal, uno gris que curiosamente era su favorito, tenía otros dos, uno azul y otro rosa, colores que él mismo consideraba bonitos, pero ese mandil gris lo traía encantado y confundido, ni él entendía por qué un color tan poco... Llamativo y/o suave en un mandil le gustaba tanto, quizás era un gusto propio, de su lado humano y no de su lado omega. Al pensar en eso, ladeó un poco su cabeza, su camisa tampoco era tan adorable, llevaba una marrón, una de las pocas camisas que no eran de su estilo que le gustaban.

Suspiró, él desde que su omega hizo presencia en su mente y pecho siempre le hacía caso, usaba y hacía cosas delicadas, no usaba colores aburridos, oscuros y grisáceos, porque a su omega no le gustaban, pero desde que cumplió la mayoría de edad, en la que su consciencia no constaba solo de una voz que le decía qué hacer, sino de otra que le decía "si lo quieres, hazlo", empezó a consentirse a si mismo como humano y empezó a diferir de lo que su instinto le decía.

Estaba haciéndose un adulto, estaba madurando, si seguía así es posible que ya no sienta nada cuando encuentre a su alfa, aunque muchas personas que encontraron a sus destinados en la mediana edad dijeron haber sentido a sus instintos despertar como a cualquier crío que se estuviera presentando. Eso le tranquilizaba un poco.

Un poco.

Negó con la cabeza, empezando a preparar el desayuno, vio la hora y supo que cierto alfa estaba por despertarse, así que a la vez empezó a preparar café. Los desayunos no eran la cosa favorita de SeokJin, bueno, prepararlos no pero vaya que disfrutaba sus tostadas francesas. Él prefería los postres, la repostería.

Los minutos pasaron y casi todos los rincones de la gran casa se perfumaron con el aroma de un desayuno grasoso y cargado. Tan delicioso, ni SeokJin lo notó al permanecer en la cocina desde un principio, pero el alfa Kim mayor si.

Un moreno con cara de pocos amigos se levanta de su cama como un muerto despertando de su no tan eterno sueño. En su rostro hubo una expresión de fastidio por la luz que se colaba por la ranura entre las cortinas, pero aún con los ojos cerrados inhaló con fuerza, y su ceño se relajó, quitando las mantas de encima para levantarse de la cama, sin importarle mucho ir al baño a hacer sus necesidades mañaneras primero, salió de la habitación, caminando como cualquier zombie, tanteando el camino con las manos ya que sus ojos seguían tan hinchados que no los podía abrir completamente.

No es tan Malo ♡ KookJin FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora