Créditos al autor: Arminius
"Sentía que flotaba a la deriva, inmerso en una eterna oscuridad que le producía terror. Estaba solo, siempre había estado solo. No podía ver nada ni a nadie. No tenía manera de saberlo, pero Naruto Uzumaki presintió que su hora al fin había llegado. Sus ojos apenas se mantenían abiertos, una suave brisa en el medio de la oscuridad lo arrastraba. Primero levemente, luego un poco más notoria para finalmente convertirse en una correntada furiosa.
-¡NARUTOOOOOOO!
Escuchó el grito llegar desde muy lejos, en el medio de la oscuridad no podía determinar el origen. Pero estaba seguro que esa voz la conocía. A pesar de ese grito que portaba desesperación, Naruto se sintió cada vez más relajado, cada vez más resignado. Su cuerpo ya no le respondía, solo flotaba a la deriva. Su cuerpo lo abandonaba así como ya se había fugado su corazón. Y Naruto solo tuvo su corazón, como único bien en este mundo.
Abrió los ojos con más fuerza, tratando de ver a través de la noche eterna que era su vida. Enseguida pudo notar a lo lejos una pequeña luz. Una brillante luz blanca que se hacía más y más grande. Venia hacia él, esa luz traía la muerte.
Esa luz salía de las fauces de un monstruo..."
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"Ino Yamanaka había utilizado sus jutsu mentales para ingresar al cerebro de Naruto. Hacía varios días que él estaba inconsciente y sus signos vitales se debilitaban paso a paso. Tenía que despertarlo, tenía que forzarlo a reaccionar. Utilizó su jutsu de invasión mental y en lugar de conseguir información como los Yamanaka solían hacer con los prisioneros, simplemente se dedicó a buscar a Naruto vagando entre las fantasías, pesadillas y sueños que el pobre muchacho tenía. Visitó varios lugares teniendo cuidado de no despertar la ira de las "defensas" que podían haber en esos mundos. Si el subconsciente del Uzumaki la identificaba como alguien extraño al cerebro, intentarían matarla.
Finalmente, luego de explorar durante horas, dio con uno de los sueños más dorados de Naruto. Ino ingresó a un mundo donde Konoha estaba en paz, el rostro de Naruto estaba en el monte de los Hokage. Se había trasformado en el séptimo líder, la gente caminaba por las calles, vendía sus mercaderías y comerciaba. Los ninjas vigilaban los muros por mera costumbre. Ino primero buscó a Naruto en la torre Hokage, haciéndose pasar por una Kunoichi del lugar, le dijeron que el Hokage tenía un día descanso. Le indicaron donde encontrar la casa Uzumaki. Le tomó 10 minutos hallar el lugar, Ino se dispuso a ingresar en el sueño de Naruto. Tenía que hacer lo imposible, convencer al rubio de que deseara irse de ese lugar dorado, de esa Konoha ideal. Ino era muy intuitiva, supo con certeza lo que se iba a encontrar en la casa de Naruto.
Algunos minutos después en la casa Uzumaki, unos golpes en la puerta advirtieron a la dueña que alguien venia de visita. Sakura estaba cocinando muy alegre mientras canturreaba una canción de amor. Los golpes a la puerta no le hicieron perder concentración, simplemente observó por la ventana hacia el traspatio atendiendo que tanto su marido como los niños estuvieran bien. Luego se quitó el delantal de cocina y atravesando el comedor fue directo para atender la visita. Abrió la puerta con una sonrisa y dio el saludo a la jovencita que tenía enfrente:
-¿Qué se te ofrece niña? –dijo amablemente Sakura acomodando la coleta que retenía su rosado cabello por detrás
Ino Yamanaka observó a su mejor amiga y casi no la reconoció. Se veía muy cómoda como ama de casa, cabello apenas más largo que a los 18, mismo ojos verdes expresivos y una sonrisa radiante. Sin dudas era muy feliz, de eso nadie que la viera diría lo contrario.
-ah...señora Uzumaki....-dijo casi sin saber cómo referirse a Sakura- me gustaría ver a Naruto-sama si no es mucha molestia.
-claro que no es molestia cariño...-definió la pelirosa haciéndola pasar, evidentemente no la reconocía- iré al traspatio para decirle que tiene visitas. –Ino la vio irse tratando de curiosear por el comedor todo lo que pudiera.
-¡NARUTO TIENES VISITAS! -se escuchó afuera
-¡¿QUIEN ES SAKURA-CHAN?! –respondió la inconfundible voz del rubio a lo que Ino se puso atenta.
-¡NO LO SE, BAKA! –Respondió sulfurada la esposa- ¡ES UNA JOVENCITA! ¡DIJISTE QUE YA NO TE SEGUIAN MAS! ¡LO PROMETISTE!
Ino estaba por estallar de la risa, era muy obvio que la "señora Uzumaki" era profundamente celosa. Naruto había capturado la esencia de lo que Sakura era y podía ser en un futuro. Gritona y muy celosa. Sin dudas sería algo difícil convencer a Naruto de abandonar ese lugar, siendo que su mente captaba todo tan perfecto.
Rato después Naruto ingresó al comedor, Ino se quedó de piedra al mirarlo. Era la viva imagen del Yondaime Hokage. Sin lugar a dudas los rumores sobre que Naruto era su hijo estaban más que acertados. En ese lugar, tanto Naruto como Sakura parecían tener unos 28 o 29 años. Se veía casados y con familia. Ino podía escuchar como Sakura retaba a sus hijos en el patio trasero mientras seguramente trataba de oír lo que ocurría en el interior de la casa.
-¿Quién eres? –preguntó Naruto ante el silencio de la joven.
-Soy Ino, ¿acaso no me reconoces?
-Ino.... ¿te refieres a Ino Yamanaka? –balbuceó confundido el rubio rascándose la barbilla- ¿Qué fue lo que te ocurrió? Te ves más joven que de costumbre. Pero no puedes ser Ino, ayer estuvimos cenando con ella y su marido. ¡Sakura-chan! ¿Tienes idea de quien es ella?
Sakura apareció en el comedor, no tardo ni un segundo en poner una mano sobre el brazo de marido como tratando de mostrar que le pertenecía. Ino no pudo más que sonreír, la mente de las personas eran maravillosas, captaban mensajes que conscientemente nadie podría. Naruto había pintado a Sakura de cuerpo entero. Realmente la tenía muy bien estudiada.
-niña....-definió Sakura molesta- tus mentiras no te harán ganar una cita con el Hokage. Mi marido está en su día libre del trabajo y no necesita que vengan a molestarle. Ino-cerda es mi amiga desde hace 20 años cuando menos. Ambas tenemos la misma edad, y tú cuando mucho tendrás 18. Lógicamente no puedes ser ella.
-ah...no me han entendido....-sonrió disculpándose la rubia- no dije que sea Ino Yamanaka su compañera. –Le apuntó a Sakura tratando de engañarlos- no soy "esa" Ino Yamanaka, sino la sobrina de la Ino que ustedes conocen.
Ambos Uzumaki al fin comprendieron. Por un momento la confundieron con la líder del clan Yamanaka. Al final de cuentas era tan solo un pariente. Entonces por fin se relajaron para intentar averiguar que quería. Ino entonces decidió hacerse pasar por parte del sueño, pero en cuanto Sakura se descuidara tendría que actuar sobre Naruto, todo para obligarlo a despertar"
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-Aaaahhhhggggg......-gritó sin fuerzas Naruto despertando definitivamente en su cuarto.
Su cerebro estaba atontado, no podía recordar cómo había llegado a su cama. Trató de recapitular todo desde el principio, desde antes del dolor insoportable que debería haberlo matado. Estaba en su silla, estaba en el patio trasero, estaba con.... ¿Sakura?
Sintió un abrazo desesperado que casi le corta la respiración. Alguien respiraba en su cuello con desesperación y angustia. Naruto estaba recostado boca arriba en su cama del cuarto. Sea quien fuera la persona que lo abrazaba, él no se podía mover.
-has vuelto.....has vuelto conmigo....-jadeó ella revelando su identidad- Kami me ha escuchado. Gracias, gracias....
Era Sakura, quien se alejó un poco rompiendo el abrazo y se acomodó nuevamente en la silla donde estuvo sentada junto a la cama. Ino estaba parada junto a ellos, acababa de despertarlo ingresando a su mente. Llevaba cuatro días inconscientes y gracias a Kami, Sakura había encontrado la solución para empezar a usar chakra en su cuerpo. De no hacerlo hubiera sido imposible ingresar en la mente de Naruto.
-Naruto, ¿cómo te sientes? –consulto la pelirosa visiblemente nerviosa.
A él le costaba hablar, tenía la garganta seca, mientras Sakura reaccionó diciendo que iría por un vaso con agua, Ino se quedó parada frente a Naruto. El joven no dejaba de mirarla con intensidad y suplica. La muchacha lo comprendía perfectamente, Naruto se sentía humillado por que ahora Ino conocía todos sus secretos. Para sacarlo de su subconsciente, tuvo que escarbar muy profundo. Conocía sus más profundos miedos, su sueño más perfecto. Si acaso Ino se lo contaba a alguien...
-lo que he visto, lo que...-la muchacha no sabía cómo explicarse- he visto muchas cosas, y nadie tiene derecho a saberlo. Lo prometo Naruto, jamás le diré nada a nadie.
-por favor....-susurró apenas con esfuerzo el hombre.
-tranquilízate, -sonrió apenas Ino y se arrodilló para estar cerca- los sueños, las pesadillas, todo lo que he visto. No diré ni una...sola...palabra.
Naruto había un esfuerzo terrible para levantar la cabeza, cuando la rubia le dijo esas palabras, mirándolo a los ojos con sinceridad, al fin Naruto pudo relajarse y volver a asentar la cabeza en la almohada. Se sentía exhausto, ni siquiera sabía si había sido mala o buena suerte que Ino hubiera irrumpido en esa inconciencia que lo estaba arrastrando a su final. No recordaba mucho de lo que había pasado, solo tenía breves momentos de lucidez en cuanto se enfocaba a pensarlo detenidamente. Solo sabía que salió de su casa con Ino, la casa donde era feliz junto a su esposa e hijos. Luego la lluvia, la noche y oscuridad en una pesadilla. Nada más podía enfocar, ni siquiera recordaba que le daba tanto miedo de la oscuridad.
Sakura regresó con agua y sentándose de lado en la cama le dio de beber. Durante los días pasados había estado al límite. Casi sin dormir, apenas comiendo lo que Ino o Shizune le acercaban. La noción de que Naruto se le escapaba de las manos como arena, era desesperante para Sakura. Finalmente, volviendo al origen de sus investigaciones, y con la intervención de todos los novatos que eran amigos de Naruto, pudieron hallar una solución potable.
-Naruto....-sonrió la pelirosa- encontramos la solución al fin.
El rubio no hizo gesto alguno, sinceramente ya no creía en nada. Además, tan solo pestañear le producía el dolor insoportable que por años lo había paralizado de la cintura para abajo. Ahora apenas podía mover los brazos con dificultad, tal vez el cuello, pero definitivamente ya no se levantaría de esa cama.
-una planta llamada "hoja de las nubes", -señaló Sakura esperanzada- les pedí a todos nuestros amigos que la buscaran por los países en donde estuvieran de misión. Shino y Hinata trajeron algunas ayer. Sasuke apareció con una bolsa llena hace como una hora. Eso nos ayudara mucho.
Naruto tan solo la miraba, sus ojos azules estaba fijos en cada movimiento del rostro en Sakura. Sus pequeñas sonrisas, la forma como movía sus carnosos labios, cada detalle pequeño e imperceptible. Naruto tuvo que admitir que a pesar de todo lo ocurrido aun la amaba. Aun quería ser el hombre de su vida, aun deseaba protegerla de todo mal. Era más fuerte que toda esa sensación. Más fuerte que el dolor, que la soledad, que la tristeza. Ese sentimiento le había dado fuerzas en el pasado. Ahí estaba otra vez, pidiéndole a Naruto que no se rindiera a la evidente derrota. Que se levantara, que tomara impulso y con valor afrontara el futuro. El poco o mucho futuro que le restaba por vivir.
Mientras Sakura explicaba el proceso que Naruto pretendía escuchar, en realidad el Uzumaki pensaba en lo que recordaba de sus sueños. Cuando Ino lo sacó de la Konoha en paz que el lideraba como Hokage. Donde tenía como 30 años y era esposo de Sakura. Caminando entre un mundo que se trasformaba en variados sueños o pesadillas para salir, Naruto evocó una las ultimas cosas que pudo reconocer antes de despertar. En el centro de una plaza que parecía la de Konoha, una estatua de hierro con la forma del Kyuubi. El zorro estaba atrapado e inmóvil.
-Kurama....-pensó levemente Naruto y sin querer lo susurró aunque las mujeres no lo notaron.
Kyuubi no Youko, el zorro de las nueve colas, Kurama, Kurama de las nueve colas. Naruto lo había olvidado por años. Un craso error. Se había sentado en una silla de ruedas a compadecerse de su suerte, cuando Kurama había sacrificado su vínculo y pequeña libertad dentro de Naruto para salvarlo. Si él se sentía un buen amigo al haber interpuesto su cuerpo para salvar a la mujer que amaba. ¿Qué había que decir sobre Kurama? Pudo dejar morir a Naruto, desaparecer por algunos años y luego volvería aparecer en el mundo con el tiempo. Pero prefirió cambiar esa libertad por una prisión oscura en impenetrable dentro de su contenedor.
Tal vez su existencia fue borrada por el poder del Juubi. Naruto nunca más lo había sentido con el paso de los años. Tal vez solo estaba encerrado profundamente y esperando que su contenedor se recupere para rescatarlo. Tal vez Kurama tan solo cumplía con su deber como equipo. Para derrotar al Juubi y así evitar ser absorbido por el monstruo de diez colas. Pero como fuera, Naruto no podía morir. No podía entregar su vida por que no era solamente su vida lo que regalaba. Estaba desechando la amistad de Kurama. Estaba descartando al amigo que jamás lo abandonó en los momentos más difíciles de sus batallas pasadas. ¿Cómo pudo actuar tan estúpidamente? ¿Cómo permitió a si mismo transformarse en un sujeto débil y patético? Naruto no podía sacar de su mente la estatua que vio en su pesadilla. Era como si Kurama estuviera atrapado en un baño de hierro, como si no pudiera liberarse por sí mismo.
-lo siento....-susurró dolido y algunas lágrimas traicioneras caían por sus mejillas- lo siento tanto.
Ambas mujeres se miraron con sorpresa. Cada quien tenía una interpretación diferente de esas mismas palabras. Sakura pensaba que Naruto pedía perdón por como la había tratado tiempo atrás. Que pedía perdón por no confiar en ella para recuperarlo. Ino trataba de memorizar cada detalle de su viaje por la mente de Naruto Uzumaki. Trataba de ver que estaba buscando entre sus dolores como motivo de disculpa. Tal vez Naruto se disculpaba con ella por obligarla a ingresar a esos peligrosos confines de la mente.
De buena gana las dos hubieran tenido razón. Pero esta vez esa disculpa no era para ellas. Esa disculpa era para Kurama en su interior. Naruto rogaba que su amigo pudiera escucharlo. O rogaba que no hubiera podido ver nada de esos dos últimos años. Que Kyuubi no hubiera presenciado como Naruto se rendía. Como tiraba a la basura tanto esfuerzo. Naruto pidió perdón, y se dispuso a renacer. Se dispuso a dar otra vez batalla. Naruto Uzumaki estuvo muerto por dos años, pero ya no más. Desde el fondo del corazón, se levantaría para honrar los esfuerzos de sus amigos. Al costo que fuera.
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La fórmula creada por las plantas que consiguió Sasuke finalmente tuvo éxito. La teoría era buena, y aunque la practica había salido mal hace tiempo. Teniendo una buena provisión de esa hierba conseguida por los amigos, Sakura, Shizune e Ino se dispusieron a recuperar el cuerpo del paciente.
El preparado tenía un aspecto a barro verde asqueroso, y su olor dejaba mucho que desear. Naruto casi prefirió no haber despertado cuando lo untaron desde los pies hasta la cabeza con esa sustancia. Las ganas de volver el estómago y gritar eran muy fuertes. Pero su determinación había reverdecido y deseaba con todas sus vísceras recuperarse. Temblaba por los dolores y el pestilente olor, pero no se quejaba. Soporto por horas el asunto, mientras las tres Kunoichi utilizaban el ninjutsu médico. Cuando Ino tuvo que ingresar en la mente de Naruto, Sakura había colocado en la frente del rubio un trapo con esa sustancia. Una forma de anestésico que anulaba los receptores de dolor. Las respuestas negativas del chakra del Juubi. Luego el ninjutsu de curación atravesaba la barrera antes infranqueable y comenzaban a expulsar el efecto nocivo que Juubi había dejado en el cuerpo de Naruto.
-es como un veneno...-aclaró Shizune mientras hacia la curación en el vientre del rubio tendido boca arriba sobre una camilla en el comedor- se ha pegado a cada órgano e incluso esta debajo de la piel. Anula los canales de chakra y paraliza los músculos.
-ahora sabemos por qué mejoraba luego de un ataque,...-añadió Sakura siempre detallista de los informes médicos- cuando levantaba temperatura por fiebre, sudaba a mares. Eso involuntariamente expulsaba parte del..."veneno". El que no se pueda mover para entrenar, hizo que todo se agravara al no poder depurarlo completamente.
-por eso nuestra prioridad es lograr que pueda caminar, -indicó Ino ante el gesto afirmativo de las demás- cuando se mueva por sí mismo, podrá traspirar a placer y terminar lo que nuestro ninjutsu ha comenzado.
Mientras las tres mujeres sugerían tratamientos complementarios para mejorar el rendimiento de la curación. Naruto hacia tremendos esfuerzos por no gritar. Era cierto que la pasta asquerosa anestesiaba el dolor en buena medida. Pero aun así la mitad de mucho dolor, era demasiado. Sin embargo lo soportó en silencio. Era como si estuviera siendo torturado por enemigos. Solo tenía que resistir sin decir nada. Pronto todo terminaría, solo tenía que mentalizarse para sobrevivir.
Sakura lo veía sufrir, y también sufría. Tenía que mantenerse cuerda sin embargo. Saber que todo el dolor que le estaba produciendo a su amigo, terminaría por curarlo. Naruto volvería a ser ninja, volvería a perseguir sus sueños. Él no iba a caer, él no iba a morir por esta tontería. Había estado al filo de fallecer. Pero los meses de estudio y paciencia dieron con la solución. Sakura no había podido diagnosticar con chakra por causa del dolor en Naruto. Así que tuvo que ir probando paso por paso soluciones parciales hasta dar con la respuesta. Fueron meses de prueba y error, pero finalmente aun sobre la hora había conseguido salvarlo. Naruto viviría, su cuerpo iba a sanar. Aunque Sakura sabía que era solo la mitad del problema.
Después de todo, ella tuvo que pagar un precio por conseguir esas plantas. Un alto precio.
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Con el paso de los días, Naruto mejoraba paulatinamente. Luego de una cura general donde participaron Shizune e Ino, Sakura se dedicó ella misma a curas parciales. Trabajó especialmente en los pies y las piernas. Esos días continuaron hasta consagrarse en semanas. Naruto aun usaba la silla de ruedas, aun no tenía fuerzas para ponerse de pie. Pero las sensaciones regresaban a su cuerpo. El dolor mitigaba, su ánimo estaba por las nubes otra vez.
Sakura era feliz, eran continuos los momentos donde ambos disfrutaban de la compañía del otro. Naruto no podía pedir más. Que ella estuviera casi todo el día rondándolo era similar al séptimo cielo. Sin quererlo, sin darse cuenta había vuelto a llamarla "Sakura-chan". Y aunque ella nunca lo admitió, esa forma especial de escuchar su nombre le hacía inmensamente feliz. Cenaban juntos, charlaban durante horas aun cuando el tiempo de curaciones terminaba. Incluso Naruto le pidió algunos pergaminos con técnicas para empezar a repasar mientras se recuperaba. Ella poco a poco se iba calmando, iba reconociendo en su interior una necesidad satisfecha al verlo bien. Lo quería, lo quería mucho. No se podía comparar su cuidado y preocupación con cualquier otro paciente del hospital. Una sonrisa de Naruto Uzumaki le daba todo lo que ella necesitaba para alimentar su espíritu. Le daba ánimos, le daba fuerzas para afrontar cualquier bache en su día.
Sakura había cometido muchos errores en su joven vida. Era humana, cometer errores la definía como a todos. Pero fallar tiene que ver con actuar, equivocarse con elegir y desviarse con haber caminado un camino. Sakura podía ser una mujer con errores, pero nunca seria alguien que vería desde lejos la vida pasar. Habían pasado casi dos meses desde la última crisis de Naruto. El joven ya sentía y podía mover su cuerpo al completo. Aun no tenía demasiada fuerza en las piernas pero comenzaban a realizar ejercicios de fisioterapia para que pudiera empezar a recuperar la movilidad totalmente. Sakura observaba que Naruto ahora comía muy bien, que tenía buen ánimo y estaba dispuesto a recuperarse. Pero algunas cosas aun no entendían de él y tampoco se animaba a preguntarle. Por ejemplo que durmiera con la luz encendida. Cierta noche se levantó demasiado temprano para ir a trabajar. Y vio la luz del cuarto de Naruto por debajo de la puerta. Le pareció extraño que el joven aun continuara leyendo a las 4 de la madrugada. Con suavidad abrió la entrada para espiar sin asustarlo. Para encontrarlo profundamente dormido de lado, aun con las luces encendidas.
No le dijo nada, pero en los siguientes días lo vigilo para estar más segura y su primer pensamiento era acertado. Naruto Uzumaki dormía con la luz encendida como los niños. Por alguna extraña razón, ahora le tenía miedo a la oscuridad. Sakura era consiente que el Juubi había hecho mucho daño en Naruto. Daño físico, y daño emocional. No solamente era por el Juubi seguramente. También tenia que el ver ella en ese aspecto. Sin embargo, allí mismo el terreno del corazón se volvía escabroso. ¿Cuánto de amor o de amistad los unía realmente? ¿Qué sentía exactamente por él? Los días, la convivencia, las largas charlas conociéndose. Todo fue transformándose no solo en la recuperación de Naruto, sino en algo mucho más complicado.
Cierta tarde, algunas cosas comenzaron a enturbiar más esa relación de "amistad-dependencia" que ambos tenían. Sakura estaba arrodillada frente a la silla de Naruto. Había terminado de usar el anestésico y curar las piernas con ninjutsu. Luego tuvo que limpiar con agua para quitar el desagradable preparado y se dispuso a iniciar los ejercicios diarios de fisioterapia. Con ambas manos tomaba una pierna de Naruto, le ayudaba a estirarla y contraerla haciendo girar la rodilla. Él tenía que recordar la sensación del movimiento, y ella ayudarlo a concretarla. Hablaban de cualquier cosa, Naruto trataba de fingir que no le dolía aunque apretaba los dientes para no gritar. Sakura estaba concentrada en su tarea, tanto que no se dio cuenta que Naruto había dejado de hablarle por un buen rato.
Ella no lo notaba, pero por tanto trabajo y habiendo llegado de su turno del hospital hace media hora. No había alcanzado a asearse como siempre. Estaba sudando, una mescla extraña del perfume natural en su cuerpo y el sudor hizo que Naruto perdiera la cabeza. Ya no registraba nada de lo que ella decía, simplemente la observaba mover sus labios y sonreír suavemente. La miraba embelesado, ella de pronto comenzó a tener problemas con un mechón de su cabello rosado, que le obstruía la visión de un ojo. Elevó un poco el rostro tratando de soplar para alejar el cabello hacia un costado cuando por fin notó la intensidad y atención con que Naruto la miraba.
Ambos se quedaron en silencio, Naruto estiró su brazo derecho y la mano suavemente se posó sobre la mejilla de Sakura. Apartó ese mechón rebelde, despejándole la cara, pero la mano no se retiró del lugar. Seguía acariciando su mejilla suavemente, como si la rozara con el pétalo de una flor. Se miraron intensamente a los ojos durante un tiempo que luego no podrían determinar. Sakura solo podía estar segura que sentía una caricia tierna, de una mano firme en su rostro, Naruto podía estar seguro que ninguna piel en este universo sería tan delicada y tersa como la Sakura Haruno.
Inconscientemente la mano de Naruto comenzó a conducir ese rostro acercándolo a sí mismo. No sabía lo que hacía, no sabía por qué lo estaba haciendo. Solo tenía la sensación que el lugar perfecto de esa boca en el rostro de Sakura, sería justo sobre sus propios labios. Quería besarla, había querido besarla desde hacía mucho tiempo. Desde que eran unos niños jugando a ser ninjas. Ya no tenía miedo a admitir que la amaba, ya no tenía miedo a tratar de conquistarla. Sakura sin casi darse cuenta terminó arrodillada entre las piernas abiertas de Naruto. Él se inclinó levemente agachando la cabeza y tenía toda la intención de besarla. Aunque le costara un terrible puñetazo la osadía.
-Naru....to....-solo alcanzó a susurrar Sakura antes que la distancia se acortara totalmente.
Se besaron, tal vez no era lo correcto, tal vez no era momento adecuado. Pero por un breve instante sus labios fueron uno solo. Compartieron el aliento, las ansias y el deseo. Sakura reaccionó de una manera no esperada, correspondió con pasión y mantuvo cerrados sus bellos ojos atrapada por la sensación. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué le había entregado su primer beso a Naruto? ¿Por qué le correspondía? Fueron segundos donde nada más importó, donde nadie más habitaba en la tierra. El mundo había desaparecido.
Toc toc toc...
Golpes a la puerta. Sakura retrocedió aturdida, intentó levantarse y se cayó sentada al suelo frente a la silla. Su gesto de sorpresa fue tan evidente, tan inocente. Naruto no sabía qué hacer, su corazón latía furioso, jadeaba con falta de aire. La había besado ¡la había besado y ella le correspondió! Ella estaba sonrojada, ambos lo estaban pero ella era la viva imagen de la confusión. La puerta volvió a sonar en la entrada a la casa. Ambos no podían dejar de mirarse a los ojos. Era tan intenso que respiraban con dificultad.
-Sakura-chan....-dijo él apenas- Sakura-chan yo....
Los golpes a la puerta se volvieron a escuchar. Sakura se levantó del suelo como un resorte y salió disparada de la habitación sin decir palabra. Estaba aterrorizada, todo lo que sentía se estaba acumulando en su pecho y amenazaba a salir disparado rompiendo a su paso. Quien fuera que estuviera llamando a la puerta de la casa Uzumaki tenía su bendición. La había salvado, la había salvado de cometer una estupidez aún más grande.
-Shizune-sempai....-dijo Sakura aliviada al abrirle la puerta.
-Pero....Sakura...- indicó la morocha al verla tan acalorada- ¿Ha sucedido algo con Naruto?
-¿Su...sucedido? –Balbuceó Sakura totalmente roja- ¡no ha sucedido nada! Solo...es solo... ¿podría usted atender a Naruto algunas horas? Tengo que irme, tengo que hacer algo....importante.
-Claro Sakura, -sonrió Shizune algo confundida por actitud de su amiga- ¿está en el cuarto?
-Si si... ¡está en el cuarto! –y salió casi huyendo del lugar.
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-Desastre Ino.....un verdadero desastre.
Sakura escondía la cabeza entre sus brazos tratando de desaparecer para siempre. Mientras Ino preparaba un par de vasos con té. Hacia como una hora que la pelirosa se escondía en el departamento de la Yamanaka, tratando de entender por qué había actuado de esa manera. Por qué lo había besado.
-Que hay que entender frentona....-sonreía Ino con suficiencia y sentándose frente a ella alrededor de la mesa- Naruto te ha puesto de cabeza. Te trae loca hace ya muchos meses, es lógico y natural que terminen enredándose y...
-¡¿Es que no lo entiendes Ino-cerda?! –Gritaba desesperada Sakura- ¡esto está mal!
-Cálmate Sakura....-declaró la rubia seria y mirándola firmemente- solo cálmate por favor. Comprende que es natural todo lo que pasó.
-¿Cómo puedes decir que es natural?
-Toda la condenada aldea sabe lo que ese Baka siente por ti. Lo que ha sentido y evidentemente sigue sintiendo. ¿Qué hay de malo en lo que ha hecho? ¡Te besado Sakura! –Dijo como si se sintiera orgullosa- tan malo no pudo ser, él te quiere tanto... -finalizó con algo de pena.
-Ese es el problema Ino....-balbuceó Sakura cubriendo el rostro con ambas manos- ahora...es el peor momento. Si Naruto y yo....si nosotros...-no podía ni decirlo.
-¿él no te gusta Sakura? –Consultó la rubia- ¿realmente hiciste todo esto tan solo por amistad? ¿Naruto no te gusta? Admite que él te atrae como más que un amigo....vamos...te he visto como lo miras.
No sabía que decirle, no sabía que responderle a su mejor amiga. ¿Naruto le gustaba? Bueno, lo había visto semi desnudo y tenía que ser de hierro para no sentir nada. Para peor si quería mantenerse alejada de él, cada vez le era más imposible. Había convivido con Naruto durante meses en la misma casa. Se había arriesgado por él, se había preocupado por él, lo había cuidado, escuchado, aguantado, protegido más allá de todo lo posible. ¿Lo quería? ¿Lo quería más que a un simple amigo? Tal vez pudiera responder con más sinceridad a esa pregunta en otro momento. Pero justo ahora, cuando Sakura tuvo que pagar el precio de haberlo ayudado, no podía hacerlo.
-hace casi dos meses, -susurró con voz ahogada Sakura- estaba contra las cuerdas. Los consejeros estaban por descubrir que Naruto, no se había recuperado. Mi cabeza rodaría, también la de Naruto.
-¿y que tiene que ver con...?
-al mismo tiempo, presionaban a Sasuke. –continuo Sakura con voz cada vez más grave- querían obligarlo a formar un compromiso matrimonial. Kakashi-sensei no podía protegerlo, tampoco a Naruto o a mí. Entonces Sasuke....él...
-no puede ser... -Ino parecía fulminada por la noticia, Sakura no lo sabía, pero la mente de Naruto le había dado información que ahora no deseaba haber conocido. – tú no has.... ¿realmente lo has hecho?
-Sasuke fue a casa de mis padres, -seguía hablando Sakura descargando su angustia- él dijo que...él me dijo que luego de un tiempo....
-¿te vas a casar con él, Sakura? ¡¿Te comprometiste con él?!
La pelirosa tan solo asintió angustiada. Había firmado el maldito documento. Esa firma le dio los dos meses de tranquilidad y el tiempo para que las plantas pudieran ser halladas. Para la cura surtiera su efecto. Ino sentía cuerpo estremecer, no era cierto. Todo parecía ir tan bien y sin embargo la desgracia se acercaba a paso acelerado. Si Naruto lo sabía, si Naruto llegaba a enterarse.
-todo es secreto, -admitió la rosa- le hice jurar a Sasuke que nadie se enteraría. Solo es un documento firmado y guardado en un archivo. Nadie debe saberlo, Sasuke ha dicho al consejo que no quiere develar mi identidad por que las tontillas que lo persiguen se lo tomarían conmigo. Y ya tenemos muchos problemas con la recuperación de Naruto como para que él sepa lo que hice.... –y ya no pudo continuar por las lágrimas.
-Kami-santo....-solo alcanzó a declarar Ino- no puedo pensar en que algo salga aun peor. Solo espero que Naruto nunca se entere.
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Shizune lo vio como perdido. Mientras lo ayudaba con los movimientos de piernas, con asistencia en su espalda, su torso, su vientre. Veía como Naruto se mantenía en silencio y preocupado. Había preguntado una sola vez por Sakura. Luego de eso, solo el silencio. Shizune no podía suponer lo que había pasado y los jóvenes no se lo dirían.
La mujer tenía otra preocupación. Ella estaba metida en política de la aldea, el hospital y la oficina del Hokage. Sabía lo que estaba ocurriendo, lo sabía desde hacía meses. Kakashi Hatake no había sido una elección del gusto en el consejo. Tanto Homura Mitokado, como Koharu Utatane no consideraban que fuera lo suficientemente duro como para hacer prevalecer a Konoha por sobre los aliados. Sasuke era el Shinobi más poderoso de la aldea, lo sabían y buscaban como controlarlo. Naruto hubiera sido el apoyo más grande para el Hokage. Pero aún estaba por verse si podía recuperarse de la mejor manera.
Ahora se sabía que podría volver a caminar. Que andaría nuevamente, pero Shizune notaba tan bien como Sakura, que Naruto no despertaba su chakra. Normalmente, aun inválido debería tener su fuente de energía natural. Tal vez no al máximo, pero para alguien con 200 veces el chakra de un hombre normal, ya debería estar mejorando en ese aspecto. Tal vez volvería a estar sano sí, pero nunca seria ninja nuevamente sino recuperaba su chakra.
Sin poder volver a ser ninja, un nuevo problema se presentaba para Naruto. Siendo un civil, pero un civil con el Kyuubi en su interior, y teniendo en cuenta que Konoha necesitaba a su jinchuriki. Tal vez aun consentirían la extracción del Kyuubi. Era cierto que Naruto actualmente era héroe de guerra, también que Kakashi no consentiría esa acción que acabaría con la vida de su alumno. Pero el otro método sería igualmente algo terrible. Shizune había visto muchas cosas con las no estaba de acuerdo en su vida. Pero los matrimonios arreglados encabezaban esa lista sin lugar a dudas. No se puede inventar el amor, no se puede inventar la convivencia pacífica o la ganas de formar una familia. Los hijos producidos de esas uniones nacen en un mundo sin cariño. Nacen para ver a sus padres como simples progenitores y no como ejemplos de amor, de familia.
Sasuke Uchiha era un gran ejemplo de ese pensamiento. Seguramente sus padres se casaron por acuerdos arreglados y jamás pudo ver amor en ellos. Ahora mismo le costaba relacionarse con las personas por caso. Todos decían que "así eran los Uchiha", pero Shizune pensaba que el origen de esa frialdad no tenía que ver con ser o no Shinobi. Naruto era Shinobi también, o al menos lo había sido, y sin embargo era cálido, amable, amoroso y sería sin lugar a dudas un gran padre. ¿Sería un gran padre sino podía elegir a su pareja? Por qué Shizune sabía que esa era la segunda opción del consejo. Casar a Naruto con una mujer de clan poderoso y perpetuar la sangre Uzumaki, llamada a contener el zorro de nueve colas.
De la forma que se viera, ahora las Kunoichi médico que cuidaban de Naruto tenían una nueva misión. Tratar por todos los medios disponibles de recuperar al ninja que habitaba en Naruto Uzumaki. Debían recuperar su cuerpo, y también su chakra. Kyuubi parecía haber desaparecido y aunque pareciera una ironía, ahora tenían que ayudar a liberarlo. Antes cuando era un niño, liberar a Kyuubi hubiera matado a su contenedor, ahora podía salvarlo de un oscuro futuro.
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Se cumplía casi medio año desde que Naruto abandonó el hospital. El tiempo se había agotado y en una reunión del consejo comenzó a tratarse el tema sobre qué hacer con Uzumaki Naruto. Kakashi había expuesto que los líderes de las aldeas aliadas querían verlo desde hacía tiempo. Todos sabían perfectamente la amistad que unía a Uzumaki con Gaara de la arena. También que era amigo de Killer Bee, actualmente el mejor Shinobi de la nube. También sabían que la nieta del tercer Tsuchikage lo admiraba mucho, la hija del actual cuarto maestro, llamada Kurotsuchy había venido hace tiempo con su equipo para los exámenes Chunnin, con la intensión de saber sobre él. Kakashi le ordenó a Sasuke que usara su sharingan para hacer creer a la Jounnin de la roca que Naruto estaba bien. El moreno fabrico una historia en la mente de la joven donde entre otras cosas lo había visto entrenar a Naruto, había luchado amistosamente con él y hasta habían cenado de cortesía. Todo para cubrir las espaldas de todos. Fue fácil para el moreno recrear una batalla de su amigo de manera artificial. Después de todo había luchado con las muchas veces y conocía todas sus técnicas básicas.
El truco tuvo doble beneficio.
El ANBU al servicio de los ancianos averiguaron a través de Kurotsuchy que Naruto estaba bien. Que ahora entrenaba y se lo veía saludable. Los ancianos tuvieron que retroceder a sus pretensiones de cambiar el contenedor. No hacía falta al parecer, Uzumaki estaba de regreso y volvería a reforzar el poder de la aldea en breve. Todo era apariencias con los aliados, que al saber de Naruto recuperado respetarían a la hoja como lo era, una aldea Shinobi poderosa. Además era todo un problema eliminar a Naruto sabiendo cuan apreciado era por los líderes de otras aldeas. Kakashi se había encargado de hacerles notar a los viejos que sería terrible la muerte de Naruto para la amistad lograda después de la guerra. Ese fue el plan de Kakashi como reserva. Exponer el apoyo de los extranjeros a Naruto aun cuando no encontrara ese apoyo dentro de Konoha.
Pero mientras el juego de poderes iba y venía en Konoha. Dentro de la casa Uzumaki había un juego mucho más peligroso. Era el intento de una joven médico por recuperar a su mejor amigo sin decepcionarlo o darle alas a sus sentimientos. Sakura intentaba por todos los medios desviar el tema que Naruto quiso afrontar apenas se volvieron a ver. No podía responderle ahora por esos sentimientos. Primero, porque aún no registraba si podía dar cabida a lo que le generó ese beso. No sabía si había aceptado el acuerdo con Sasuke más por casarse con él, que por salvar a Naruto. Así mismo la actitud del Uchiha la confundía. ¿Por qué ahora quiso "fingir" comprometerse con ella? ¿Por qué fue a hablar con sus padres para hacerlo todo legal? Acaso Sasuke.... ¿quería hacerla su mujer?
No, era ridículo...
El frio y siempre hermético Sasuke Uchiha no sentía nada por nadie jamás. Su rostro nunca expresaba nada aunque fuera como el de un ángel oscuro. Tenía una belleza casi mágica, las chicas se volvían locas por él. Pero su corazón había demostrado ser negro como una noche cerrada. Voluble, capaz de intentar matar a sus amigos hace años o de aparecerse de la nada como cosa común a pelear junto a ellos contra Madara, Obito y el Juubi. ¿Quién rayos podía saber lo que realmente pensaba o sentía Sasuke Uchiha? Sakura ya no se atrevía a evaluarlo, estaba demasiado ocupada y preocupada con la salud de Naruto como para pararse a pensarlo.
Le había resultado muy extraño que Sasuke no hiciera ese arreglo matrimonial ficticio con otra mujer cualquiera. El método habría funcionado de cualquier forma y la fémina en cuestión hubiera delirado del gusto con solo ser la novia falsa del más guapo y popular soltero de Konoha. Karin por ejemplo, que aún estaba loca por él y hasta había intentado liarse a golpes con Sakura cuando los vio juntos cenando en una noche cualquiera. La pelirosa no había querido salir con el moreno dejando a Naruto solo, pero tenían que fingir que salían, que se veía, que realmente estaban comprometidos. Los cazadores ANBU vigilaban, siempre lo hacían. Y si Sakura no se mostraba cada tanto junto a su "prometido", empezarían a pensar que algo era demasiado extraño. Investigarían, y llegarían hasta Naruto. Eso no podía suceder jamás.
Sakura lo había previsto casi todo, Naruto y ella no volvieron a tocar el tema del beso más que solo una vez. Ambos seguían viviendo en la misma casa y el rubio hacia avances cada vez más visibles en su recuperación. Ahora caminaba, no por mucho tiempo pero ayudado por un bastón podía caminar por la casa. Visitaba el patio trasero usualmente, Sakura lo dejaba libre en ese espacio privado para que disfrutara de la dulzura de las flores, del susurro del bosque y de los nidos de pájaros. Eso fascinaba a Naruto, los pájaros de hermosos plumajes volando. Le había pedido a Sakura que comprara alpiste. Y Naruto caminaba por el patio trasero tratando de lograr que las criaturillas le tuvieran la suficiente confianza como para comer de su mano. Con el modo ermitaño hubiera sido muy fácil, pero aún era poco tiempo para que comenzara a entrenar. Su cuerpo estaba bien, mejoraba día con día. Pero su chakra no. Tenía el poder de unos tres hombres normales. Poca cosa a su habitual carga de doscientos. Aun así, Naruto se sentía feliz por una cosa en particular. Algo que hace muchos años había esperado y ahora no estaba más allá de los sueños.
Solo una vez hablaron sobre el asunto del beso. Sakura estaba en la misma posición que cuando se besaron. Arrodillada frente a la silla de ruedas mientras asistía a Naruto con sus ejercicios. Ella levanto la vista nuevamente al notar que el ya no hablaba ni se movía. Otra vez se quedaron con la mirada fija en los ojos del otro. Levemente, de manera casi imperceptible él se mordió el labio inferior con irrefrenable deseo. Sakura sabía lo que Naruto estaba pensando, porque ella pensaba en lo mismo. Fundirse en otro beso que robara el alma. Otro beso que tuviera el fuego sagrado que tuvo el primero. Había ignorado durante días lo que había pasado, pero Naruto siempre avanzaba, ella lo conocía demasiado bien, no tardaría en intentar algo más.
-no Naruto espera....-dijo ella con alarma a lo que el rubio se sorprendió- no podemos.
-¿Por qué no Sakura-chan? –preguntó con clara suplica- no le hacemos daño a nadie.
-sucede....-la chica cada vez estaba más nerviosa porque veía pena y confusión en su amigo- sucede que no es el momento para perder concentración en lo importante. Y eso es que tú te recuperes.
-¿entonces cuando? –consulto el acariciándole delicadamente la mejilla con su mano.
-ahora no, -aclaró ella tratando de no herirlo ni rechazarlo- déjame pensarlo un poco. ¿De acuerdo? Te prometo que tendrás una respuesta, cuando todo este problema de tu recuperación termine.
Naruto tuvo unos segundos de dolorosa duda en su mirada, pero increíblemente comenzó a dibujar una pequeña sonrisa al cabo de un rato. Sakura se sintió aliviada y feliz. Siempre que él sonreía, ella se sentía feliz. Aun así, tuvo que preguntar el motivo de ese gesto:
-¿algo te resulta divertido?
-en realidad me alegro por tu respuesta....-señaló el rubio sonriendo como solo él podía- hace muchos años, hubieras intentado matarme por menos que eso. Hace poco tiempo atrás me hubieras fracturado algunos dientes. Y hace solo días....
-¿Qué ha pasado? –consulto ella conteniendo la respiración
-hace solo algunos días, le di un beso a una mujer hermosa.....-respondió el apenas- y al menos lo está pensando con calma, dattebayo.
Eso era todo, ambos sonrieron sin poder evitarlo. Escuchar algo tan optimista era verlo regresar de entre los muertos. Naruto tenía razón, ella lo estaba pensando, ella había correspondido ese beso. Puede que aun tuviera dudas, pero al menos no había sido un rechazo sin anestesia. Mientras Naruto se ilusionaba con una "conquista" a largo plazo, Sakura estaba atrapada en un dilema de gran calibre. Ese maldito contrato que había firmado lo podía destruir todo. En su momento era lo único que pudo hacer para salvar a Naruto. Era cierto que solo había realizado el acuerdo para luego romperlo dentro de un año. Pero ahora, justo ahora cuando más cerca estaba uno de la otra, ese mismo documento podía destruirlos a ambos para siempre.Continuara...
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Fanfic NS: Renacer [+18] [Terminado]
Fanfiction"nacer siempre es complicado. Conlleva a perder el mundo donde nuestros cuerpos se construyen, a salir de nuestra cúpula protectora y ser invadidos por luz, calor, frio, colores. Un ataque a toda regla sobre nuestros cinco sentidos. Nacer es perder...